La policía investiga al entorno de la viuda del expresidente de la CAM

La investigación del asesinato de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Vicente Sala, se está centrando en su entorno más próximo. Varios familiares de la víctima han sido interrogados como testigos en dependencias policiales en las últimas horas. Algunos agentes de paisano se han presentado incluso en el funeral esta mañana para hacer algunas preguntas a sus allegados.

Una vez descartado el móvil del robo, todas las líneas de investigación siguen abiertas. Pero algunas cosas están ya claras. Los disparos que acabaron con la vida de la mujer, de 72 años, se efectuaron a quemarropa. Directos a la cabeza. Con un arma corta. “Era alguien que sabía dónde y cómo disparar”, han señalado a EL PAÍS fuentes de la investigación. Las pesquisas apuntan por tanto a un encargo realizado a un sicario profesional. A un asesinato limpio, sin testigos.

El asesino o los asesinos sabían lo que se hacían. Esperaron a Martínez y cuando subió a su vehículo, que se encontraba en un lavadero del concesionario que regenta su familia, le descerrajaron dos tiros en el lado izquierdo de la cabeza. No le ofrecieron ninguna posibilidad de defenderse. Ni siquiera pudo gritar. O usaron un silenciador o confiaban que el ruido de la avenida cercana, la carretera de Ocaña, un lugar jalonado de talleres y muy transitado por coches y camiones, amortiguaran el eco de los disparos.

Aunque el concesionario Novocar, propiedad de la familia de la víctima, exhibe varios carteles que advierten de que el recinto cuenta con un sistema de videovigilancia, en realidad no tiene cámaras. Los carteles solo han sido puestos para disuadir a posibles asaltantes, según las fuentes consultadas por este diario. Esa ausencia de imágenes se suma a la de testigos directos. Todos los empleados de la empresa han pasado pruebas químicas para detectar la presencia de pólvora en sus manos, pero éstas han dado resultados negativos, según las fuentes consultadas.

Las pesquisas del grupo de Homicidios de la policía se han centrado ahora en el entorno más próximo a la fallecida. Los investigadores tratan de averiguar si se había sentido amenazada recientemente. Y están analizando la situación económica de las empresas familiares y las diferencias económicas que hubieran podido aflorar en los últimos años como consecuencia de su gestión.

Los Sala pertenecen a la alta sociedad alicantina, que hoy ha dispensado a la fallecida un adiós multitudinario, durante un funeral que ha contado con una amplia representación del sector empresarial. Entre los asistentes al sepelio, se encontraban el ex director general de la CAM Roberto López Abad, el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Federico Félix, el del grupo Vectalia, Antonio Arias, y el de Mercadona, Juan Roig.

También han acudido el portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Alicante, Luis Barcala, al exalcalde de la ciudad Miguel Valor, el exconseller Mario Flores, y la senadora Asunción Sánchez Zaplana, todos ellos del PP, así como al socialista Ángel Franco.

“No se puede entender que Mari Carmen haya acabado de esta forma, una persona simpática y muy amable que junto a su marido ha hecho mucho por Alicante. Los dos estarán juntos ahí arriba, pero nadie se merece acabar así y espero que se descubra la verdad y sepamos por qué la han asesinado”, ha indicado a la prensa el exconseller Flores. En la misma línea se ha expresado el exalcalde de Alicante por el PP, Miguel Valor, para quien “salvajadas como ésta hacía muchos años que no pasaban en Alicante”.

La capilla donde se ha desarrollado la eucaristía estaba abarrotada. Tanto antes como después del funeral las instalaciones del tanatorio han ido poblándose de corrillos de personas en los que se daba rienda suelta a diversas teorías y especulaciones sobre el asesinato de la viuda de Sala. Muchas preguntas por resolver y, de momento, pocas certezas.