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Tres detenidos por capturar 836 aves protegidas para vender como ‘pajaritos fritos’

La operación permite incautar 836 animales y diverso material para su captura ilegal

Jesús A. Cañas
Las aves y el material para su captura ilegal incautados en la operación.
Las aves y el material para su captura ilegal incautados en la operación.

Capturaban aves protegidas para su consumo humano como pajaritos fritos o para exportarlas como pájaros de jaula. Hasta que la Guardia Civil ha detenido a tres personas y denunciado a otras siete acusadas de capturar ilegalmente pájaros de distintas especies en la zona del Bajo Guadalquivir. La denominada Operación Turdus ha permitido incautar 836 aves de la familia de los fringílidos y diversas herramientas utilizadas para su caza ilegal.

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La operación se inició con la llegada del otoño, según ha informado la Guardia Civil de Cádiz en una nota de prensa. Los agentes realizaron de madrugada diversas batidas por “zonas especialmente sensible para el paso de dichas aves” con la intención de erradicar las capturas ilegales. Esta caza indiscriminada “pone en serio peligro la supervivencia de las especies que resulta además especialmente peligrosa, ya que sigue existiendo un gran comercio de estas aves”, según la nota. Los 10 implicados pretendían vender parte de ellas para su consumo en un plato conocido como pajaritos fritos. La otra parte estaba destinada a su exportación como pájaros de jaula.

De las 836 aves incautadas, parte fueron recuperadas con vida y entregadas el Centro de Recuperación de Aves Amenazadas Dunas de San Anton. De hecho, expertos del centro dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía han colaborado con los agentes para la identificación de las aves. Los guardias civiles del Puesto Principal de Chipiona y efectivos de la Policía Local de Sanlúcar se han hecho también con diverso material utilizado para la captura: 14 reclamos eléctricos reproductores del canto de las aves con sus correspondientes baterías, 3 armas de aire comprimido, 14 redes invisibles y 405 trampas de las denominadas costillas o perchas.

Consumo de riesgo

Desde la Guardia Civil han alertado también que la caza ilegal de estas aves destinadas al consumo humano se realiza “sin control sanitario alguno”. “Conlleva un riesgo alto de contraer algún tipo de enfermedad, puesto que estas especies se alimentan de todo tipo de insectos, que pueden estar afectados por plagicidas e insecticidas”, ha resaltado en el comunicado. El plato de pajaritos fritos es una receta popular en el sur de España que se solía servir como un plato compuesto por diversas aves de pequeño tamaño fritas en una cazuela. En la actualidad, su consumo está prohibido por emplear como materia prima a aves protegidas y tan solo se mantiene en bares y restaurantes que sirven la receta elaborada con híbridos de codornices no prohibidos para su consumo.

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Los fringílidos son una familia de aves comunes en zonas del hemisferio norte y África y engloba a diversas especies. Su caza está tipificada en el Código Penal con multas y penas que pueden alcanzar hasta dos años de cárcel. En este caso, además de la captura ilegal, los agentes descubrieron otro delito contra la salud pública por la posesión de 25 plantas de marihuana. También están acusados de tenencia ilícita de armas. Según la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, las aves fringílidas y la mayor parte de insectívoras no están consideradas como especies cinegéticas, por lo que está prohibida su caza y comercio. 

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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