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El abogado de Urdangarin reprocha a la Casa del Rey su inicial “precondena”

La sesión se reanuda con la intervención de los abogados de Coghen, Torres y su esposa

Fernando J. Pérez
Iñaki Urdangarin, este martes, a su llegada al juzgado.
Iñaki Urdangarin, este martes, a su llegada al juzgado.CATI CLADERA (EFE)
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Mario Pascual Vives, abogado y amigo personal de Iñaki Urdangarin, un hombre apacible y de formas suaves, dejó este martes un serio recado para la Casa del Rey en su alegato final del juicio del caso Nóos. Pascual Vives reprochó la “inicial precondena” que, según él, sufrió el esposo de la infanta Cristina por parte de un “determinado jefe de la Casa Real” que fue, dijo, “el primero en tirar la piedra sin estar libre de pecado”.

La alusión, pese a ser implícita, era clara para quienes han seguido el caso Nóos desde el inicio. El letrado se refería a Rafael Spottorno, quien en diciembre de 2011 anunció el apartamiento de Urdangarin de las actividades de La Zarzuela por su supuesto comportamiento “no ejemplar”. El propio Spottorno sería luego imputado –está pendiente de juicio- en el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid.

Esta referencia a la Casa del Rey fue, quizá, el pasaje más destacado de las dos horas de informe de Pascual Vives, que volvió a reclamar la absolución “con todos los pronunciamientos favorables” de Urdangarin, quien se enfrenta a una petición de 19 años y medio de prisión por la trama de desvío de fondos del Instituto Nóos. El letrado describió a su cliente como un hombre “siempre demasiado confiado” que actuaba “aunque mucha gente no se lo crea, por su país”.

El abogado negó que el Gobierno de Baleares, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Madrid otorgaran contratos públicos por valor de 6,2 millones de euros al Instituto Nóos en atención a la posición de Urdangarin en la Casa del Rey. De esa cantidad, 4,5 millones acabaron supuestamente en las empresas del cuñado de Felipe VI y de su socio, Diego Torres. “No se puede le reprochar a que todo lo que proponía era inmediatamente aceptado sin más. Mi cliente tenía conocimientos deportivos y pertenecía a determinada institución [la Casa del Rey], pero si bajo el brazo no traía algo interesante nadie le contrataba”.

Pascual Vives desechó uno a uno todos los delitos que se imputan al cuñado de Felipe VI. Sobre la malversación de caudales públicos en concurso con prevaricación dijo: "No indujo a ninguno [de los responsables políticos de los convenios ] para que dictaran resoluciones claramente injustas". Respecto al supuesto fraude a la Administración, Vives también fue tajante: “Los servicios se prestaron”.

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El letrado se refirió también a la falsedad documental: “Iñaki Urdangarin no se ocupaba de la facturación de Nóos, no ha aportado ni ha podido aportar factura, documento o dato contable alguno, ni un papel, y eso que le he suplicado que los busque. Cuando se va en marzo de 2006 se va con lo puesto, no se lleva ni su ordenador”.

Respecto al delito de blanqueo, Pascual Vives insistió en que su cliente “ha declarado todas sus ganancias” y sus incrementos patrimoniales están “plenamente justíficados” por actividades “lícitas y transparentes”. Iñaki Urdangarin nunca ha tenido dinero fuera, y menos en paraísos fiscales”.

Diego Torres, contra todos

Frente al reposado Pascual Vives, el informe final de Manuel González Peeters, abogado de Diego Torres fue eléctrico. El letrado del socio de Urdangarin lanzó ataques a todos y contra todos: el fiscal, la policía, Hacienda, los acusados arrepentidos e incluso contra los familiares de sus clientes. Durante casi dos horas, el torrencial letrado barcelonés ha expuesto su alegato final en el juicio, en el que ha acusado al fiscal Pedro Horrach de lanzar “vanas, vacuas y disparatadas soflamas” para sostener la acusación contra Torres y ha reiterado su tesis de que en Nóos “no se hacía nada sin la habilitación, autorización o bendición de la Casa Real”.

González Peeters ha iniciado su informe devolviendo al fiscal Horrach la pelota que le lanzó el 11 de enero, en la primera jornada, de convertir el juicio en una “ceremonia para la distracción del vecindario”. El abogado ha manifestado que Horrach ha mostrado una “torpeza probatoria que ha devenido legendaria” y le ha reprochado el haberse “erigido en portavoz de las acusaciones, incluida Manos Limpias” en su acusación contra Torres.

El abogado, que ha protagonizado algunas de las escenas más polémicas de la vista oral –fue expedientado después de que un micrófono captara cómo llamaba “idiota” en voz baja al exministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón cuando declaró como testigo-, fue ayer muy duro en la defensa de sus clientes, a los que presentó como “víctimas” de una “intensa humillación”.

González Peeters atacó a los peritos de la Agencia Tributaria, a los que achacó la “fabulación” de las implicaciones fiscales de la presencia de empleados ficticios en las empresas del Instituto Nóos. Para el grupo antiblanqueo de la policía también tuvo un recuerdo: criticó la “falta de conocimientos académicos” en economía de sus agentes.

El abogado insistió en su tesis de que la Casa del Rey estaba al corriente y supervisaba las actividades del Instituto Nóos. “No se hacía nada sin la habilitación, autorización o bendición de la Casa Real. No se podía saber en ningún caso que aquello que se hacía pudiera tener atisbo de ilegalidad, cuando la más alta instancia de nuestro país estaba al cabo de todo", afirmó.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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