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Sánchez Llibre: “Creí que aquello se podía convertir en una carnicería”

El exdiputado de CIU y el exdelegado del gobierno catalán en Madrid declaran en el jucio por el asalto de un grupo de extrema derecha a la sede de Blanquerna el día de la Diada de 2013

Josep Sánchez Llibre hoy a su llegada a la Audiencia de Madrid.Vídeo: Carlos Rosillo
Patricia Ortega Dolz

 

El exdiputado de CIU Josep Sánchez Llibre, que fue agredido en el asalto de un grupo de extrema derecha a la librería Blanquerna durante la celebración de la Diada de 2013 en Madrid, ha declarado este jueves en el juicio que pensó que aquello "podía convertirse en una carnicería", aunque ha reconocido que no vio "ni cuchillos, ni machetes".

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En la cuarta sesión del juicio celebrado en la Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid, estaban previstas las declaraciones de los dos denunciantes y principales víctimas de los hechos, el exdiputado de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y el entonces delegado del gobierno catalán en Madrid, Josep Maria Bosch.

Sánchez Llibre, primero en prestar declaración, ha relatado como dos de los asaltantes del acto aquel 11 de septiembre de 2013, le empujaron "violentamente" y le tiraron al suelo cuando intentó frenarles en su ánimo de "sabotear el acto". Según su versión de los hechos, los violentos, entraron de manera "coordinada y sincronizada" y fueron apartando a la gente a empujones a su paso hasta llegar a él que se encontraba en la primera fila, segundos antes de que el exdelgado del gobierno —ya frente al atril— comenzara su discurso.

"Intenté detenerles para proteger al delegado", ha dicho. "Sufrí un primer empujón, por parte del que encabezaba el grupo, y un segundo me golpeó y me hizo caer al suelo", ha asegurado.

Su versión ha resultado un poco distinta de la de Bosch, que ha manifestado que la gente, asustada, "se apartaba para dejar paso a la columna de violentos" y que "Sánchez Llibre, de manera valiente, "se interpuso" para evitar que llegasen hasta él. Además, ha señalado, que los asaltantes "con vestimentas casi paramilitares y con paso casi militar" le rodearon de manera hostil, profiriendo insultos por su condición de catalán y posteriormente tiraron la bandera autonómica al suelo y luego el atril y el micrófono. "Uno de ellos se encaró conmigo, me cogió fuertemente de los antebrazos, me acorraló, me insultó y me amenazó de muerte con su cara casi tocando la mía, pensé que me daría un cabezazo y creo que me habría agredido de no ser porque uno de los suyos me lo sacó de encima", ha declarado, en varios momentos con las risas de fondo de algunos de los acusados y de sus amigos y familiares presentes en la sala.

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La Audiencia madrileña juzga desde el lunes a 15 acusados, para quienes el fiscal solicita penas de prisión por su irrupción violenta en el centro cultural.

El ministro del Interior, entre los invitados

En relación a las medidas de seguridad, Bosch ha explicado que existían las habituales: "Dos vigilantes y dos personas encargadas de anotar los nombres de los invitados a medida que iban entrando". Y se ha lamentado de que no acudiese al evento, como inicialmente estaba previsto, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, "porque probablemente las medidas de seguridad habrían sido mayores en tal caso".

Por su parte, Sánchez Llibre ha negado que en el acto que allí se celebrara tuviera contenido independentista, tal y como afirmaron los acusados en sus declaraciones para justificar lo que ellos denominaron "protesta pacífica". Para el político de UDC, por contra, el asalto fue "un acto violento, vandálico y de sabotaje". E insitió: "Creo que estaban perfectamente organizados y sincronizados, sabían muy bien lo que hacían y estoy seguro de que me reconocieron por mi presencia en los medios de comunicación en esos días".

Gas y "escenas de pánico"

"Presencié escenas de pánico y sufrí unos insultos tremendos", ha añadido el exparlamentario, que además ha recordado que sintió y escuchó como rociaban la sala con gas pimienta, lo que le provocó 48 horas de "náuseas, vómitos y un intenso picor en los ojos".

Pese a que ha contado que esos efectos del gas pimienta fueron "instantáneos" y que "el escozor de los ojos era tan tremendo que no veía nada", Sánchez Libre ha manifestado que se quedó a la celebración del acto alternativo que tuvo lugar en unos jardines contiguos al centro cultural. "Con los pocos que quedábamos, el delegado cambió su discurso por unas palabras de consuelo, porque no íbamos a permitir que un acto violento impidiese la libertad de expresión".

No fue hasta dos horas después cuando fueron atendidos por una ambulancia y luego, tras denunciar los hechos a la policía, se trasladaron al Hospital Gregorio Marañón.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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