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La hija de la asesina confesa de Carrasco se desvincula del crimen

Triana Martínez dice que trató de disuadir a su madre de matar a la presidenta de la Diputación de León y niega las pruebas que la incriminan

Fernando J. Pérez

Triana Martínez, hija de Montserrat González, asesina confesa de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, abatida a tiros el 12 de mayo de 2014, se ha desvinculado del crimen, del que el pasado martes se responsabilizó su madre en exclusiva. En la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León, Martínez ha negado cualquier relación con las pruebas que la incriminan en el asesinato. “Le dije a mamá que no lo hiciera, que sabía que lo hacía por mí, pero que no se buscara ese problema, yo no quería matar a Isabel Carrasco”, ha relatado Triana sobre los preparativos del crimen que comenzó a hacer su madre en el año 2012.

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Durante la mañana también ha declarado Raquel Gago, policía local y amiga de Triana Martínez, que ha negado que permitiera a su amiga esconder en su coche un bolso que contenía el revólver con el que la política fue asesinada. “Desde luego que no estaba de acuerdo con que la dejara allí, no tengo explicación de por qué lo hizo, no sé por qué Triana tomó esa decisión, lo que sé es que desde que eso pasó no he tenido vida”, ha afirmado Gago a preguntas del fiscal.

La hija de la asesina se ha desligado tanto de los seguimientos a los que su madre sometió a la víctima, como de la compra del revólver Taurus con la que fue asesinada Carrasco y las maniobras para ocultar el arma homicida. Triana, que, al contrario que su madre en la sesión del martes, sí ha contestado a las preguntas del fiscal, ha afirmado que la presidenta de la Diputación de León, la “perjudicó” laboral y económicamente después de que rechazara acostarse con ella en las navidades de 2010. “La plaza de la oposición [de ingeniero de Telecomunicación en la Diputación] la habían creado para mí y era para mí, pero como no me quise acostar con ella, se encargó de poner a otra persona y decir al tribunal que no fuera para mí”, ha contado.

Triana ha asegurado que el día del crimen, mientras miraba escaparates en busca de un regalo de cumpleaños para su madre, recibió una llamada de esta en la que le informaba de que había visto a Carrasco y que “iba a terminar con todo eso”, en referencia a la supuesta persecución laboral que sufrió por parte de la presidenta de la Diputación y líder del PP provincial. “Le dije: no hagas una tontería, voy para allá”. Según su versión, después del crimen y sin saber que este se había producido, se dirigió a donde estaba su madre y, al cruzarse con ella, vio que esta arrojaba el bolso a un garaje. Triana recogió el bolso intuyendo, pero sin mirar en su interior, que contenía la pistola reglamentaria de su padre, inspector de policía en Astorga. Después de recoger el bolso, siempre según su versión, lo depositó en el interior del coche de su amiga Raquel Gago, policía local en León.

La fiscalía acusa a Triana de concertarse con su madre para que esta le entregara el arma tras el crimen y de ponerse de acuerdo con su amiga Raquel Gago, policía local, para depositar el bolso con el revólver en el coche de esta. Triana ha negado haber recibido el bolso con el arma de manos de su madre. “Nunca me lo entregó”, ha replicado al fiscal.

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La hija ha manifestado que declaró que se había puesto de acuerdo con su madre por indicación de dos policías de Burgos que acudieron a León y dijeron ser amigos de su padre y que le iban a ayudar. Según la defensa de la madre y de la hija, esta supuesta ayuda policial no era sino una añagaza irregular para que estas se incriminaran en el asesinato."Me limité a decir lo que me dijeron ellos que tenía que decir porque eran amigos de mi padre y del comisario de Valladolid", ha señalado Triana.

La hija de la asesina confesa ha relatado, a preguntas de su abogado defensor, los detalles del supuesto acometimiento sexual de Carrasco, cuya veracidad las acusaciones rechazan. “Me besó en la boca, me entró, me sentí mal, asustada. Me quiso tocar, me agarró por detrás para que no me soltara. Me consigo levantar y le digo que me quiero marchar, y ella me dice que no pasa nada, pero cuando ve que salgo me dice que me lo piense bien, que ya han salido las bases de la plaza [de ingeniero en la Diputación] y si te quedas tienes mucho que ganar y poco que perder”, ha relatado. Triana ha manifestado que no contó este episodio, del que supuestamente solo tenía conocimiento su madre, desde el inicio de la instrucción por “vergüenza”.

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Raquel Gago, policía local acusada del asesinato de Isabel Carrasco, al igual que Triana Martínez y la madre de esta, Montserrat González, ha asegurado ante el fiscal este miércoles que no vio a su amiga Triana meter en su Volkswagen Golf el bolso con el revólver, que según el fiscal, Triana había recibido de su madre tras cometer el crimen. “No sé por qué tomó esa decisión. Lo podía haber tirado a una papelera, yo puedo explicar mis actos, no los de otras personas, no estaba de acuerdo con ella”.

La policía local, en libertad bajo fianza,  ha contado que, el día del crimen, se vio con Triana, que le había telefoneado segundos antes, mientras hablaba en la calle con un vigilante de los parquímetros. “No vi si metió algo en el coche. No me dijo “ahí te dejo eso”. No le oí decir “ahí te dejo eso”, solo “me voy a la frutería, ahora vengo”, ha señalado.

Gago, policía local desde 1997, comunicó 30 horas después del crimen que el arma homicida estaba en su vehículo. La imputada ha afirmado que durante ese tiempo no fue consciente de que el revólver Taurus estaba detrás del asiento del copiloto del Golf, y que solo lo descubrió al día siguiente cuando metió su bicicleta en la parte trasera del coche. “Veo que en el bolso hay algo brillante, que intuyo que es un arma y llamo a Nacho, un policía nacional, ahí supe que Triana me había metido algo en el coche, no era consciente de que había abierto mi coche”, ha afirmado.

Aunque supo que su amiga Triana y la madre de esta se encontraban detenidas desde la misma tarde del crimen, no comentó con nadie que había estado con Triana antes del asesinato: “No puedo explicar por qué, fue mi reacción”, ha dicho. “No puedo creer que haya sucedido eso, que sea verdad. Estaba muy nerviosa”, se ha justificado.

Gago ha refutado el informe policial de posicionamiento de su teléfono móvil que ha servido para atribuirle seguimientos a Isabel Carrasco. La policía local ha puesto en evidencia que el informe sitúa el 28 de abril a Isabel Carrasco en el Congreso en Madrid, en el Crucero de León y de nuevo en el Hotel Villamagna en Madrid todo ello en un plazo de cuatro minutos.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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