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Podemos ensaya las disputas de su congreso extraordinario

Las asambleas territoriales definirán los equilibrios internos antes del cónclave nacional

Francesco Manetto
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el líder del partido en Aragón, Pablo Echenique.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el líder del partido en Aragón, Pablo Echenique. Javier Cebollada (EFE)

Los distintos sectores de Podemos ya han comenzado a ensayar las batallas por el liderazgo y el proyecto político ante su congreso nacional extraordinario, previsto para principios de 2017. El partido de Pablo Iglesias ha abierto esa disputa en tres comunidades y en 12 ciudades de más de 100.000 habitantes. Las asambleas territoriales, que terminan el 9 de noviembre, definirán las divisiones internas y los equilibrios de fuerza.

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Las discusiones internas pueden ahondar la brecha en un momento delicado para las negociaciones, las relaciones con el PSOE y un posible regreso las urnas. Pero en lugar de enfriar el debate, la dirección de Podemos optó por alimentarlo. Pablo Echenique, secretario de Organización, ofreció a los líderes autonómicos la opción de convocar congresos territoriales coincidiendo con el de la Comunidad de Madrid. A ese proceso se han sumado Andalucía, Extremadura y una docena de grandes municipios, donde se perfila un tipo de pugna similar a la de Madrid.

En esta región se escenifica una batalla entre tres candidaturas. La iniciativa impulsada por Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de la capital, la diputada Tania Sánchez y un grupo de cargos afines a Íñigo Errejón compite con la plataforma encabezada por el portavoz en el Senado, Ramón Espinar, y alentada públicamente por el propio Iglesias. El sector anticapitalista, cuya cabeza visible es el eurodiputado Miguel Urbán, se sumó a este proceso y ayer propuso algunas ideas nunca abandonadas por las corrientes críticas de la formación: dirección colegiada, renta básica y auditoría ciudadana de la deuda pública. Desde la convocatoria de ese congreso, cualquier movimiento se lee en las filas de Podemos como un nuevo indicio de la pugna entre el sector afín a su líder y los fieles a Errejón.

El caso de Andalucía

El caso de Podemos Andalucía, federación clave liderada por la exeurodiputada Teresa Rodríguez, es paradigmático tanto por los equilibrios de poder como por el tipo de proyecto al que aspira. La dirección autonómica cuenta con una mayoría que no avala los planteamientos de Rodríguez y con una cuota importante de cargos errejonistas, entre ellos, el exsecretario de Organización, Sergio Pascual, destituido de forma fulminante en marzo por Iglesias. A ellos dirigió la líder autonómica un reproche en una carta enviada a la militancia, acusándoles de “filtraciones anónimas”. Rodríguez apeló también a las bases y a los círculos con un recordatorio: “Nuestra fuerte presencia en las instituciones debe verse compensada con una presencia fuerte también en las luchas, en la calle”.

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Todas las disputas de Podemos, además de los liderazgos en sí, giran en torno a la contraposición entre calle e instituciones, entre movilización y gestión. Cada sector interpreta de forma distinta el papel del partido en el futuro y la llamada “transversalidad” que quiere representar. ¿Cómo puede crecer y a quién se debe dirigir Podemos? Tras la respuesta a esta pregunta se encuentran algunas claves de su crisis. Iglesias ha vuelto a reivindicar las esencias de la formación, recuperando su tono más auténtico, haciendo hincapié en las bases y sin disimular su deseo de entrar en la disputa interna. Errejón, que hasta ahora se ha mantenido al margen del debate, manteniendo un perfil público bajo, apuesta por otro estilo político que siga huyendo de los tics de la izquierda tradicional. Las diferencias entre ambos sectores tienen que ver más con el tono y las formas que con el programa. En cualquier caso, Podemos ya ha comenzado el ensayo general de su batalla.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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