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Podemos se queda al margen de las movilizaciones para celebrar el 15-M

El partido no participa oficialmente en los actos, aunque varios dirigentes irán a título personal

F. Manetto
Íñigo Errejón, ayer en San Fernando de Henares.
Íñigo Errejón, ayer en San Fernando de Henares. ULY MARTÍN

Podemos inicia esta semana, en la que se celebra el quinto aniversario del 15-M, con una actitud que demuestra su transición desde el movimiento asambleario hacia una fuerza política organizada con fuerte presencia en las instituciones. La formación de Pablo Iglesias ha tratado de capitalizar el símbolo de las movilizaciones de 2011, pero no participará oficialmente de los actos de conmemoración, impulsados ahora al calor de las protestas de los indignados franceses de Nuit Debout. En cualquier caso, varios de sus dirigentes si estarán a título personal.

La dirección de Podemos es consciente de su deuda con el 15-M y por eso busca, en estas semanas de precampaña, volver a conectar con la calle. Lo hace para intentar demostrar que no ha perdido el pulso de las movilizaciones. Pero también se presta a ello como formación política, organizando actos de partido en los que los diputados explican a los votantes qué han hecho en los últimos meses.  

Podemos, según aseguró esta semana Íñigo Errejón, su número dos, no participará en el 15-M ni estará como fuerza política en las iniciativas que se iniciaron en la puerta del Sol, plaza símbolo de ese movimiento y donde la formación convocó una multitudinaria manifestación en enero de 2015 para arrancar el ciclo electoral de ese año. Sí lo harán algunos dirigentes, que a título individual incluso alientan el aniversario. Uno de ellos, el eurodiputado Miguel Urbán, participó en Nuit Debout (Noche en pie) en París y, tras la movilización internacional Global Debout prevista para este fin de semana, prepara la manifestación europea de la iniciativa Plan B convocada el 28 de mayo.

Pero, ¿por qué Podemos se desvincula del 15-M? La explicación oficial la dio el propio Errejón. “Corresponde a la sociedad civil y a las organizaciones ciudadanas llevar la iniciativa. Desde el máximo respeto, autonomía e independencia, acompañaremos como ciudadanos, pero creemos que no es a nosotros a quien corresponde llevar la batuta”, señaló.

El nacimiento del partido de Iglesias es una de las consecuencias de las protestas de 2011, que supusieron la primera experiencia política de muchos de sus actuales cargos. No obstante, quiere evitar la identificación exclusiva con un movimiento que considera de los ciudadanos, que cuenta con una fuerte presencia de activistas y que, además, no podría controlar. Las palabras de nostalgia que Errejón pronunció ayer en San Fernando de Henares (Madrid), en el primer encuentro de las jornadas llamadas El Congreso en tu plaza, reflejan que Podemos y sus dirigentes han cambiado y, de alguna manera, sí se han hecho mayores. 

De la asamblea al partido

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“Me acuerdo de las movilizaciones y de aquel estallido hermoso que fue el 15-M”, afirmó, “Y me acuerdo de que mis amigos del barrio y del instituto que nunca iban a las movilizaciones de repente iban y te llamaban para ir. Y te decían… Oye, ¿vas a ir a Sol?”. El análisis de los principales dirigentes de Podemos sitúa al 15-M como el mejor diagnóstico de la que llaman “crisis de régimen”.

El quinto aniversario, de París a Madrid

El quinto aniversario del 15-M tiene un impulso internacional por dos razones. En primer lugar, porque la celebración coincide con las recientes movilizaciones del movimiento Nuit Debout (Noche en pie) de París. Sus promotores llaman a ocupar las plazas e inaugurar un nuevo ciclo de manifestaciones en una iniciativa llamada Global Debout.

Por otro lado, la red antiausteridad Plan B Europa, impulsada por el exministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis y en la que destaca entre los cabezas visibles españoles el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán, llama a una movilización europea convocada el sábado 28 de mayo en varias ciudades.

Le faltaba el instrumento político en el que, en 2014, se convirtió la formación. Además, el espíritu de esas movilizaciones dio pie, al menos en parte, a esa filosofía política que busca superar la izquierda y la derecha. “Ver la cantidad de gente diferente que había, sobre todo la diferencia entre la gente que había, y sentir que allí estaba pasando algo importante. Que esa era la representación de la España de verdad”, describe Errejón.

Desde que Podemos llegó a las instituciones, además, se ha producido cierto reflujo en la movilización social. ¿Por qué? Pablo Iglesias, en conversación con EL PAÍS, llamaba hace unas semanas a la prudencia. “En la tribu de movimentólogos tratábamos de clasificar los ciclos de movilización. Pero la imprevisibilidad sigue siendo un elemento determinante. Podemos no surge en un momento de auge de las movilizaciones, sí en un momento de resaca. El hecho de que no se estén produciendo ahora movimientos sociales tan espectaculares no quiere decir que esos no vayan a volver a producirse”. El líder de Podemos ponía a su partido como ejemplo: “La participación en el referéndum de Podemos es una movilización. Demostrábamos el 31 de enero de 2015 que en ese contexto era posible plantear una movilización de 300.000 personas”. Ahora, comienza la movilización de la campaña electoral.

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Sobre la firma

F. Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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