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Podemos concluye una campaña marcada por teorías de la conspiración

Todo el partido rechaza ahora que haya existido una "mano negra" contra el senador Ramón Espinar

F. MANETTO
Rueda de prensa de Iñigo Errejon en el Congreso de los Diputados.
Rueda de prensa de Iñigo Errejon en el Congreso de los Diputados.Jaime Villanueva
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Errejón rechaza la teoría de “mano negra” o “conspiración” contra Espinar
La compraventa de Ramón Espinar tensa la disputa de Podemos en Madrid

Podemos culmina este miércoles en la Comunidad de Madrid un proceso de primarias autonómicas que lleva dos meses tensando las relaciones entre las distintas familias del partido —referenciadas en Pablo Iglesias y en Íñigo Errejón— y cuya recta final ha acentuado las diferencias internas sobre el proyecto político.

La disputa por el liderazgo en un territorio clave para los futuros equilibrios de la formación ha estado marcada en los últimos días por las especulaciones sobre una supuesta conspiración contra uno de los candidatos. Se trata del senador Ramón Espinar, apoyado por el equipo de Pablo Iglesias y contrincante de Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de la capital y representante del llamado sector errejonista. Ayer quedó claro que todo el partido rechaza esa explicación, aunque inicialmente fue alimentada por algunas declaraciones sobre la “máquina del fango”, en referencia a los que consideran los intereses de los llamados “poderes fácticos”.

Espinar vendió en 2011 una vivienda de protección pública cuya compra había firmado sólo unos meses antes (aunque llevaba pagando adelantos sobre plano desde 2007), y con esa operación ganó unos 20.000 euros. Esta información, adelantada la semana pasada por la Cadena SER, despertó una reacción especialmente beligerante en algunos sectores de Podemos. Todos, empezando por sus competidores, defendieron a Espinar. Pero en el partido hubo portavoces que denunciaron un intento de golpear al senador para debilitar a Iglesias. Este salió en defensa del también diputado autonómico igual que en el pasado hizo con su número dos, con Juan Carlos Monedero y con Maestre.

“Nos ha pasado a todos”

El propio Errejón fue el primero en negar que haya existido una conspiración o mano negra, y ayer Irene Montero, diputada y jefa de gabinete de Iglesias, apoyó esa posición. “Nosotros hemos asumido como gajes del oficio que se nos evalúe con un rasero, a veces, un poco más duro que a otros representantes políticos”, afirmó el portavoz parlamentario. Y precisó que “el trabajo de los periodistas es preguntar y publicar noticias”. “Los poderes económicos no son los trabajadores del periodismo”, añadió. Errejón ya había abundado en esta tesis el pasado lunes. “A nosotros se nos ha evaluado con más dureza”, afirmó. “A todos los portavoces que somos conocidos nos han golpeado con varias cosas. Hay periodistas que han hecho su trabajo y eso les ha pasado a todos, no ha habido distingos”.

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Iglesias también ha separado en sus intervenciones públicas el trabajo diario de los informadores, por un lado, y la supuesta conspiración por otro. Pero parte de su entorno ha pasado de acusar a los medios, especialmente a la Cadena SER y a PRISA —editor de EL PAÍS—, a culpar a la Comunidad de Madrid y a su presidenta, la popular Cristina Cifuentes, de una posible filtración de documentos.

Montero dio por casi hecha esa circunstancia y, al pedir explicaciones a Cifuentes, afirmó: “Si ese documento estuviera protegido por la Ley Oficial de Protección de Datos y por las leyes que regulan esto, es un poco extraño que acabe en manos de los medios de comunicación”, dijo en La Sexta. En su opinión, existen “poderosos intereses económicos” que trabajan para “destruir Podemos”.

Las primarias de Podemos en la Comunidad de Madrid, en definitiva, han contribuido a enrarecer el clima dentro de la formación. Aunque muchos de los portavoces se resisten a admitirlo abiertamente, el resultado se interpretará como el primer paso hacia el próximo congreso nacional, previsto para principios de 2017.

El sector que gane esta contienda habrá ganado la primera batalla. También por eso la mayoría evita pronunciarse al respecto. “Es un proceso madrileño, de los inscritos y las inscritas en la Comunidad de Madrid. Toda traslación estatal es una especulación”, enfatizó Errejón al ser preguntado al respecto.

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Sobre la firma

F. MANETTO
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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