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Podemos asume la crisis interna y la cúpula pide unidad a sus bases

Íñigo Errejón llama a "repetir que solo hay un Podemos" tras las 10 dimisiones

Irene Montero, portavoz adjunta de Podemos, junto a dos colaboradores en el Congreso.
Irene Montero, portavoz adjunta de Podemos, junto a dos colaboradores en el Congreso.ULY MARTIN (EL PAÍS)

En Podemos hay una crisis interna en marcha originada en su dirección madrileña y así lo asumen desde el lunes fuentes del partido. Algunos de los principales cargos hicieron llamamientos a la unidad que reflejan la voluntad de pasar este bache, desencadenado esta semana por 10 dimisiones en la cúpula del partido en la Comunidad de Madrid y que refleja una disputa entre los llamados pablistas y errejonistas. El propio Íñigo Errejón, número dos de la formación, pidió “repetir que solo hay un Podemos”.

Los dirigentes de Podemos han admitido abiertamente diferencias y problemas en Madrid, pero todos buscan ahora evitar que esa crisis se instale también a escala nacional. El líder autonómico del partido, Luis Alegre, muy próximo a Pablo Iglesias, no dimitirá pese a la renuncia de diez miembros de su dirección encuadrados entre los fieles a Íñigo Errejón. Los estatutos no le obligan porque ese órgano cuenta todavía con suficientes miembros. No obstante, si llegara a ocurrir, la renovación el proceso de renovación del consejo ciudadano regional podría magnificar los enfrentamientos entre distintos sectores.

Así, en Podemos, igual que ha ocurrido ante anteriores crisis, se ha puesto en marcha ya una estrategia de control de daños. La formación necesita afrontar las negociaciones con el PSOE y las demás fuerzas con unidad de criterio, sobre todo en relación con su propuesta inicial: o Pedro Sánchez rompe con Ciudadanos y acepta formar un Gobierno de coalición con Iglesias o tendrá el voto contrario de sus 65 diputados si vuelve a presentarse a la investidura. El líder de Podemos y Errejón se reunieron el miércoles. Estuvieron hablando “un buen” rato, según explicó el número dos del partido en un mensaje remitido a los cargos internos.

Su carta no niega el conflicto en Madrid, pero se centra en la contraofensiva. Errejón acusa al PSOE, principal interlocutor de Podemos en el Congreso tras las elecciones del 20-D, de orquestar un “ataque” contra la formación. “Trasladar un problema de Madrid a estatal es obviamente un arma que querrán arrojar y amplificar para evitar así, hablar del escoramiento del PSOE hacia la gran coalición de la mano de Rivera. Pablo y yo hemos estado este jueves un buen rato juntos pensando cómo salir al paso de este ataque, y lo vamos a parar”, afirma.

Explicación externa

En definitiva, la estrategia de la dirección consiste en buscar una explicación externa a la repercusión de una crisis interna. Errejón señala que los socialistas buscan dividir a Podemos y rechaza que haya divisiones de fondo, máxime de criterio político. “Por eso”, pide, “hoy más que nunca debemos repetir una y otra vez que solo hay un Podemos, el que tiene claro que las políticas de recortes y austeridad deben ser cosas del pasado, el que nació para construir pueblo, recuperar la soberanía y ganar España para su gente, pateando el tablero y desafiando los manuales, el que cada vez da pasos más grandes para lograrlo, en dos años vertiginosos y heroicos”.

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Irene Montero, portavoz adjunta del partido en la Cámara baja y jefa de gabinete de Iglesias, tampoco negó diferencias pero las enmarcó en lo que siempre ha sido una de las señas de identidad de Podemos desde su nacimiento. “En Podemos siempre hay debate y siempre se hace con luz y taquígrafos y de cara a todo el mundo. En ningún caso los debates son leídos como fracturas o como problemas sino todo lo contrario, como parte del debate democrático”, señaló en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso. “Los compañeros que tienen diferencias”, prosiguió, “se han decidido dar un paso atrás y cuentan con nuestro máximo respeto, y la dirección de Madrid con el respaldo de la dirección y de la organización”. Montero también aludió a esa explicación externa e insistió en su propuesta de “Gobierno a la valenciana”. “Creemos que hay una campaña que tiene que ver con que no formamos parte de los planes de las élites”, zanjó.

Alegre conoció por la prensa la dimisión de su 'número tres'

Las relaciones dentro del Consejo Ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid estaban tan rotas que el secretario general, Luis Alegre, conoció la dimisión de su número tres, el secretario de Organización Emilio Delgado, a través de los medios de comunicación el pasado lunes, según asegura el propio Alegre en una carta enviada este jueves a los simpatizantes del partido. Alegre, que se niega a dimitir a pesar de la marcha de diez miembros del Consejo con duras críticas a su gestión, sostiene que no ha dado explicaciones públicas de lo ocurrido por una decisión política que responde "a la imperiosa necesidad de salir de las portadas de los periódicos y evitar seguir alimentando relatos de conflictos de familias".

El líder de Podemos en Madrid atribuye las disensiones a un Consejo “plural” —Alegre ganó unas primarias muy divididas por el 49,8% de los votos frente a los 44,4% que logró el eurodiputado Miguel Urban— a la “situación de campaña permanente” y, en tercer lugar, a aspectos de su gestión que reconoce “mejorables”.

Alegre, cofundador de Podemos y hombre de confianza de Pablo Iglesias, emplaza a que las críticas se aborden en un Consejo Ciudadano monográfico que organizará sobre las “líneas estratégicas políticas inmediatas”.

Fuentes cercanas a los cargos dimitidos del Consejo sostienen que Alegre y su secretario Político, Miguel Vila, desaparecieron al comienzo de la campaña electoral y desatendieron el trabajo del partido. El número tres, el secretario de Organización, Emilio Delgado, asumió por su incomparecencia todo el trabajo interno, con gran desgaste personal. Alegre reapareció en el último Consejo, en una bronca reunión que precipitó la marcha de Delgado. Según esas fuentes, Alegre era plenamente consciente del malestar por su gestión.

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