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El exdirector de Salesianos de Cádiz quiere “dar carpetazo” a su “particular subida al Calvario”

López Luna cree que se ha hecho justicia con una sentencia absolutoria de abusos sexuales a menores que ha sido recurrida

Jesús A. Cañas
Javier López Luna, exdirector del colegio.
Javier López Luna, exdirector del colegio.Raúl Caro (EFE)
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Siente que lo suyo ha sido “una particular subida al Calvario”. Por eso, lo único que ahora desea Javier López Luna, exdirector del colegio de Salesianos en Cádiz, es recuperar su vida. Quiere “dar carpetazo” al proceso judicial que le llevó a sentarse en el banquillo, acusado de abusos sexuales a menores. Después de que un tribunal de la Audiencia Provincial le absolviera de los delitos que se le imputaban, el sacerdote salesiano ha roto este martes su silencio en una rueda de prensa en la Inspección General de los Salesianos de Sevilla.

Acompañado de su abogado, Manuel Montaño, y sin admitir preguntas de los periodistas citados, López Luna ha leído un comunicado en el que ha descrito “el periplo nada fácil” desde el 14 de julio de 2013. Según ha explicado la agencia EFE, ese día los familiares de un alumno se reunieron con el exdirector para pedirle cuentas de los juegos que ocurrían en el interior de su despacho. “Fui encerrado, insultado, amenazado y golpeado”, ha relatado en referencia a esa cita que derivó en una denuncia del sacerdote hacia el tío de ese menor. El salesiano ha explicado que la indemnización que recibirá por los golpes de ese familiar la donará a un comedor social de Cádiz.

"Desde ese momento, pude ver que me estaban prendiendo fuego y se me esfumó todo lo que hasta entonces era mi vida”, ha explicado López Luna. Concretamente, se ha referido a su paso por los calabozos: “El tiempo máximo que marca la ley”. De ahí permaneció en prisión sin fianza un mes. De esos días, ha recordado que resistió con “un rosario y un libro de oración” y la ayuda de su familia.

Para ellos, ha tenido palabras de agradecimiento por su apoyo, al igual que ha mostrado su gratitud a la ayuda de otros miembros de la comunidad salesiana y de la comunidad educativa del colegio de Salesianos de Badajoz. “Es muy duro no poder reconocer a un hijo o hermano en los ríos de tinta de muchas noticias empeñadas en muchas ocasiones en contar una realidad desvirtuada”. Igualmente, ha lamentado que las medidas cautelares le supusieran “el exilio” de Cádiz, su ciudad. 

Prudencia ante el recurso

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Ante el pronunciamiento de la Audiencia Provincial, López Luna ha dicho confiar “plenamente” en la justicia. Su abogado ha aclarado que no la recurrirán, ya que están “satisfechos” con ella. En cualquier caso, el letrado ha lanzado un mensaje de cautela y prudencia, después de conocerse que tanto la Junta de Andalucía (personada en la causa por ser tutora de un menor afectado) como la fiscalía recurrirán la sentencia. Por ello, el letrado ha preferido esperar a que “todo se acabe” para hacer “valoraciones de manera absoluta”. 

Montaño ha dejado claro que la convocatoria de hoy no tenía un fin exculpatorio. El abogado ha explicado que la sentencia ya valora los ilícitos penales. “Sí dice que puede haber otro tipo de conductas que se pudieran juzgar desde un punto de vista moral o educativo”, ha reconocido, aunque cree que eso “puede ser opinable”. 

El letrado también ha entrado a valorar “la presión mediática y el juicio paralelo” que su cliente ha sufrido en algunos medios. Igualmente, ha dejado claro que el trabajo que tiene ahora el exdirector no tiene nada que ver con la docencia. En su lugar, desarrolla labores administrativas, como parte de la terapia que ha seguido desde el proceso. Con ello, Montaño ha intentado atajar las críticas de las familias de los menores denunciantes, insatisfechas con la absolución y con el que sacerdote pueda seguir impartiendo clases.

Durante la rueda de prensa, se ha repartido también un comunicado escrito de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora. En él ha mostrado su respeto por el procedimiento judicial y ha reiterado su “plena colaboración”. Dado que ahora el recurso de casación llevará el proceso ante el Tribunal Supremo, ha estimado adecuado no hacer ninguna declaración ni valoración que interfiera.

Lo único que han precisado desde los Salesianos es su interés por qué “resplandezca la verdad” y por “proteger a los niños, adolescentes y jóvenes”. Sí ha mostrado su deseo porque se confirme la libre absolución de López Luna, “como consecuencia de que se acredite de forma indubitada que no ha realizado ningún ilícito penal”. Ahora, tras una primera sentencia que consideró que todo se produjo en un contexto “lúdico”, la pelota recaerá en el Tribunal Supremo, una vez se presente el recurso.

Durante el juicio, padres y menores describieron las supuestas “prácticas” de López Luna; por ejemplo, pescozones, patadas o juegos de carácter “libidinoso”. Los afectados contaron episodios en el despacho del exdirector que iban desde “juegos de manos” a otros de mayor agresividad que llevaron a algunos chicos a desarrollar “verdadero pánico a don Javier”, como aseguró un padre. Los progenitores contaron, además, que era común que sus hijos “llegaran a casa marcados con moretones” que siempre achacaban a percances “durante el recreo”.

Una de las madres contó durante el juicio cómo supuestamente los juegos de López Luna se basaban en un sistema de créditos mediante el cual los niños podían saltarse clases a cambio de un castigo físico. La mujer describió una de las agresiones que su hijo sufrió, el llamado goldfish: “Consistía en que él [López Luna] le tirara fuerte de los genitales para, así, pagar su crédito”. “A mi hijo le han pasado cosas que sé que jamás me va a contar”, ha apuntado la madre del menor que, en ese entonces, estaba en 1º de ESO.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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