Podemos e IU negocian el papel de la federación en el grupo parlamentario conjunto
Garzón quiere preservar la identidad de su partido pero no intentará un grupo independiente como sí harán las alianzas territoriales
Podemos e Izquierda Unida han comenzado las negociaciones sobre la organización del grupo parlamentario conjunto de Unidos Podemos que comenzará a funcionar a partir del próximo 19 de julio, cuando se constituyan las Cortes. La federación de izquierdas no solicitará formar un grupo independiente en el Congreso, como sí harán las alianzas territoriales de Podemos, pero sí requiere visibilidad e identidad propias. Los dos partidos tienen que dirimir si IU contará con una coportavocía del grupo, que presumiblemente ocuparía el líder de IU, Alberto Garzón, y de qué portavocías en las comisiones podrá disponer el partido coaligado con Podemos, que tiene ocho diputados de los 71 de Unidos Podemos. El papel de IU en ese grupo conjunto es clave para que la formación no quede diluida en la alianza.
La responsable de Acción Institucional de IU, Amanda Meyer, y la secretaria general del grupo parlamentario de Podemos el pasado diciembre, Carolina Bescansa, están manteniendo contactos ya con el objetivo de definir el papel de IU. El líder del partido, Alberto Garzón, ha evitado revelar este lunes qué pedirá para su partido: la visibilidad institucional es uno de los elementos relevantes del acuerdo, pero Garzón no ha querido despejar si, al menos, su intención es reclamar una portavocía en el grupo parlamentario. Tampoco lo ha desvelado en la reunión de la Ejecutiva celebrada esta tarde, según fuentes presentes en la cita.
El pasado diciembre, Podemos registró un grupo junto a sus alianzas territoriales del que nombró presidente a Pablo Iglesias, secretaria general a Carolina Bescansa y portavoz a Íñigo Errejón. Asimismo, definió cuatro portavoces adjuntos: Xavier Domènech, cabeza de lista de En Comú Podem; Alexandra Fernández, portavoz de En Marea; la diputada valenciana Ángela Ballester e Irene Montero, jefa de gabinete de Pablo Iglesias. IU, por su parte, se integró en el Grupo Mixto con sus dos únicos diputados entonces.
La entrada de IU en la coalición obligará a Podemos seguramente a redefinir los puestos en el grupo de todas las alianzas, si es que estas, como es previsible, vuelven a no lograr un grupo independiente. La coalición Unidos Podemos va a reclamar grupo propio para sus alianzas territoriales: En Comú Podem, A la Valenciana y En Marea, como hizo el diciembre pasado, pero que se les reconozca dependerá de la voluntad política del resto de formaciones en su interpretación del Reglamento del Congreso. Tras las elecciones del pasado 20-D, la Mesa del Parlamento tumbó su pretensión, aunque en esta ocasión todavía no se conoce la distribución de fuerzas en el órgano de gobierno de la Cámara Baja. El PSOE tendrá la llave.
Las distintas fuerzas de Unidos Podemos tendrán también que repartirse los tiempos de intervención en la tribuna: en la pasada breve legislatura, Iglesias dividió sus minutos con los portavoces de En Comú y de En Marea, y en una ocasión Alexandra Fernández se quedó sin intervenir porque entre Iglesias y Domènech consumieron todo el tiempo.
El grupo parlamentario da derecho además a distintas subvenciones públicas. En el acuerdo de coalición entre Podemos e IU se determinó que el reparto de la financiación que se percibe en función de los escaños se distribuiría siguiendo una relación directa a los diputados de cada una de las fuerzas. La asignación constitucional es de 2.813,87 euros mes por cada diputado, pero se añaden complementos en función del cargo que desempeñe el diputado por ser miembro de la Mesa, o de la Junta de Portavoces o de alguna comisión. El Congreso fija también una subvención para cada grupo parlamentario de 28.597,08 euros mensuales y otra variable en función del número de diputados de cada uno de ellos de 1645,49 euros mensuales por cada diputado.
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