_
_
_
_
_

Un tren con más de 30 años

El convoy accidentado en Galicia pertenece a una serie de principios de los ochenta

El tren accidentado este viernes en O Porriño (Pontevedra).
El tren accidentado este viernes en O Porriño (Pontevedra).MIGUEL RIOPA (AFP)

El tren que se ha descarrilado este viernes en O Porriño (Pontevedra) y que ha provocado la muerte de cuatro de las 65 personas a bordo pertenece a la serie S-592 de Renfe. Este automotor diésel fue producido por la empresa Macosa y Ateinsa (actual Alstom) ente 1981 y 1984. Inicialmente, el parque de S-592 de Renfe estaba formado por 70 trenes de corta y media distancia. La serie fue renovada a lo largo de los años y puede alcanzar una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora. Propiedad de Renfe, el vehículo accidentado está alquilado a Comboios de Portugal.

Más información
Tres años sin explicación de la tragedia del Alvia
Las víctimas del accidente de metro restañan sus heridas 10 años después

A finales de los años ochenta se realizó una primera remodelación de los trenes para introducirlos en el servicio de largo recorrido. Se añadieron asientos de primera clase y una cafetería para que los convoyes pudiesen cubrir la rutas Bilbao-A Coruña o unir Madrid con Valencia y Gandía. El servicio Vigo-Oporto, llamado Tren Celta, se presta de forma combinada entre Renfe y la empresa ferroviaria portuguesa Comboios de Portugal. A finales de los años noventa, a esos trenes se les cambió el motor con el objetivo de "incrementar la fiabilidad".

A partir de 2002, los trenes de media distancia fueron sometidos a cambios en el interior y en la parte técnica. Los motores de 27 trenes fueron sustituidos por segunda vez para que los convoyes pudiesen alcanzar los 140 kilómetros por hora. La serie tiene una composición mínima formada por el motor, el remolque y otro motor. El convoy puede llegar a tener nueve coches, con un máximo de 200 asientos. 

El tren no hacía parada en O Porriño

Ese tren, según han explicado fuentes ferroviarias, no hace parada en O Porriño, donde habitualmente pasa sin reducir la velocidad, a unos 100 kilómetros por hora. El ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá, ha confirmado que se estaban realizando trabajos rutinarios de mantenimiento en la vía donde ha descarrilado el tren. Las obras obligaban a los convoyes a desviarse a una vía provisional y reducir la velocidad. El presidente del operador ferroviario portugués, Manuel Queiró, ha afirmado, sin embargo, que no hay indicios de fallos humanos o técnicos. 

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_