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La cara oculta del sargento Nava

El Supremo condena a un guardia civil por colarse ebrio en un prostíbulo de Pamplona El mando se había caracterizado por denunciar la corrupción y abusos de poder

Fachada del club de alterne Supermodels de Pamplona.
Fachada del club de alterne Supermodels de Pamplona.Luis Azanza

La Sala de lo Militar al completo del Tribunal Supremo ha sancionado con cinco días de suspensión de empleo y sueldo al sargento de la Guardia Civil José Alberto Nava Cano. El agente se coló gratis en un prostíbulo de Navarra. Nava llegó a ser conocido como el “teniente Segura” de la Guardia Civil por denunciar con nombres y apellidos presuntas irregularidades y abusos de poder en el seno del instituto armado. Y su fama de martillo de corruptos le catapultó, tras unas primarias, a la lista municipal de Ciudadanos en Pamplona.

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Todo comenzó a las 22.30 del 27 de enero de 2012. El sargento Nava, un agente del CNI cuyo nombre no ha sido desvelado, un subteniente y un policía local, se presentaron en el club de alterne Supermodels de Pamplona. Todos vestían de paisano y estaban fuera de servicio. Tres de ellos pagaron el tique. Sin embargo, el sargento, el agente del CNI y un tercer guardia se quedaron rezagados e intentaron "entrar sin pagar", según la sentencia.

Cuando el portero, de nacionalidad extranjera, les comentó que debían desembolsar unos euros para acceder al local, Nava, “con evidentes signos de consumo de alcohol”, sacó su carné de guardia civil. Dijo que realizaba una operación policial y amenazó al portero: “Sé dónde vives y, si quiero, te meto preso esta noche”.

La dueña del negocio salió al ver muy nervioso al portero, e invitó a pasar a los agentes al burdel a tomarse una copa. Dentro, el sargento gritó: “Esta gente se va a enterar. Vamos a estar toda la noche bebiendo gratis y a montar la fiesta aquí”.

"Sé dónde vives y si quiero te meto preso esta noche", dijo el sargento al portero del burdel
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La responsable del club de alterne optó por llamar a la Guardia Civil. Se presentaron dos dotaciones. Estos levantaron un atestado y lo elevaron los mandos de la comandancia, pero no al juzgado de guardia, como es preceptivo. Esto último habría permitido al juez y al fiscal analizar si la conducta del sargento era, además de una falta grave contra la dignidad de la Guardia Civil, un delito. Este es uno de los argumentos que han aducido en un voto particular cuatro de los ocho jueces de la Sala de lo Militar contrarios a que la sanción se limite a una suspensión de empleo y sueldo y partidarios de que el asunto sea elevado a la Fiscalía. Entienden que puede haber un delito de coacciones. Y no solo una falta de cinco días de suspensión de empleo y sueldo, que es lo que dictaminó en su día el Tribunal Central Militar, y que es lo mismo que ha ratificado ahora la mayoría conservadora de magistrados de esta sala: el presidente Ángel Calderón y los magistrados Javier Juliani, Francisco Menchén y Francisco de Mendoza.

Los jueces partidarios de enviar el asunto al ministerio público son Fernando Pignateli, Benito Gálvez Acosta, Clara Martínez de Careaga y Jacobo López Barja.

El sargento Nava ganó las últimas primarias para la elección de candidatos a las municipales de Ciudadanos en Pamplona. Ya jubilado, el guardia civil desembarcó en 2015 en política con un discurso anticorrupción. El partido de Albert Rivera decidió suspender su presencia en las listas tras conocer el episodio del prostíbulo por una confesión anónima, según ha podido saber este periódico.

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