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Una mujer con un brote psicótico mata a dos parientes ancianos

Un familiar de la agresora alertó a la Guardia Civil después de ver sangre en la puerta

Agente de la Guardia Civil en la vivienda del suceso.
Agente de la Guardia Civil en la vivienda del suceso. ÓSCAR CORRAL (EFE)
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Una mujer de 46 años que padece una enfermedad psiquiátrica ha matado supuestamente a dos familiares ancianos que se encontraban en su domicilio, en el municipio coruñés de Arzúa. La casa de las víctimas se sitúa a apenas 15 metros de distancia de la vivienda de la mujer, donde también ha causado heridas por arma blanca a su suegro. La Guardia Civil tuvo conocimiento en la noche del martes de que M. M. S. R. había atacado a E. C. I., de 79, causándole diversos cortes en cara y cuello, además de hematomas por el cuerpo.

El anciano y la agresora fueron trasladados en una ambulancia del 061 al Hospital Clínico, donde ella fue detenida e ingresada en el departamento de psiquiatría, mientras el hombre era trasladado a urgencias. En la mañana de este miércoles, la Guardia Civil ha recibido una nueva alerta: un familiar ha comunicado que ha visto sangre en el pomo de la puerta principal de la vivienda de otros parientes de la detenida. Al acceder al interior, los agentes han encontrado encima de la cama los cuerpos de un matrimonio de avanzada edad —el hombre de 98 años y la mujer de 84— ambos con heridas de arma blanca, que atribuyen igualmente a la arrestada.

La agresora vivía con las tres víctimas, su suegro y los tíos de su marido, en dos viviendas aisladas situadas en una zona boscosa del municipio. Afectada desde hace más de una década por problemas psiquiátricos, protagonizó hace cuatro años una fuga que tuvo en vilo a las fuerzas de seguridad durante días. Acabaron encontrándola escondida en una vivienda antigua ubicada dentro de la misma finca, según ha declarado a Europa Press un vecino de su aldea, Manuel Corral. El vecino sostiene que, pese a las continuas depresiones y huidas de su domicilio, la mujer no había tenido hasta el momento ninguna actitud violenta. Según este testimonio, en esta ocasión se sumaba a sus problemas psiquiátricos el elemento desestabilizador de la muerte de su suegra, que se quitó la vida hace dos años, así como las secuelas que arrastra su marido, consecuencia de un reciente accidente de tráfico.

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