Las víctimas del exdirector de los salesianos “venían con moretones del colegio”
Los padres dicen que los juegos de manos del sacerdote crearon "problemas psicológicos" en sus hijos
Cates, pescozones, patadas o juegos de carácter "libidinoso" con menores. Estas son algunas de las prácticas descritas en la segunda sesión del juicio contra el exdirector del colegio de los salesianos en Cádiz Javier López Luna por padres y menores que supuestamente fueron víctimas de este sacerdote. Desde el pasado jueves, López Luna se sienta en el banquillo acusado de abusos sexuales y faltas de lesiones continuadas. Los hechos se refieren al periodo que va de 2011 a 2013 y afecta a 27 menores, 12 de los cuales presentaron denuncia.
A preguntas del tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia y del fiscal, progenitores y menores han descrito episodios en el despacho del exdirector que iban desde "juegos de manos" a episodios de mayor agresividad que llevaron a algunos chicos a desarrollar "verdadero pánico a don Javier", como ha reconocido un padre. Aunque en un principio estaba previsto que la mayor parte de los menores no tuviera que volver a testificar, finalmente el tribunal optó a que desde hoy y hasta el 19 de mayo narren de nuevo lo ocurrido cuando tenían entre 12 y 14 años. Lo han hecho a puerta cerrada, a diferencia de sus padres que han explicado que era común que sus hijos "llegaran a casa marcados con moretones" que siempre achacaban a percances "durante el recreo".
Una de las madres ha explicado cómo supuestamente los juegos se basaban en un sistema de créditos por el cual los niños podían saltarse clases a cambio de un castigo físico. "Al segundo, don Javier le dijo que se lo tenía que cobrar con un guantazo", ha recordado. Igualmente, ha descrito una de las agresiones que su hijo sufrió, el goldfish: "Consistía en que él [por el exdirector] le tirara fuerte de los genitales para, así, pagar su crédito". "A mi hijo le han pasado cosas que sé que jamás me va a contar", ha apuntado la madre del menor que, en ese entonces, estaba en 1º de ESO.
Estos hechos, que según el fiscal Florencio Espeso tenían un carácter "libidinoso", crearon "problemas psicológicos, como agresividad y nerviosismo" en los menores que les obligaron a recurrir a tratamiento. Así lo ha reconocido uno de los padres de los seis chicos que han declarado este lunes. Manuel Montaño, abogado de la defensa, ha recriminado a dicho progenitor la inexistencia de informes que demuestran dichos problemas. De hecho, fuentes judiciales resaltan la "complejidad" de este caso al no existir partes de lesiones o informes psicológicos, "tan solo la palabra de los menores".
En esta segunda sesión, también ha declarado un joven para defender al exdirector. Según relató su tutor, "ciertos compañeros crearon un grupo de Whatsapp para ir en contra de don Javier" y le pidieron participar, pero "él se negó". La defensa ha planteado que la acusación de los 12 denunciantes puede deberse a "un complot" contra el sacerdote "por quedarse sin el viaje de fin de curso". Algo que los familiares de los menores han negado. "Nadie se puso en contacto conmigo ni con mi hijo, además no hay versión concreta de los menores, es imposible que se pusieran de acuerdo", ha matizado una madre.
El abogado de la acusación, Rafael Mendoza (por parte de la Junta de Andalucía y en representación de un menor tutelado), ha centrado sus preguntas en averiguar hasta qué punto los profesores del centro concertado sabían lo ocurrido. Los padres han explicado que sus hijos "acumulaban faltas injustificadas" en sus visitas al director, que dichos encuentros "no estaban autorizados" por sus tutores y que los profesores "no informaron de lo que ocurría".
El juicio en la Audiencia se prolongará hasta que los 73 testigos expliquen su versión de los hechos ante el tribunal. El primero en hacerlo fue el propio López Luna el pasado jueves y se declaró inocente de los delitos que se le imputan y por los que la fiscalía pide para él hasta 38 años de prisión.
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