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Detenidos 4 miembros de dos células yihadistas en España y Marruecos

Los arrestados presentaban elevados niveles de radicalización, según Interior

Policías nacionales detienen en Ceuta a un individuo que formaba parte de una célula yihadista. Foto: Reduan (EFE) / Vídeo: AtlasFoto: atlas
Patricia Ortega Dolz
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In English: Four Islamic State members arrested in joint Spanish-Moroccan operation

Solo un día después de que agentes de la Policía Nacional detuvieran a dos yihadistas "totalmente integrados en el Estado Islámico (ISIS)" —un marroquí nacionalizado y uno residente— en Gijón y San Sebastián, una nueva operación policial, esta vez en colaboración con los servicios de espionaje marrroquíes y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), se saldaba con la detención de otros cuatro individuos de nacionalidad marroquí, dos en España, en Ceuta y Altea (Alicante), y dos en Marruecos, en Tetuán y Castillejos (vecinas de Ceuta). Presuntamente, los arrestados en España, de 38 y 34 años, y los atrapados en Marruecos formaban parte de dos células radicadas en ambos países que actuaban de forma coordinada en colaboración directa con el ISIS.

Las investigaciones policiales, iniciadas en el año 2014, constataron que dos individuos que habían residido en España en el pasado se habían integrado en una “katiba” (unidad) adscrita al ISIS en zona de conflicto.

La estructura, conformada y dirigida desde esa “katiba” ubicada en zona sirio-iraquí, se desdoblaba en dos células diferenciadas ubicadas entre España y Marruecos con cometidos concretos y específicos. De esta manera, los detenidos habían logrado constituir un entramado colaborador estable tanto en España como en Marruecos, por lo que sus integrantes presentaban elevados niveles de radicalización y profundo compromiso con los postulados de ISIS.

Los dos detenidos en España habían jurado lealtad a ISIS y mantenían, como activistas de pleno derecho, una comunicación directa, constante y fluida con reclutadores y dirigentes de la organización terrorista. Estos dos individuos habían asumido roles perfectamente diferenciados. Mientras uno de ellos centraba su función en adoctrinar y radicalizar seguidores para la Yihad, el otro actuaba como líder carismático virtual, considerado un “sheik” (director espiritual) por sus discípulos, lo que le convertía en una peligrosa arma de convicción y captación

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Una coordinación a tres bandas

La célula marroquí, encargada de mantener la ortodoxia, realizaba el adoctrinamiento para cohesionar la estructura frente a cualquier contingencia externa. Por otra parte, la célula localizada en territorio español desarrollaba labores concretas de selección, captación y adoctrinamiento de nuevos integrantes para el envío a la zona de conflicto sirio-iraquí. Finalmente, los integrantes de la “katiba” en Siria conectaban las dos células terroristas con ISIS, dirigían la estrategia mediante instrucciones concretas de funcionamiento y les proporcionaban además el material propagandístico terrorista para su difusión.

La relación entre las dos células desarticuladas se materializaba mediante frecuentes viajes de los detenidos a España y Marruecos con el objetivo de fortalecer la cohesión del grupo, así como para determinar líneas de actuación y apoyo logístico mutuo

Además, la estructura terrorista asumía plenamente la estrategia global diseñada por el Estado Islámico en lo referido a formación de células locales autónomas, que se erigen como una prolongación de la organización terrorista. Por eso, la peligrosidad de los detenidos se debía, no solo a su capacidad de adoctrinamiento, radicalización y captación de adeptos para la Yihad, sino a su predisposición a pasar al siguiente estadio y desplazarse a la zona de conflicto para convertirse en mártires y, como última ratio, perpetrar algún tipo de ataque terrorista en su país de origen o residencia.

“Luchar contra los infieles allá donde se encuentren”

Por otro lado, y como es habitual en estos casos, ambas células utilizaban las redes sociales como plataforma de intercambio y difusión de mensajes-material multimedia, donde, además de publicitar y ensalzar el ideario del califato, realizaban llamamientos a todos los musulmanes, incitándoles a hacer la Yihad y alzarse con armas para eliminar a los infieles, reflejando fielmente la proclama del ISIS: “Luchar contra los infieles allá donde se encuentren”.

Cabe destacar las fuertes medidas de seguridad adoptadas por los integrantes de esta estructura terrorista, esencialmente, en lo que respecta a sus desplazamientos y comunicaciones telefónicas. De esta manera, restringían sus contactos al estricto círculo de confianza para evitar que sus actividades pudieran ser detectadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

La desarticulación de estas dos células terroristas, afincadas en Maruecos y España, evidencia la determinación del ISIS de desestabilizar la seguridad de todos aquellos países considerados un freno para su expansión, diseminando en su territorio combatientes nacionales y extranjeros instruidos para acometer actos terroristas.

Interior asegura que esta operación "ha permitido la neutralización de una amenaza potencial para la seguridad nacional tanto de España como del Reino de Marruecos". Los detenidos eran considerados una alta amenaza terrorista para ambos países. La operación, que continúa abierta, ha sido coordinada por el Juzgado Central de Instrucción número seis y la Fiscalía de la Audiencia Nacional. La operación ha sido desarrollada por agentes de la Comisaría General de Información de la policía española y de la Dirección General de Vigilancia del territorio (DGST), con la colaboración del CNI. 

Esta clase de actuaciones conjuntas evidencian la estrecha cooperación entre los servicios de seguridad marroquíes y la Comisaría General de Información de la Policía Nacional para hacer frente a la amenaza global del terrorismo yihadista.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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