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La pugna entre Podemos y PSOE da a PP y Ciudadanos el control del Congreso

Los populares permitirían al partido de Rivera estar en la Mesa, un gesto político en plenas negociaciones para que apoyen la investidura de Rajoy

El expresidente del Congreso, Patxi López, con el portavoz del PSOE, Antonio Hernando.Foto: atlas | Vídeo: ULY MARTÍN / ATLAS

A la espera de las negociaciones que se produzcan este lunes, el único acuerdo para la constitución del Congreso —el martes— y la elección de la Mesa y la presidencia podría ser el pacto de PP y Ciudadanos. Es el acuerdo más probable, pero ni siquiera está cerrado y no garantiza el color político del presidente de la Cámara. Ese posible acuerdo está favorecido por la división, las diferencias y la desconfianza entre PSOE y Podemos para llegar a un pacto alternativo para la elección de los órganos de gobierno del Congreso.

Votaciones en secreto y con segunda vuelta

El martes en la constitución del Congreso habrá varias votaciones: para la presidencia y para la elección de otros ocho miembros de la Mesa. Todas son secretas, con papeleta y llamamiento de cada parlamentario.

Para la presidencia hay una primera en la que el grupo que quiera presenta candidato. Se vota y, si ninguno logra mayoría absoluta, hay una segunda vuelta a la que pasan los dos más votados. Sale elegido presidente el que tenga más votos.

Para las cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías se elige en cada caso a los cuatro con más apoyos. La traslación de escaños daría al PP cuatro, al PSOE dos y a Podemos dos. En la anterior legislatura, el pacto de PP, PSOE y Podemos dio tres al PP, uno al PSOE (más el presidente), dos a Podemos y dos a Ciudadanos.

PP y Ciudadanos han avanzado en un acuerdo por el que los populares permiten al partido de Albert Rivera estar en la Mesa, porque por número de votos no les correspondería. El pacto podría consistir en que el PP permite que el diputado de Ciudadanos Ignacio Prendes presida la Cámara. O que Ciudadanos conserve los dos puestos que tuvo en la Mesa. La más probable es la primera opción y permitiría al PP mantener la doctrina de que el presidente no pertenezca al partido mayoritario de la Cámara. También le permitiría hacer un gesto político en plenas negociaciones para que Ciudadanos apoye la investidura de Mariano Rajoy. Ese acuerdo podría servir para que PP y Ciudadanos mantuvieran la mayoría de la Mesa, es decir, cinco de nueve puestos del órgano.

El portavoz de Ciudadanos en Madrid, Ignacio Aguado, afirmó ayer que su objetivo es mantener los dos puestos en la mesa que lograron tras las elecciones anteriores, informa Efe. Aguado negó, sin embargo, que vaya a haber “un intercambio de cromos” con el PP, en el que darían el sí a Rajoy a cambio de estos cargos.

Ciudadanos quería que el PSOE estuviera en el acuerdo con el PP, pero esta vez los socialistas han preferido mantenerse al margen, al menos de momento, pese a las gestiones del partido de Albert Rivera. En paralelo, PSOE y Podemos han mantenido conversaciones entre ellos, y los del partido de Pablo Iglesias han intentado su propia vía, lo que ha irritado a los socialistas y ha agrandado la inmensa brecha entre ambas formaciones. En esta situación, el PSOE no ha decidido aún si presentará candidato a la presidencia del Congreso. Solo tendría asegurados los 85 votos de su grupo para el socialista Patxi López.

Pablo Iglesias intentó una salida propia recabando los votos de CDC, PNV, ERC y Grupo Mixto para Xavier Domènech, portavoz de la rama catalana de Podemos. Fuentes de esos grupos aseguran que no todos aceptan esa vía, pero Podemos no la da por cerrada totalmente y considera que todavía puede tener éxito en las conversaciones de última hora.

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Según el sistema de votación, si no hay más acuerdos, el presidente sería el candidato de PP y Ciudadanos, pero Podemos aspira a poner en un brete al PSOE que le lleve a apoyar a Domènech.

Si Podemos lograra esos apoyos, pasarían a la segunda vuelta de votaciones el candidato de PP y Ciudadanos y Domènech. La decisión de quién es presidente quedaría entonces en manos del PSOE. Por el momento, fuentes socialistas aseguran que no apoyarán a ninguno de ellos por considerar que Podemos no ha sido leal en la negociación, ya que mientras buscaba un acuerdo hacía gestiones paralelas en favor de Domènech y contra López.

Negociación paralela

Algo parecido ocurrió en diciembre cuando Podemos intentó una vía paralela para que Carolina Bescansa fuera presidenta, frente a la candidatura de López, pactada por PP, PSOE y Ciudadanos. La diferencia es que esta vez el PSOE sí negociaba con Podemos un acuerdo que sumara también a Ciudadanos frente al PP. En todo caso, el desacuerdo entre PSOE y Podemos favorece a PP y Ciudadanos. Una de las primeras decisiones de esa Mesa será la formación de grupos parlamentarios. Hay dudas con los de Convergència y los de las confluencias de Podemos. En el primer caso, se trata de aplicar el reglamento con flexibilidad y permitir que algún grupo mayoritario le ceda diputados. En el segundo, se trata de superar la prohibición expresa de no crear grupos diferentes para partidos que no se hayan enfrentado en las elecciones.

Los grupos de las confluencias son rechazados por PP, PSOE y Ciudadanos, por lo que es casi seguro que no se crearán.

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