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La prudencia ante la investidura de Rajoy marca la recepción del Palacio Real

El presidente en funciones se aparta del foco: "Lo mejor que puedo hacer es estar callado"

Miquel Alberola
Los Reyes saludan a Mariano Rajoy, este miércoles.
Los Reyes saludan a Mariano Rajoy, este miércoles.Ballesteros (EFE)

La posibilidad de que Mariano Rajoy supere el pleno de investidura con la abstención del PSOE marcó el compás de la recepción ofrecida este miércoles por el Rey en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de Octubre. La apertura de una brecha en un horizonte hasta ahora obstruido aportó sosiego a los principales protagonistas de la escena política, aunque el temor sobre lo que pueda ocurrir en el comité federal del PSOE el día 23, en el que los socialistas decidirán finalmente su posición, atenuó entusiasmos en los corrillos e hizo cruzar dedos.

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El presidente del Gobierno en funciones mantuvo una actitud muy relajada en el comedor de gala del Palacio Real en los corrillos que se formaron a su alrededor tras el saludo de los invitados a los Reyes. Rajoy quiso apartarse en todo momento del centro de la escena, al considerar que eran otros los personajes a los que había que preguntar sobre el desenlace del bloqueo en el que vive España y del que ayer se cumplían 295 días. “Lo mejor que puedo hacer es estar callado. No debo hablar”, desvió.

Aunque la convulsión orgánica del PSOE ha cambiado la composición del escenario y la convocatoria de la ronda de consultas del Rey el 24 y el 25 de octubre ha rebajado la tensión en el ambiente político, la investidura no está decidida al 100%. Con todo, Rajoy se mostró “moderadamente optimista” respecto al desenlace tras la salida de Pedro Sánchez de la secretaría general del PSOE. La irrupción en la escena, al frente de la gestora, del presidente de Asturias, Javier Fernández, está en la raíz de este incremento de confianza, aunque Rajoy aún no las tenía todas consigo: “Bueno, ya veremos”, se curaba en salud.

El presidente en funciones ya había tenido ocasión en ese momento de saludar a Fernández, con quien, admitió, la interlocución con los socialistas se volvía ahora "más fácil". Dijo que ya tenían una “buena relación” previa y recordó que el PP apoyó sus Presupuestos en Asturias. Pero todas esas circunstancias no so garantía suficiente para que Rajoy salga investido los días 28, 29 o 30. “No le den más vueltas: la fecha importante es el 23”, remarcó el presidente en funciones, en referencia al comité federal del PSOE, que previsiblemente se celebrará en esa fecha y en el que los socialistas fijarán su postura sobre la investidura. Sí dio por hecho, en cambio, que  habrá debate de investidura, aunque, comentó, todavía no ha empezado a esbozar su discurso.

Tras el desgarro del comité federal del 1 de octubre, el PSOE quiso ofrecer ayer una imagen de unidad desfilando todos los representantes invitados juntos para saludar al Rey en el Salón del Trono. Pero Fernández, la andaluza Susana Díaz, el castellano-manchego Emiliano García-Page, el extremeño Guillermo Fernández Vara, el aragonés Javier Lambán y la balear Francina Armengol rompieron filas tras acceder al comedor de gala.

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En un corrillo, la presidenta andaluza trataba de relajar los ánimos a los periodistas respecto al problema que tiene planteado el PSOE para consensuar el giro en su discurso  len el próximo comité federa. “Tranquilos, que vamos a llegar a un acuerdo”, auguró. Y para reforzarlo añadió: “Ya no estamos en un clima bélico”.

Ninguno de los líderes regionales socialistas se aventuró a avanzar de forma explícita que el partido vaya a facilitar con su abstención un Gobierno del PP ni con qué formula, aunque todos mostraron su convicción de que no habrá terceras elecciones. El portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, consideró que “la investidura es complicada”.

“Me entienden más fuera”

El presidente de la gestora acaparó toda la atención de la recepción. Sin embargo, la expectación que había despertado el también presidente de Asturias no se vio correspondida con el escaso tiempo que empleó en los corrillos. Fernández no pudo ocultar su preocupación por que en el PSOE haya calado la idea de que hay que someter a los militantes la decisión de abstenerse para facilitar la investidura a Rajoy, como proponía Pedro Sánchez. Un poso que podría ser determinante en el futuro del PSOE. En la recepción, Fernández transmitió esa inquietud a la presidenta de Baleares, Francina Armengol, partidaria de mantener el no a Rajoy, en la línea de Sánchez, y de consultar a la militancia al respecto. “Tengo la sensación de que me entienden más fuera que dentro”, lamentó Fernández, haciendo un resumen general del estado de las cosas.

Entre la recepción del año pasado y la de este jueves habían ocurrido demasiadas cosas. La estrella fulgurante de Albert Rivera había perdido luminosidad. Si hace un año, cuando decía que no había llegado hasta allí para hacer presidente a Rajoy, todos querían fotografiarse con él, en la actual cedió el protagonismo a Javier Fernández. El presidente de Ciudadanos ahora está convencido de que Rajoy será investido presidente, aunque también cruzo los dedos: “Salvo rebelión de última hora en el PSOE”, precisó.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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