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Las otras caras de Ciudadanos

La formación emergente cambia su táctica para el 26-J y empleará a más portavoces que Rivera, quien suspende por primera vez en la valoración de los electores

Juan José Mateo
Jóvenes se hacen una foto con Melissa Rodríguez, Fernando de Páramo y Albert Rivera.
Jóvenes se hacen una foto con Melissa Rodríguez, Fernando de Páramo y Albert Rivera. Quique García (EFE)

Los votantes suspenden a Albert Rivera por primera vez desde que Ciudadanos dio el salto a la política nacional, según un sondeo de Metroscopia. A las puertas de la repetición electoral del 26-J, ese dato enfrenta a la formación emergente con un reto mayúsculo: promocionar a su candidato a La Moncloa sin desgastarle; y demostrar que tiene equipos preparados para acompañarle si las urnas le dan la llave de la formación de gobierno. Para lograrlo, Ciudadanos multiplicará el número de portavoces en la próxima campaña, según confirma Fernando de Páramo, secretario de Comunicación. Eso es toda una novedad en un partido que gravita alrededor de Rivera, y que los electores observan como monolítico y presidencialista.

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“Veo algunos riesgos, como que esta nueva apuesta se perciba como mera táctica”, dice Gustavo Entrala, experto en estrategia de comunicación y Fundador de la agencia 101. “No es lo mismo tener un portavoz autorizado que participa en la toma de decisiones en el partido que un delegado de Albert Rivera que repita sus consignas”, argumenta. “Tendrán que ver qué grado de representación otorgan a estos nuevos portavoces. ¿Estarán en los debates televisados a nivel local?”, se pregunta Entrala. “Hubo casos en las elecciones anteriores en los que los candidatos acudían poco y mal preparados a los debates. Este es un riesgo enorme”, subraya. “La experiencia puede ser un punto en su contra: si el PP va a jugar la carta de la seguridad basada en la experiencia, cuantas más caras sin tablas presente Ciudadanos, peor”, sigue. “Por eso creo que en el tramo final de la campaña veremos a Albert Rivera, no al resto de su equipo”.

El objetivo de Ciudadanos es conseguir que Inés Arrimadas, líder de la oposición en Cataluña; Juan Carlos Girauta, exportavoz parlamentario y número uno por Barcelona; Marta Martín, cabeza de lista por Alicante; o Melisa Rodríguez, candidata canaria por Santa Cruz de Tenerife, puedan representar al partido ante los medios y en mítines concretos. También tendrán un papel relevante los exdiputados Miguel Gutiérrez y Pablo Yáñez. José Manuel Villegas, que es el vicesecretario general, y De Páramo, serán portavoces nacionales con peso específico. Como es lógico en una campaña que decide quién ocupa La Moncloa, Rivera seguirá protagonizando los mítines, los debates y las grandes entrevistas pese al riesgo de desgastar la frescura de su imagen.

Rivera sumaba una valoración de +20 en octubre de 2015, a las puertas de las elecciones generales del 20-D —un 56% de aprobación frente a un 36% de desaprobación—. En menos de un año ha descendido a cifras negativas.

Los otros portavoces

José Manuel Villegas, vicesecretario general.

Juan Carlos Girauta, número uno por Barcelona.

Inés Arrimadas, líder de la oposición en Cataluña.

Fernando de Páramo, secretario de comunicación.

Melisa Rodríguez, candidata por Santa Cruz de Tenerife.

Pablo Yáñez, exdiputado y candidato por Salamanca.

Marta Martín, candidata por Alicante.

Miguel Gutiérrez, exsecretario geneal del grupo parlamentario de Ciudadanos.

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“Es un claro toque de atención”, valora José Pablo Ferrándiz, investigador de Metroscopia, sobre el descenso del líder de la formación emergente en la valoración de los electores. “Tiene que tener cuidado de cara a la campaña. En Ciudadanos saben que cometieron un error en la campaña electoral del 20-D, que no lo hicieron bien, y ahora parten de una posición más baja. Si siguen en la misma línea, puede sufrir un bajón importante”, sigue. “Han perdido el aura que tenía antes”.

No es el único dato preocupante para las expectativas de Ciudadanos. Hace siete meses los españoles atribuían a Rivera en mayor medida que al resto de candidatos seis cualidades políticas, y ahora es el primero solo en una: tener más capacidad de dialogar y pactar. Además, los votantes han dejado de percibir que la formación tenga buenos equipos para gobernar, según Metroscopia. Ese dato es toda una advertencia para la estrategia de Ciudadanos. El partido lleva meses intentando demostrar que es algo más que Rivera. Sin embargo, pocos de sus portavoces han dejado huella entre los electores. Según los expertos consultados por este diario, más allá de los implicados en las fracasadas negociaciones para formar Gobierno, apenas Ignacio Aguado y Begoña Villacís han causado un impacto relevante.

“Hay una consolidación del equipo. Hicimos autocrítica”, difiere De Páramo sobre la campaña del 20-D. “Cuando un partido crece, esas caras tienen que verse”, sigue. “Se ha alcanzado un momento en el que hay muchas caras conocidas que están presentes en radio, televisión, en papel, constantemente”, razona este integrante de la Ejecutiva de la formación emergente y de su equipo de campaña. “El proceso se ha culminado y nos permite tener muchas más caras, muchas voces, lo que no teníamos de una forma tan clara hace unos meses”.

Los expertos plantean un ejercicio para medir el impacto que pueden tener estos portavoces en la campaña, y su tirón entre los electores potenciales de Ciudadanos. Rivera tiene casi 600.000 seguidores en Twitter. Arrimadas, más de 100.000. El resto de las nuevas caras de Ciudadanos se quedan muy lejos. Girauta supera los 30.000; Páramo los 17.000; y Villegas no llega a los 10.000. Esa comparación de su huella digital refleja en cierta medida cuánto conocen los electores a cada uno y resume las dificultades a las que se enfrenta el partido.

Ciudadanos vivió un 2015 de constante crecimiento. Arrancó ese año como una formación con una decena de concejales y solo nueve diputados autonómicos. Lo cerró con más de 1.500 ediles, casi cien parlamentarios autonómicos y 40 representantes en el Congreso. Vivió en un permanente estado de euforia. Ahora le toca defender los resultados de las últimas generales, lo que implícitamente le coloca a la defensiva. Además, la aparición de la coalición de izquierdas que han formado Podemos, IU y Equo afecta a sus expectativas electorales. Con tantos frentes abiertos, el partido necesita más representantes que defiendan sus argumentos. Hay un cambio de estrategia. También, una incógnita que solo despejará la campaña: ¿convencerá Ciudadanos a los electores de que es algo más que Rivera?

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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