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Una débil frontera para el lobo ibérico

El Ministerio de Agricultura intenta que Europa permita cazar esta especie al sur del Duero mientras Podemos lleva al Congreso una propuesta para aumentar su protección

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El río Duero marca la frontera para el lobo ibérico (canis lupus signatus). Al sur, esta especie está protegida. Al norte, se permite su manejo y se organizan batidas para reducir la población ante las quejas de ganaderos y cazadores.

Esa frontera es débil. Ya el anterior ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, intentó que Bruselas permitiera que se cazaran lobos —una especie protegida bajo la directiva Hábitats de la Unión Europea— también al sur del Duero. Pero no lo consiguió. Su sucesora, Isabel García Tejerina, reiteró a finales de marzo en Zamora que la intención del Gobierno es insistir ante la UE para que modifique las directivas. El objetivo, señaló la ministra en funciones, es que el lobo reciba "el mismo tratamiento que se le da al norte del Duero". Es decir, que se permita cazarlo. "Soy muy consciente del daño que causa a la economía de los ganaderos", dijo Tejerina.

Podemos ha registrado en el Congreso de los Diputados una iniciativa que aspira justo a lo contrario, a elevar el grado de protección. En una proposición no de ley insta al Gobierno a incluir al lobo, en la zona al sur del Duero, en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de "en peligro de extinción". Eso implicaría aumentar su protección. Además, según indica el texto presentado en el Parlamento, "obligaría a las comunidades autónomas involucradas a desarrollar los correspondientes planes de recuperación de la especie, así como a garantizar el buen estado de conservación de sus poblaciones y la conectividad poblacional con las del norte de la Península".

"El lobo sufrió una persecución en los años sesenta y setenta del siglo pasado en España", recuerda Juan López de Uralde, diputado de Equo, formación que se presentó a las generales con Podemos. "En el sur de la Península quedó reducido a pequeñas poblaciones, como el caso de Sierra Morena, donde parece que ha desaparecido", añade Uralde, responsable de la proposición presentada en el Congreso en colaboración con las asociaciones Ecologistas en Acción, Lobo Marley y WWF.

Los últimos datos oficiales corresponden al censo publicado hace unos días por el Ministerio de Agricultura. En ese documento —que corresponde a las temporadas 2012-2014— se apunta a que en España existen 297 manadas. Es Castilla y León —la comunidad que más presión realiza para que se permita cazar esta especie— donde más manadas habría: 179.

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En el documento del ministerio se habla de un aumento de la población de lobo. Y para llegar a esa conclusión se emplea el Atlas y Libro Rojo de los Mamíferos Terrestres de España, donde se señala que en 2007 había 250 manadas, aunque se reconoce que en aquel estudio se utilizó una "diferente metodología". El censo ministerial sostiene que "se ha constatado la expansión de la especie en algunas zonas, fundamentalmente hacia el sur", en concreto, en las provincias de Ávila, Segovia, Guadalajara y Comunidad de Madrid.

Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción, critica el inventario del ministerio. Afirma que "no responde a hechos reales" y que no se ha realizado con una metodología científica. En su opinión, es una herramienta del departamento de Tejerina para lograr que la Unión Europea permita que se pueda cazar también el lobo ibérico al sur del Duero, precisamente, en las provincias de Castilla y León en las que no se puede ahora.

Para Oberhuber el problema con el lobo es "un conflicto artificial" y no es "económico". Y recuerda que existen ya experiencias de "coexistencia pacífica entre el ganado y el lobo". Se refiere a los ganaderos que han apostado por emplear mastines y pastores eléctricos para evitar los ataques de esta especie.

En la proposición presentada por Podemos en el Congreso se aboga por implantar "ayudas de carácter permanente a las explotaciones ganaderas existentes en territorios con presencia de lobos". Pero "ligándolas a la adopción efectiva de medidas preventivas, así como al mantenimiento de la sostenibilidad ambiental y de la conservación de la naturaleza". Se trataría por tanto, según detalla Oberhuber, de no conceder ayudas económicas sin más en función de las cabezas de ganado muertas en los ataques de lobo, sino que esas subvenciones se empleen para "poner medidas preventivas".

Los cazadores rechazan la "sobreprotección"

La Oficina Nacional de la Caza, la Conservación y el Desarrollo Rural (ONC) ha rechazado este lunes la propuesta presentada por Podemos, al entender que "la sobreprotección al lobo puede ser el principal riesgo para una especie señera en España".

Esta organización ha alertado del "aumento de los ataques del lobo al ganado en zonas como Castilla y León", donde "la Administración regional destina cada año 350.000 euros a las indemnizaciones por este motivo". Solo en Salamanca, según ONC, "los ataques de lobo han aumentado más de un 80% en cinco años". Los cazadores apuestan por "una gestión sostenible que permita conjugar la conservación de una especie tan señera como el lobo ibérico con los intereses de otros sectores". Y esta no pasaría por prohibir la caza del lobo al sur del Duero ni por limitarla al norte.

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