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Detectado un fraude para colar a enfermos renales del Este en diálisis y trasplantes

El fraude es de 1,5 millones y ha supuesto perjuicios a pacientes en lista de espera

Operación de trasplante de hígado en el hospital de Puerta de Hierro.Vídeo: Á. GARCÍA / EFE
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La Guardia Civil ha detectado un sistema fraudulento para conseguir tarjetas sanitarias falsas con las que se facilitaba a enfermos renales de Europa del este trasplantes de riñón y tratamientos de diálisis. 14 personas —procedentes de Bulgaria— supuestamente se han beneficiado de este sistema de turismo de trasplantes, que ha supuesto un fraude a la Seguridad Social valorado en 1,5 millones de euros y también que algunos de los beneficiarios pudieran entrar en la lista de espera trasplantes renales, según ha explicado esta mañana Rafel Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), acerca de la investigación llevada a cabo en la Operación Rinobus (riñón en latín). De los 14 pacientes, 6 recibieron un trasplante.

Un total de siete empresas ficticias habían dado contratos falsos a los beneficiarios de las tarjetas. A la vez, se han detectado numerosas altas ficticias en el régimen de autónomos, generalmente en empleos de jardineros o como trabajadores de la construcción. De esta forma, la red lograba dar las tarjetas sanitarias falsas a enfermos extranjeros.

El comandante Reina, jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada de la Guardia Civil, que es la que ha llevado a cabo la operación, ha explicado que el modus operandi de los defraudadores era similar, aunque ha descartado que se tratara de una red organizada. Los enfermos renales llegaban a España e iban a urgencias para recibir diálisis. Una vez en el país, se daban de alta como falsos autónomos o con falsos contratos de trabajo. Así, conseguían la tarjeta de la Seguridad Social que les da permiso a recibir atención sanitaria. Matesanz ha insistido en que, una vez dentro del sistema, fueron tratados como todos los demás ciudadanos. Ello quiere decir que si recibieron un trasplante era porque reunían los requisitos para ello, no porque hubieran manipulado la lista de espera para ser atendidos antes.    

Los investigadores aseguran que los detenidos no formaban una organización criminal, sino que la estafa se había extendido boca a boca entre pacientes con graves dolencias renales. También se han animado por artículos en la prensa búlgara, y por la fama del sistema español de trasplantes, que tiene los mejores resultados del mundo. Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), asegura que este "turismo de trasplantes" ha comprometido "la capacidad del país para tratar a sus propios ciudadanos. Nosotros negamos trasplantes a visitantes, no a quienes conviven con nosotros", ha dicho. De hecho, el 8% de los trasplantes realizados en España y de los donantes de órganos son extranjeros, en línea con la proporción de población foránea del país.

El alto número de pacientes extranjeros beneficiarios de trasplantes fue lo que alertó a la oficina regional de trasplantes de Madrid, según ha informado Reina. Entre los sospechosos había también ciudadanos de otros países del Este de Europa, como Ucrania, pero solo se ha podido confirmar el fraude en el caso de un grupo de búlgaros. Se trata, en su mayoría, de personas jóvenes, ha indicado Matesanz, lo que supone que han podido perjudicar especialmente a enfermos residentes en España de las mismas edades, ya que requieren un órgano también de menos edad, y estos riñones son los más difíciles de conseguir.

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También ayudó a detectar el fraude el hecho de que algunos de los afectados se diera de alta como jardinero o trabajador de la construcción, unos empleos incompatibles con la condición de personas que están en diálisis.

De momento hay 20 imputados, entre ellas seis personas que fueron trasplantadas. Las penas a las que se arriesgan van de los seis meses a los seis años de cárcel. La Guardia Civil investiga si la práctica se ha extendido a otras comunidades autónomas.

Aparte del fraude en sí, el comandante Reina ha afirmado que no hay duda de que, más pronto que tarde, el método iba a ser explotado por redes criminales, que podían lucrarse cobrando por el proceso. De hecho, en un par de casos se ha detectado que los pacientes pagaron cantidades pequeñas –100 o 200 euros– por los contratos.

En 2015 España volvió a registrar un récord en donaciones de órganos, con un aumento del 10% del número de donantes, que sumaron 1.851. Los trasplantes alcanzaron la cifra de 4.769, con 13 intervenciones diarias (más de una cada dos horas).

De estos trasplantes, 2.905 fueron renales —lo que supuso un aumento del 8,5% respecto a un año antes—, 1.162 hepáticos (9% más), 299 cardíacos (13%), 294 pulmonares (12%), 97 de páncreas (20%) y 12 intestinales (el doble que el año anterior), según el balance de actividad en 2015 de la ONT.

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