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El PP ofrece al PSOE y Ciudadanos “mejorar” su programa de mínimos

Rajoy retomará el diálogo con Sánchez y Rivera tras la constitución de las Cortes el 19 de julio

Toni Cantó y Dolores de Cospedal, este jueves.Foto: atlas | Vídeo: ULY MARTÍN / ATLAS
Javier Casqueiro

Mariano Rajoy entregó a Pedro Sánchez un resumen de 55 páginas de su programa electoral y el PP lo distribuyó luego a otros partidos. Los dirigentes populares lo calificaron este jueves como un documento “abierto” para “negociar y mejorar” con las aportaciones de los demás partidos, sobre todo el PSOE y Ciudadanos. Tras la constitución de las Cortes, Rajoy esperará unos días para llamar a Sánchez y a Albert Rivera y ofrecerles más cambios y reformas flexibles si Ciudadanos pasa de la abstención al y el PSOE del no a la abstención en su investidura.

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Un compendio de su reciente programa electoral, muy similar por otra parte al ya presentado para las elecciones del 20-D. Así denominaron los dirigentes del PP el texto de negociación que Rajoy dio a Sánchez en su reunión del miércoles y luego envió a los demás partidos. Tras la jornada de encuentros y convocatorias públicas, el jueves llegó la resaca de las explicaciones.

Todos los portavoces populares que comparecieron se esforzaron en aclarar que la síntesis de su programa no era nada más que un punto de partida y que están dispuestos a hablar de casi todo si notan avances en la investidura de Rajoy durante la negociación con el PSOE y Ciudadanos. En esa línea, la número dos del PP, Dolores de Cospedal, acudió al Congreso a presentar sus credenciales como nueva diputada y apuntó que “está todo abierto” para hablar, en todo lo que sea mejorable, de las reformas esbozadas en su propuesta y sin echar marcha atrás en lo que creen demostrado que ha podido funcionar. Fue ahí cuando mencionó que se podría discutir incluso sobre la posibilidad de “mejorar” algunos aspectos de la reforma laboral.

Sobre ese concepto insistieron este jueves más portavoces del PP. El vicesecretario nacional de Organización, Fernando Martínez-Maillo, se aprestó a considerar todo tipo de “aportaciones y sugerencias” de los socialistas y del partido de Rivera, a los que reclamó responsabilidad a la hora de analizar la situación: “Tenemos la seria aspiración de poder discutirlo con el resto de formaciones políticas para llegar a acuerdos concretos de gobernabilidad y estamos abiertos a hacer las incorporaciones que estimen los partidos”.

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No hubo más precisiones ni las habrá sobre hasta dónde está dispuesto a ceder el PP en su programa hasta que se plantee una negociación en serio. Pero eso no sucederá hasta que el PP aprecie avances en las posiciones actuales, tanto del PSOE como de Ciudadanos, en los contactos discretos que Rajoy pretende retomar a partir de que el 19 de julio se constituyan las Cortes y se resuelva la negociación, ya en marcha, de los primeros cargos institucionales.

Los populares quieren que Albert Rivera transite de la abstención que ha anunciado para la futura investidura de Rajoy al voto afirmativo, y que el PSOE, presionado por esa alianza, permita un Gobierno del PP en minoría para que arranque la legislatura.

En los contactos y charlas privadas que Rajoy está manteniendo estos días con sus principales colaboradores, incluso después de la reunión bilateral con Sánchez, está aportando muy poca información precisa de cómo transcurre el proceso. Está más hermético que nunca y lleva el ritmo de los tiempos totalmente en su mano. A su equipo apenas le ha trasladado que está muy preocupado por los problemas internos que observa tanto en el PSOE como en Ciudadanos y que considera que están afectando al momento de la negociación. No entiende, en concreto, los pasos tan lentos que está dando Rivera, que antes y durante la campaña había prometido no permitir el Gobierno de Rajoy ni con su abstención. El líder de Ciudadanos no ha planteado nada al PP a cambio de la abstención. Tampoco entiende el presidente del Gobierno por qué Ciudadanos no pasa de la abstención a un crítico.

La cita de este miércoles con Sánchez resultó mucho más cordial y larga que la que ambos mantuvieron en enero (en la que no se llegaron a darse la mano), pero Rajoy tampoco se acaba de fiar de la solidez de su liderazgo interno en el PSOE y le surgen muchas dudas sobre que pueda tomar una decisión que respalden todos los dirigentes territoriales socialistas y comprometa a todo el comité federal.

“Tranquilidad, relax y nada en público”

—¿Qué va a hacer usted ahora presidente?

—Nada... Bueno, nada que se deba hacer público.

—¿Se le ve tranquilo, presidente, pero la situación es confusa y complicada?

—No, no lo es tanto. Se trata de buscar las sumas razonables y de tener mucha tranquilidad y relax.

Rajoy respondió así a los periodistas al término de una comida-reunión de cuatro horas el miércoles en un restaurante junto al Congreso.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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