Una redacción abierta durante la noche electoral

EL PAÍS abrió este domingo la redacción de su sede de Madrid para que una veintena de suscriptores y personalidades del mundo empresarial, de la comunicación y de la cultura pudieran vivir la jornada electoral de una forma diferente. Los invitados conocieron de cerca el oficio del periodismo y se empaparon del ambiente de la redacción en una noche cargada de tensión informativa.

Desde las ocho de la tarde, los asistentes han estado pegados a las pantallas del nuevo vestíbulo del diario. Y se han mimetizado, casi, con la nueva redacción del periódico inaugurada el pasado mes de mayo coincidiendo con las celebraciones del 40 aniversario de EL PAÍS.

Los invitados charlaron durante la tarde-noche con los responsables de redes sociales, de SEO o vídeo

Los 20 elegidos se convirtieron en observadores privilegiados del devenir de la noche electoral celebrada este domingo 26. En un primer momento, y con los sondeos a pie de urna apostando por el sorpasso de Unidos Podemos al PSOE por 91 a 81 escaños, todo eran caras de asombro. Pero Ángel Luis del Castillo y su hija Ana, suscriptores de 70 y 38 años, respectivamente, preferían ser cautos. “Habrá que ver si ese cambio se traduce también en escaños", terciaba Ángel Luis, jubilado. Y el tiempo le dio la razón como luego confirmó el escrutinio. Pero para eso aún quedaban dos horas largas de ir y venir de redactores -muchos de ellos para entrar en el plató de televisión- y el revuelo general en todas las secciones del periódico con la redacción a pleno rendimiento.

Precisamente, el ajetreo de un domingo como éste llamó la atención del público invitado. Y a Juan Antonio Casal, en concreto, le trajo recuerdos de su trabajo como administrativo en Diario 16. Entre canapé y canapé, este suscriptor de 69 años contaba emocionado cómo era aquella redacción: “Había un ordenador en todo el periódico y el resto eran máquinas de escribir. Con una mesa, un teléfono y gritos, muchos gritos”. Salvo por los gritos –"¡85% escrutado! ¡Comparece Errejón!"- normales, por otro lado, en una noche como ésta, nada de eso permanece.

Los invitados charlaron durante la tarde-noche con los responsables de redes sociales -alguno aprovechó incluso para apuntarse al canal de Telegram del diario-, de SEO, de vídeo, de fotografía e hicieron un curso rápido de audiencias digitales. Además, conocieron de primera mano las informaciones que la noche iba generando gracias a los análisis de los periodistas especializados en política, con los que departieron en varios momentos.

La jornada avanzaba. Con casi toda la redacción pegada a los últimos escrutinios y al baile de escaños llegaba el momento clave del recuento. "Estoy fascinado con esta iniciativa. Nunca había venido a la redacción y no me imaginaba que fuese así. Es impresionante. EL PAÍS lleva 40 años entrando en mi casa y ahora soy yo el que entra aquí y ve cómo se confecciona", se asombraba Ricardo Miño, economista de 64 años. Y como él, el puñado de personalidades del mundo de la empresa o de la economía que también siguió desde aquí la jornada electoral. Por la nueva redacción del diario desfilaron desde el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a personalidades del mundo de la empresa y la comunicación como Francisco Ruiz, director de relaciones internacionales de Google para España y Portugal o Juan Cierco, director de comunicación de Iberia. Ambos, periodistas de formación, se mostraban muy "ilusionados" por volver a vivir una jornada electoral desde una redacción. Aunque Cierco con un ojo puesto también en el Brexit: "Habrá que ver cómo evoluciona todo esto, de momento estamos a la espera".

Fue de las preguntas que más intriga causó entre los invitados: ¿cuánto podía haber afectado en el voto español la votación de Reino Unido? Pero para eso también hay que esperar. "Lo único que podemos confirmar ahora mismo es que no va a haber sorpasso de Podemos", adelantaba alrededor de las nueve de la noche el jefe de Opinión de EL PAÍS, José Ignacio Torreblanca.

Pancho Varona, guitarrista y fiel escudero de Joaquín Sabina, y otro de los asistentes, llegó casi a última hora para insuflar su entusiasmo: "No hay cosa más bonita que una redacción y más una como ésta y más en una noche como ésta". Varona, muy requerido, le puso banda sonora a la noche electoral con el título de una conocida canción: Maneras de vivir. "O de votar".