_
_
_
_
_

Educación no resuelve aspectos claves de la nueva prueba para la Universidad

El ministerio deja en el aire en el borrador que negocia el distrito único o cómo subir nota

La manifestación contra las reválidas en Madrid.
La manifestación contra las reválidas en Madrid. Carlos Rosillo

El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas han comenzado las reuniones para diseñar contra reloj las evaluaciones externas de ESO y Bachillerato. Después de que el propio Mariano Rajoy se comprometiera a quitarles el valor de reválidas (es decir, que no habrá que aprobarlas para obtener el título) queda pendiente concretar cómo serán los exámenes. La prueba de Bachillerato sustituye a la Prueba de Acceso a la Universidad, la PAU o Selectividad.

El primer encuentro, de carácter técnico, ha tenido lugar este martes con jefes de servicio y directores generales de las comunidades autónomas. Los representantes de Navarra y Cataluña no han asistido.

Más información
Qué son las reválidas y por qué provocan rechazo
Selectividad vs. reválida de Bachillerato

Las regiones socialistas han presentado una propuesta alternativa para que se lleve al próximo Consejo de Ministros del viernes un Real Decreto que permita restablecer la Selectividad tal como estaba antes del cambio. Todas las comunidades autónomas, incluidas las gobernadas por el PP, pidieron a Méndez de Vigo en octubre que prorrogara un año la antigua Selectividad. Hace ya dos meses que empezó el curso y los alumnos no saben aún cómo serán sus pruebas.  El PSOE cree una "irresponsabilidad" que se pongan en marcha ahora estas pruebas en lugar de mantener esa prórroga.

Los socialistas han planteado también una alternativa para dejar sin vigencia los artículos de la LOMCE que contemplan estas evaluaciones y su carácter de reválidas, un aspecto que Educación se comprometió a solucionar "lo antes posible" después del anuncio que hizo el presidente Rajoy durante el debate su investidura en el que se comprometió a que estos exámenes no sirvan para sacarse el título.

Más peso del ministerio en el diseño de las pruebas

El borrador que regula las características de las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato de la LOMCE, que Educación ha entregado a las comunidades para negociar y fechado el 6 de octubre, deja en manos de las comunidades autónomas las fechas y las preguntas. Las asignaturas a examinar, los contenidos y los estándares de aprendizaje —lo que deben saber los estudiantes de cada materia— los determina, en gran medida, el departamento que dirige Íñigo Méndez de Vigo. La Selectividad la diseñaban las comunidades autónomas con docentes de secundaria y Universidad.

Méndez de Vigo ha pedido a los alumnos en sus últimas intervenciones públicas que preparen las prueba "como si fuese la Selectividad". Pero lo cierto es que hay diferencias. El borrador de la orden con el que negocian, de 206 páginas y al que ha tenido acceso EL PAÍS, incluye más días de examen y más asignaturas de las que evaluarse, incluidas de otros cursos. Y deja sin resolver la implantación del distrito único o cómo subir nota, dos aspectos que tanto las comunidades como las Universidades habían pedido al ministerio aclarar.

El distrito único supone que cada alumno haga un solo examen y la nota le sirva para optar a cualquier campus, frente a lo que recoge la LOMCE, que permite a cada Universidad hacer pruebas propias de acceso. En la práctica, hay un acuerdo casi pleno entre regiones y campus para evitar la repetición de exámenes, pero las comunidades le habían pedido al ministerio que lo dejase fijado por escrito.

Un portavoz del ministerio replica que "el texto de la orden no puede recoger el distrito único porque es la LOMCE [que es una ley orgánica y por tanto de rango superior] la que establece la libertad de las universidades para establecer sus propios criterios de admisión en la universidad". El portavoz asegura que el acuerdo del Ministerio de Educación con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) establece que las universidades mantendrán los mismos criterios que venían aplicando con la PAU "por lo que, en la práctica, se mantendrá el distrito único". Pese a ese acuerdo, tanto las universidades como las regiones habían pedido que el ministerio recoja ese aspecto concreto en la normativa para evitar que haya campus que puedan saltárselo.  

Igual ocurre con las pruebas para subir nota. Los alumnos que hacían la Selectividad podían examinarse de dos asignaturas optativas de su elección para obtener hasta cuatro puntos extra (de 10 a la calificación máxima de 14). Esa fórmula ya no existe.

La  universidades han previsto una alternativa que desarrollaron los campus de las nueve comunidades que solo tienen una Universidad pública, el llamado Grupo 9. Estos decidieron que la puntuación seguirá siendo 14 y que igualarán la tabla de ponderaciones (que señala, por ejemplo, qué porcentaje final representa Matemáticas para el que quiera estudiar Medicina) para que los alumnos sepan cuánto puede suponer cada asignatura según la carrera a la que opten. Desde el ministerio señalan que es cada universidad la que debe fijar esos coeficientes.

El ministerio establece de forma pormenorizada en este borrador todas las asignaturas y lo que debe conocer el alumno de cada una de ellas y cuánto debe puntuar cada bloque de materias, tanto para la evaluación de ESO como la de Bachillerato. De esta forma, Educación asume gran parte del control de lo que se van a examinar los alumnos, el 80% en la de la ESO y el 70% en la de Bachillerato.

La nota del examen

El borrador de la orden mantiene, como ocurría con la Selectividad, que el examen de Bachillerato se podrá aprobar con un 4. La media para obtener la calificación final se calculará como hasta ahora, ponderando un 40% el resultado de la evaluación final y un 60% la nota media del expediente académico del alumno en Bachillerato. Asimismo, el texto indica que se reúnen los requisitos de acceso a la Universidad cuando el resultado es igual o superior a 5 puntos.

Las principales diferencias entre las nuevas evaluaciones y la Selectividad es que se emplearían cuatro días como máximo —cinco en las comunidades con lengua cooficial—, en lugar de tres —cuatro en autonomías con lengua cooficial—, y los alumnos se examinarán de contenidos de 1º y 2º de Bachillerato, otro aspecto que distintas comunidades han pedido cambiar.

Asignaturas y fechas

El borrador indica que los alumnos de 4º de ESO se examinarán de siete troncales —Geografía e Historia, Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas (aplicadas o académicas) y primera lengua extranjera—, dos materias troncales de opción y una específica a elección del alumno que no sea Educación Física, Religión o Valores. La nota final constará en un 70% de la media de las calificaciones obtenidas en esa etapa y en un 30% la calificación en la evaluación final. Además, cada examen durará 60 minutos con un descanso mínimo de 15 minutos entre ellas.

Los alumnos de Bachillerato se examinarán de ocho materias: Cuatro troncales —Filosofía, Historia de España, Lengua Castellana y Literatura y primera lengua extranjera—; una troncal general, dos de opción y una específica, excepto Educación Física y Valores. Cada examen durará 90 minutos con un descanso mínimo de 20 minutos.

El borrador también señala que las pruebas de evaluación final de ESO correspondientes al curso 2016-17 en convocatoria única deberían finalizar antes del 24 de junio; las de Bachillerato, antes del 10 de junio. La convocatoria extraordinaria de esta última, antes al 8 de julio y, en el caso de hacerse en septiembre, antes del 9.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_