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El supuesto etarra Madina niega que buscara matar a Patxi López

El supuesto terrorista a quien la Guardia Civil identifica como Basurde rechaza que sea un tirador de élite

Tomás Madina 'Basurde' este lunes durante el juicio. / F. VILLAR (EFE)Foto: atlas
Fernando J. Pérez

Tomás Miguel Madina Echevarria, a quien la Guardia Civil atribuye el alias etarra de Basurde (Jabalí, en euskera), quizá por su afición a la caza, quizá por su complexión física —compacto, cabeza rotunda—, ha negado radicalmente este lunes haber participado en una conspiración de ETA para intentar matar en junio de 2010 al entonces lehendakari Patxi López y al consejero de Interior del Gobierno vasco Rodolfo Ares. Madina, perito tasador en una aseguradora y cinturón negro de judo, fue detenido en junio de 2014, después de una compleja investigación del instituto armado. En el juicio contra él que se ha iniciado en la Audiencia Nacional ha negado ser un “tirador selecto” y ha negado cualquier tipo de pertenencia o colaboración con la banda terrorista, aunque sí ha admitido que acudió a un contacto con miembros de la organización en Francia en agosto de 2009. La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide para él 40 años de prisión.

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Los investigadores consideran que el supuesto etarra aceptó colaborar con ETA en un plan para asesinar a Patxi López y a Rodolfo Ares con un fusil con mira telescópica coincidiendo con el homenaje del primer aniversario del asesinato del inspector de policía Eduardo Puelles. Madina Echevarria, natural de Galdakao (Bizkaia) ha calificado de “rotundamente falso” que participara en este supuesto complot y ha rechazado el apodo de Basurde con el que le identifican tanto la Guardia Civil como la Fiscalía: “No he tenido ningún alias, mis amigos me conocen por Tomi, nada más”. El acusado, que solo ha contestado a las preguntas de su abogada, ha relatado supuestos maltratos y amenazas por parte de los agentes que le interrogaron antes de pasar a disposición judicial.

Según la investigación, Madina visitó el 17 de diciembre de 2009 el entorno desde el que supuestamente pretendía cometer el atentado. La idea era disparar desde el parque de La Mina del Morro, situado a 300 metros en línea recta del lugar en el que fue asesinado Puelles, pero a 3,3 kilómetros en coche, con el río Nervión de por medio, lo que facilitaría su huida. El acusado ha afirmado que acudió al lugar, situado a 300 metros en línea recta del parque bilbaíno de Larreagaburu, donde se iba a celebrar el homenaje a Puelles, por cuestiones de trabajo. Según él, fue allí a inspeccionar el lugar donde un cliente de la aseguradora para la que trabajaba había denunciado un robo con rotura de luna en su vehículo.

El acusado ha rechazado de plano ser un tirador de élite, como considera la Fiscalía en su escrito basándose en su hoja del servicio militar, que cumplió en Infantería de Marina en Cádiz, en ficheros de la Federación Vizcaína de Tiro Olímpico y en una serie de calificaciones del Gobierno vasco sobre cazadores de Bizkaia en la que Madina obtuvo el quinto lugar de 282 cazadores. El acusado ha explicado que en la mili no pasó de ser soldado de segunda y que su periodo en la federación de tiro correspondió a un curso que hizo para ser vigilante jurado tras acabar el servicio militar. La lista del Gobierno vasco, explicó, no tiene que ver con pericia o puntería, sino que se trataba de un "examen teórico" sobre "especies cinegéticas" y "legislación sobre caza".

La pista que condujo al Jabalí de ETA arranca con la detención en noviembre de 2008 del entonces jefe militar de ETA, Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, en Cauterets, en el Pirineo francés. En el arresto los agentes incautaron una agenda con la inscripción: "Bas. 11.20 Jimbe.mask:lesanu". Estas siglas, aunque esta vez con la anotación "Basu", aparecieron en abril de 2009 en otra agenda que pertenecía a Jurdan Martitegui Lizaso, sucesor de Txeroki en el aparato militar de ETA. La documentación incautada a Iurgui Garitagoitia, Asier Borrero e Itziar Plaza en julio de 2009 contenía otra anotación similar (bsd) que llamó la atención de los investigadores: "Kbincxastres a1-a2 bsd ik".

