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Rajoy teme que EE UU acabe con los tratados comerciales

El Gobierno quiere aprovechar del viaje de Rajoy a Berlín para retomar su alianza con Merkel

Javier Casqueiro

Mariano Rajoy ha dado a su Gobierno la orden de no precipitarse e ir “poco a poco” en las relaciones con el nuevo presidente de EE UU, Donald Trump. Pero su gran preocupación es que se produzca una cancelación o paralización de los tratados comerciales de EEUU con sus principales socios y en especial con la Unión Europea, tratado que la canciller alemana, Angela Merkel, dio el jueves por aparcado. El Gobierno quiere aprovechar para retomar su alianza con Merkel, a quien atribuye la invitación para que Rajoy esté en la despedida europea de Barack Obama en Berlín. Los jefes de Gobierno de Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España se reúnen este viernes en Berlín.

Mariano Rajoy tras la apertura de la XII Legislatura.
Mariano Rajoy tras la apertura de la XII Legislatura.S. Sánchez

Desde que Trump ganó las elecciones se ha preguntado en varias ocasiones al presidente español y a su nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, cómo pueden afectar algunos de sus compromisos electorales a las relaciones con España y con la Unión Europea. La consigna que han repetido ambos en público es que aún es pronto para sacar conclusiones y han diferenciado las palabras y manifestaciones con “los hechos” que definirán en el futuro el comportamiento del presidente estadounidense.

El presidente indicó, tras su presencia en la sesión inaugural de la cumbre del clima en Marrakech y en charla informal con los periodistas, que lo más preocupante de la nueva situación política en Estados Unidos podría ser el rechazo de Trump a los tratados de libre comercio tanto con sus vecinos como, especialmente, con Europa. Rajoy cree que si al final se cancelan o se frenan esos acuerdos se producirán subidas de aranceles en los intercambios comerciales y esas medidas repercutirán en los precios y perjudicarán a las empresas y también a los usuarios.

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Los ministros europeos de Comercio también están en esa misma línea. “Probablemente, el TTIP [Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones] estará un tiempo en el congelador, veremos qué ocurre cuando se descongele”, llegó a ironizar la semana pasada la comisaria de Comercio, Cecilia Malsmtröm, tras una reunión de los expertos europeos en Bruselas. Malsmtröm explicó que la UE espera ahora contactos “a nivel técnico” hasta enero pero aceptó que la negociación entraba en una fase de “compás de espera”, como la retrató el ministro de Economía eslovaco y presidente de turno de la UE, Peter Ziga.

“España está de vuelta”

El responsable español de la Secretaría de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que será relevado de su cargo este viernes por María Luisa Poncela para ocuparse ahora de la presidencia de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE), concluyó tras esa cita que aún no había que dar por muerto el tratado y abundó en la línea de la cautela: “No es prudente pensar que los mensajes de la campaña se vayan a traducir de manera literal en políticas”. García-Legaz sí admitió que ahora la opción de cerrar un acuerdo ambicioso con la Administración norteamericana está “muy lejos” por falta de tiempo y porque “ha faltado empuje político” por las dos partes.

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Rajoy, por lo pronto, lo que quiere es retomar su agenda internacional bajo el lema Spain is back (España está de vuelta) tras tenerla muy parada durante este año de Ejecutivo en funciones. En La Moncloa conceden así que “en política internacional nadie deja espacios vacíos” y que en este periodo se ha sufrido el coste de que no hubiera Gobierno al no poder estar en algunos foros y encuentros clave.

Nada más ser investido y tomar posesión como presidente, Rajoy se encontró con la necesidad de cuadrar el puzle de su nuevo equipo de ministros y también con que no estaba invitado a la cita que Angela Merkel estaba preparando para despedir, ayer en Berlín, al presidente saliente de EE UU, Barack Obama, con el francés François Hollande, la británica Theresa May y el italiano Matteo Renzi. La Moncloa hizo llamadas a la Casa Blanca y a la sede de la Cancillería alemana y la invitación se formuló.

Renzi no veía con el mismo entusiasmo la participación en el cónclave de Rajoy, con el que mantiene desde el principio una relación fría y con el que compite por el liderazgo entre los países del sur de Europa. En La Moncloa precisan que esa comunicación ha mejorado en los últimos meses. Fue Merkel la que desatascó la situación y se mostró especialmente interesada en que Rajoy estuviese presente.

La canciller alemana ha felicitado en público y en privado a Rajoy tras su investidura y le considera un socio fiable en el actual e incierto contexto europeo y, probablemente, más duradero que otros como el propio Renzi o incluso el francés Hollande, que tiene elecciones en 2017.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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