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El independentismo gallego

Prisión para un miembro de Resistencia Galega por una bomba en 2014

Raúl Agulleiro, de 26 años, reconoce el atentado contra el Ayuntamiento de Baralla y acepta una condena de siete años y medio

Fernando J. Pérez

Raúl Agulleiro Cartoy, de 26 años y miembro de la organización terrorista Resistencia Galega, ha sido condenado a siete años y medio de prisión por atentar con un artefacto explosivo contra el Ayuntamiento de Baralla (Lugo, 2.800 habitantes) el 1 de octubre de 2014. El joven ha reconocido los hechos en el juicio que se iniciaba este martes en la Audiencia Nacional y ha obtenido a cambio una rebaja en los 27 años de condena que pedía para él la fiscalía por pertenencia a organización terrorista, depósito de aparatos explosivos y estragos terroristas.

Agentes de la Guardia Civil inspeccionan el Ayuntamiento de Baralla tras el atentado.
Agentes de la Guardia Civil inspeccionan el Ayuntamiento de Baralla tras el atentado.Efe

Agulleiro, vinculado a los movimientos más extremistas del nacionalismo gallego, ha reconocido la colocación de la mochila bomba que causó destrozos por valor de 222.488 euros en la casa consistorial de Baralla, a 32 kilómetros al sureste de la capital lucense, en la comarca de Los Ancares. Según el relato de hechos del fiscal, el joven tenía almacenados al menos cuatro aparatos explosivos en una casa en ruinas situada en la zona boscosa de O Pino (A Coruña), a la que acudió en las fechas previas al atentado.

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El 1 de octubre de 2014, poco después de la medianoche, Agulleiro abandonó su domicilio en Santiago de Compostela y, con el Volkswagen Golf de su padre, se dirigió a Baralla. El joven colocó el artefacto, una olla exprés mediana con cuatro kilos de pólvora negra, perclorato potásico y aluminio en su interior, en la parte izquierda de la puerta del Ayuntamiento. La bomba tenía un dispositivo de iniciación muy básico: un reloj de pulsera manipulado para funcionar como interruptor.

A las 4.45, el mecanismo cerró el circuito de la bomba. La explosión destruyó la entrada del consistorio, agrietó la fachada y las columnas del edificio, y provocó el derribo de falsos techos y daños en los muebles del interior. Los destrozos se registraron en un radio de 50 metros.

Agulleiro fue detenido dos días más tarde del atentado. En un ordenador se le intervinieron vídeos con instrucciones para el montaje de bombas con relojes eléctricos y de pulsera, documentos sobre explosivos y una carpeta, con el nombre “Galería de Arte. Exposiçoes”, que contenía una lista de posible lista de objetivos, entre ellas sedes gallegas del PP y UPyD y medios de comunicación. En el historial de navegación por Internet de su ordenador y de su teléfono móvil se descubrió que las primeras consultas del 1 de octubre eran la difusión en los medios del atentado.

Tras su arresto, Agulleiro fue conducido al zulo de la zona boscosa de O Pino. Allí, los agentes intervinieron otros tres artefactos similares al de Baralla ocultos en sendas mochilas. En el coche del padre del joven, los investigadores hallaron un rollo de bolsas de plástico pertenecientes a la misma serie que las bolsas en que estaban guardadas las mochilas bomba en el zulo.

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Respecto a la pertenencia de Agulleiro a Resistencia Galega, organización declarada terrorista por el Tribunal Supremo en abril de 2014, la fiscalía manejaba dos indicios principales. El primero fue la aparición en el ordenador del acusado de un documento titulado “Guía de Apoio a Luita da Resistencia Galega”, una circular interna inédita hasta entonces. El segundo es la aparición en la web “A Fouce-Voz da Resistencia Galega”, autoproclamado órgano de comunicación de la banda, de una reseña del atentado y la fotografía de Agulleiro junto a las imágenes de otros cuatro miembros de la organización condenados por el Supremo.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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