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Esta última nota fue descodificada por los agentes de la Guardia Civil, que descubrieron que un tal bsd (Basurde) iba a realizar un curso (ik: ikastaroa, en euskera) en la localidad francesa de Castres los días 1 y 2 de agosto (a1-a2) de 2009. Un operativo policial presenció la cita de un hombre fuertote con la cabeza calva y rotunda, que acudió a Castres en un Peugeot de color gris. El cotejo de la matrícula llevó a la identidad de Madina Echevarria, una persona que, pese a contar con antecedentes policiales por su vinculación a organizaciones afines a ETA, disponía de licencia de armas de caza.

El acusado ha reconocido que acudió a esa cita con ETA. Madina Echevarria, casado y padre de dos hijos de uno y cinco años en el momento de su arresto, ha manifestado que viajó a Castres después de recibir dos cartas en su buzón en las que ETA le pedía que colaborara con la banda. "Pensé en que insistirían y que eso me generaría problemas, acudí para decir que no quería saber nada y para dejar zanjado el tema".

La persona que le estaba esperando en Castres, según se comprobó después, era Joanes Larrechea, miembro del aparato logístico de ETA detenido en octubre de 2009. El acusado Madina Echevarria ha relatado cómo fue esa reunión con él: "Era un hombre joven, Tras identificarnos me dijo que me sentara en el asiento de atrás de su coche y que descansara, que cerrara los ojos. Durante el trayecto, insistí en que no quería saber nada del tema, que tenía hijos menores. Circuló bastante rato, el coche traqueteo y vi que estábamos era zona boscosa. A la de un rato paró y nos bajamos, en un claro había tienda de campaña y allí hablamos".

Madina Echevarria ha relatado que Larrechea le pidió que colaborara con la banda. "No me mencionó atentados para nada, no hubo ninguna concreción. Yo le corté y él no se extendió", ha explicado el acusado, que dijo que pidió a Larrechea que le devolviera a Castres, que no quería saber nada. "Me dijo que no podía ser, y que pasara la noche en la tienda de campaña. Al día siguiente por la mañana me llevó a las afueras de la ciudad" . El presunto miembro legal (no fichado) de la banda volvió a su domicilio de Galdakao y continuó con su vida normal, que incluía la visita a cotos de Bizkaia y Burgos, para practicar la caza, afición que, según ha dicho, le transmitió su suegro.

Tras el encuentro con Larrechea en Francia, Basurde supuestamente empezó a preparar el atentado contra López y Ares. Según el escrito de la fiscalía, Madina Etxebarria subió en la mañana del domingo 2 de mayo de 2010 a la cima del monte Ganekogorta. Ya controlado por la Guardia Civil, colocó una manzana sobre una mesa para los excursionistas y se comió una naranja. Era supuestamente la clave para encontrarse con los miembros del comando Otazua, liderado por Daniel Pastor, pero la cita no llegó a producirse. Según Madina, aficionado al monte -ha subido, entre otras cimas, al Aconcagua- y a la historia, subió a Ganekogorta para estudiar desde la cumbre el "cinturón de hierro", las defensas de Bilbao construidas por el Gobierno vasco en 1936 para defender la capital vizcaína del avance de las tropas franquistas.

Dos miembros del comando Otazua, Beatriz Echevarría e Iñigo Zapirain, declararon tras su detención en marzo de 2011 que, por orden del entonces jefe militar, Mikel Kabikoitz Carrera Sorbe, Ata, tenían que acudir al monte para reunirse con "un señor de 45 años de edad, bajito, gordo y con la cabeza grande", que en el servicio militar había sido "tirador selecto". "La contraseña era sentarse en la cima del monte, con una pieza de fruta en la mano y un gorro rojo", apunta la resolución judicial. La segunda cita, prevista para el domingo siguiente, tampoco se llegó a celebrar.

Sobre estos detalles, Madina ha relatado que "nunca" ha tenido un gorro rojo, y respecto a que la cita era con un señor "bajito", su abogada le ha pedido que diga su altura al tribunal. "Mido 1,81 metros", ha referido.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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