Los ministros debaten entre ellos si es bueno el veto al Parlamento
Los titulares de algunos ministerios buscan excepciones para acudir y otros no están “cómodos” ante el bloqueo democrático
“Discrepancias no hay, yo he hablado con todos, juntos y por separado, y todos estamos en la misma sintonía y aceptamos el criterio del Gobierno de que no tiene sentido acudir al Congreso para ser controlados por un parlamento que no nos ha dado la confianza”, subraya uno de los miembros del Gabinete en funciones de Mariano Rajoy partidario de no acudir ahora a la cámara baja a rendir cuentas. El matiz es que no hay división aunque sí se haya producido un debate entre ellos en privado.
En La Moncloa también destacan que no existe “debate jurídico”, y confían en los criterios fijados por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su equipo de letrados aunque sí aceptan que hay “debate político” sobre la oportunidad de renunciar en estos momentos de vacío institucional a la plataforma de discusión y de proyección mediática que significa la tribuna del Congreso, aunque sea en comisiones.
Algunos ministros han mostrado en público su disposición a acudir al Congreso cuando sean llamados, como José Manuel García Margallo o Luis de Guindos. El titular de Exteriores, al que se atribuye una mala relación política y personal con la vicepresidencia, no se ha cortado al indicar incluso en entrevistas que él quiere ser ministro hasta el último día, que acudirá al Parlamento cuando le reclamen y ha introducido la maldad de que antes eso sí pedirá permiso a Santamaría, para situar en el punto de mira de la responsabilidad de esta estrategia de vetos y bloqueos a la número dos del ejecutivo.
En el departamento del ministro de Economía, Luis de Guindos, que no suele seguir los dictados ni argumentarios del partido en su condición de independiente que no quiere repetir en el cargo, han buscado la prevención de llamar antes a La Moncloa para sondear si su comparecencia sobre el Programa de Estabilidad que debe enviarse a Bruselas antes del 29 de abril pasa el corte de las presencias que el Gobierno justifica como excepcionales, como la de mañana de Rajoy. Es lo mismo que ha hecho el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, para colar sus explicaciones el jueves sobre la desviación del déficit. Otros ministros solo admiten que no están “cómodos” rechazando permanentemente las llamadas de los representantes elegidos en una democracia.