La discrepancia en el Cupo con el Estado llega a los 1.600 millones
Tres lehendakaris, nacionalistas y socialistas han coincidido en la reclamación vasca
El Gobierno vasco demanda la aprobación de un mecanismo real de bilateralidad entre ambas administraciones que obligue a resolver las discrepancias económicas y competenciales en igualdad de condiciones y sin judicializar sus relaciones.
Esas discrepancias económicas, en torno a la liquidación del Cupo —la cantidad anual que debe de pagar el País Vasco al Estado para financiar las competencias no transferidas y la contribución al fondo de solidaridad— ascienden ya a cerca de 1.600 millones de euros desde 2007, cuantifica el Gobierno vasco.
Se arrastran desde ese año, pese a que en julio de 2007 fue aprobada en las Cortes la Ley quinquenal 28/2007 de 25 de octubre del Concierto Económico, que modificó la Ley 12/2002, de 23 de mayo. Tres lehendakaris, Juan José Ibarretxe (PNV), Patxi López (PSE), e Íñigo Urkullu, han discrepado abiertamente y de forma coincidente, frente a la administración central.
En parte, esas discrepancias se deben a incrementos de financiación que ha ido haciendo el Gobierno central a otras comunidades para algunas competencias exclusivas vascas, como la escolarización de los niños de cero a tres años o la financiación de la Ley de Dependencia. A mayor presupuesto en Educación, por ejemplo, menor Cupo.
La interpretación vasca se basa en que el Cupo parte del presupuesto de gastos de la administración central, y de esa cantidad se detrae el importe íntegro correspondiente a las competencias asumidas por Euskadi. A ese importe se le aplica el 6,24%, un porcentaje que, en teoría, representa el peso de la economía vasca en el concierto nacional.
A partir de ahí se establecen una serie de descuentos por los tributos concertados, los ingresos no tributarios y otros ajustes por impuestos directos, incluido el 6,24% del déficit presupuestario del Estado, entre otros ajustes menores. El Gobierno vasco ya se ha descontado esos 1.600 millones.
Además, pide compromiso para el TAV y la entrada soterrada a las tres capitales vascas.