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Media ejecutiva estudia dimitir para forzar la salida de Pedro Sánchez

En todas las federaciones se han puesto en marcha líneas de actuación para impedir los planes del secretario general

Los socialistas Antonio Hernando, Meritxell Batet y Miguel Ángel Heredia, en el Congreso.Foto: atlas | Vídeo: JAIME VILLANUEVA / EPV
Anabel Díez

El primer objetivo del sector crítico del PSOE es impedir que el comité federal del sábado someta a votación la convocatoria de un congreso y de primarias a la secretaría general el 23 de octubre. En todas las federaciones socialistas se han puesto en marcha líneas de actuación para impedir los planes del líder socialista; todas ellas traumáticas. La dimisión de 18 miembros de la ejecutiva, la mitad más uno, es la primera opción que se baraja, y llevaría a la extinción de ese órgano, su sustitución por una gestora y la salida de Sánchez. Por si esa opción no sale, unos y otros tratan ya de influir en los 290 miembros del comité federal.

El movimiento de los críticos en todas las federaciones está siendo frenético para impedir que el sábado, el comité federal, convocado por Pedro Sánchez, no llegue a votar la celebración de un congreso en el que se dirima el liderazgo en el PSOE. Hasta anoche, había 15 miembros de la ejecutiva federal, de un total de 35, dispuestos a presentar su dimisión.

Los críticos afirman que les basta con la renuncia de 17 miembros de la Ejecutiva

Los críticos con Pedro Sánchez sostienen que les bastaría con la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva Federal para forzar una gestora y no 18, como hasta ahora se calculaba.

La diferencia se debe a que quienes tendrían que renunciar para forzar la salida del secretario general serían la mitad más uno de los miembros de la dirección elegidos en el Congreso en el que Sánchez se impuso –en origen eran 38-, no la mitad más uno de los componentes de la actual Ejecutiva Federal (35).

La cifra varía de esta forma ya que se han producido tres bajas en la dirección durante el mandato de Sánchez: Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales, que falleció; y los vocales José Ramón Gómez Besteiro y Javier Abreu, que renunciaron.

Este movimiento sería inútil si no llegan a 18, la mitad más uno de los miembros de este órgano de dirección. Si se alcanzara ese número de dimisionarios estos presentarían un escrito en la secretaría de Organización del PSOE, en la que presentaban su dimisión lo que daría lugar a la extinción de la ejecutiva para dar paso a una gestora. Ya no habría ningún cargo en la dirección del partido, tampoco secretario general. Este paso no se dará si no tiene garantías de éxito al 100% ya que de nada servirá que se vayan de la ejecutiva un buen número de sus miembros pero que el órgano de dirección prosiga su labor ya sin dirigentes críticos al secretario general. “Va bien, pero aún no están todos los necesarios”, señalaron anoche fuentes conocedoras de la recopilación de voluntades que propician la formación de una gestora. Aún así esta opción cuenta con reservas e incluso dudas éticas al considerarse una suerte de golpe de mano contra una dirección elegida por un congreso, precedido por una votación para elegir de manera directa al secretario general. “Es una decisión dura y dramática”, señala un miembro de la ejecutiva dispuesto a dimitir si finalmente todos están de acuerdo y con ellos la mayoría de los secretarios generales a cuyas federaciones pertenecen.

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Si finalmente este paso no se da, por reparos o porque no sale el número requerido, todas las baterías se reservan para la propia reunión del comité federal del sábado. Los 290 miembros del comité federal tendrán que votar la propuesta del secretario general de celebrar unas primarias el próximo 23 de octubre para que los militantes en urna elijan al secretario general. A las mismas se presentará Pedro Sánchez, pero nada apunta a que vaya a haber adversarios. La premura para celebrar ese congreso ha causado un intenso malestar en el PSOE que si nada precipita otra opción estallará en el cónclave del sábado para mover las voluntades que aún queden por decidir para que voten contra la convocatoria de ese congreso.

La lista de los casi trescientos miembros del comité federal pasa de mano en mano para tratar de discernir qué votará cada uno. Aunque los líderes territoriales, también la dirección socialista, tienen una idea muy aproximada de la posición política de los miembros del comité federal, ninguna parte está segura al cien por cien del sentido del voto. Aún así hay reserva en atribuirse la mayoría. Al menos hasta anoche se resistían a adjudicarse la mayoría.

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Falso debate

Debate ideológico o tacticismo. Sobre estas dos bases discurrirán las intervenciones del sábado en el comité federal en el que Pedro Sánchez justificará la imperiosa necesidad de convocar ese congreso para debatir sobre si el PSOE se mantiene como un partido de izquierdas o “subalterno de la derecha”. Esta es la traducción que Sánchez hará de la actitud de los líderes territoriales que no defienden, salvo excepciones, con claridad la abstención ante la investidura de Mariano Rajoy.

Tanto en el grupo parlamentario con en las federaciones los críticos reaccionaron ayer con indignación ante esa dicotomía que, a su juicio, no es real.

A Sánchez le atribuyen una posición “tacticista” para revalidar su puesto con este mensaje entre derecha e izquierda ante la militancia. Si en el comité federal una mayoría rechaza la celebración del congreso, Sánchez proclamará que ese órgano ha impedido que voten los militantes, reconocen en fuentes de esa dirección. Mientras tanto, la batalla se dará en las redes sociales y en la publicación de manifiestos, entre otros de alcaldes, a favor y en contra de la iniciativa del secretario general.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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