_
_
_
_
_

“No me di cuenta de que quería ser madre hasta que tuve cáncer de mama a los 24 años”

Un tumor en el pecho impulsó a María Villegas a congelar un ovario

Antonia Laborde
María Villegas en el Parque del Retiro.
María Villegas en el Parque del Retiro.
Más información
"No podía renunciar a ser madre"
Las cicatrices invisibles del cáncer de mama

María Villegas, de 29 años, tiene un grupo en WhatsApp llamado “Las melenazas”. Comenzó con cuatro integrantes, todas cercanas a los treinta y víctimas de cáncer de mama. Una de ellas falleció hace un par de años y las restantes se han sometido tanto al tratamiento para curar la enfermedad como a algún tipo de método de preservación de la fertilidad. Villegas, de risa fácil y mentalidad positiva, forma parte del 20% de las mujeres menores de 45 años afectadas por el cáncer de mama. “Es un palo muy fuerte que te diagnostiquen tan joven, porque es cuando mejor estás, pero también tienes más tiempo para valorar las cosas, ves la vida de otra manera”, reflexiona.

A finales de 2011, cuando Villegas tenía 24 años, vivió experiencias muy distintas de las que suelen vivir las chicas de su edad. Le comunicaron que tenía cáncer de mama y le hablaron de que podía quedar infértil con el tratamiento. “Hasta ese momento no me di cuenta de que realmente quería ser madre, a pesar de que siempre lo había pensado”. A los pocos meses se operó del pecho en Elche y después viajó a Valencia para congelar un trocito de corteza ovárica: “Al final decidí quitarme todo el ovario porque había más posibilidades de ser madre”. El doctor Miguel Martín, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), afirma que el congelamiento de ovocitos es el método de preservación de la fertilidad más común porque no precisa que la paciente tenga pareja.

Villegas describe el tratamiento para sanar el cáncer como una nube en la que te metes y no te da tiempo para pensar. Durante el primer periodo, el ánimo de Villegas se mantuvo arriba. Luego, en los meses finales de la quimioterapia, su cuerpo y su mente estaban agotados. Fue entonces cuando acudió a la Asociación de Mujeres afectadas por el Cáncer de Mama de Alicante. Se integró a una serie de talleres donde conoció a sus amigas del chat y recibió apoyo sicológico. “Me animaba bastante, porque las mujeres que habían superado la enfermedad son más divertidas”, cuenta entre risas.

El saber que todavía puede ser madre le tranquiliza muchísimo: “Me da esperanza”. En un comienzo iba a acabar el tratamiento —una pastilla al día y un pinchazo cada tres meses— el año que viene. Sin embargo, le recomendaron extenderlo cinco años más y lo va a hacer: “No pasa nada, luego vendrá la maternidad”.

La lucha económica

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Cuando el cuerpo de Villegas le ha permitido trabajar lo ha hecho. Durante el tratamiento cobró el paro y luego la ayuda familiar. Su última carta fue solicitar la minusvalía a Seguridad Social, pero solo le dieron el 8% por lo que no le sirve para acceder a bonificaciones. Una mujer que ha luchado para que el tema económico no sea la preocupación cuando se padece de un cáncer es Beatriz Figueroa, de 51 años. Durante más de 20 años ejerció como abogada y periodista, pero cuando le diagnosticaron un cáncer de mama, en 2011, estaba desempleada. Desde entonces su situación laboral no ha cambiado. Sin trabajo, ni pareja, ni salud, agotó la prestación del paro y pasó a recibir 426 euros del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS). Además, debía abonar el 40% de los medicamentos, que alcanzaban hasta 80 euros mensuales.

Figueroa demandó al INSS por no reconocerle su incapacidad y ganó. Ahora, admitida ya como pensionista, recibe 560 euros y no abona los medicamentos. Su situación le sigue pareciendo injusta, al igual que los más de mil testimonios que ha recogido sobre casos similares, a los que tampoco otorgan una incapacidad permanente: “Hay que llevar prácticamente la cabeza en la mano para que te la den”. “Yo no estoy recuperada porque estoy pendiente de una nueva intervención. No podría reincorporarme al mercado laboral, pero a efectos de la Seguridad Social yo no podría ejercer mi anterior trabajo, pero sí cualquier otro”, crítica.

La abogada está reuniendo firmas a través de la plataforma Change.org para que se modifique la ley de la Seguridad Social y se proteja económicamente a los enfermos de cáncer. La petición ha alcanzado 567.712 firmas de apoyo y espera llegar al millón. En el Congreso ya hay una propuesta de ley presentada por la diputada del BNG, Olaia Fernández, pendiente de aprobación. 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_