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Bescansa quiso reivindicar el derecho de las madres a criar “como quieran”

Podemos explica que la presencia del bebé de su diputada en el Congreso fue "un gesto simbólico" por "todas las mujeres que tienen que poder conciliar vida familiar y personal"

F. MANETTO
Carolina Bescansa en el Congreso de los Diputados con su bebé en brazos.
Carolina Bescansa en el Congreso de los Diputados con su bebé en brazos.PIERRE-PHILIPPE MARCOU (AFP)

La diputada de Podemos Carolina Bescansa abrió el miércoles un debate y fue objeto de críticas, principalmente de la bancada popular, por llevar a su bebé de seis meses a la sesión constitutiva de las Cortes y amamantarlo en su escaño. La cofundadora del partido que lidera Pablo Iglesias mantuvo, en distintas declaraciones y conversación con periodistas en la Cámara baja, que tras esa decisión hay dos razones.

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Además de la práctica de lactancia a demanda, también tenía la voluntad de alentar un debate sobre los cuidados de las madres. "Es hora de visibilizar dentro de las instituciones lo que hay en la calle y que esta Cámara se parezca más a nuestro país", afirmó. Bescansa reconoció que llevar a su hijo hasta el hemiciclo, pudiendo contar con la guardería del Congreso, es un "privilegio", ya que, recalcó "la mayor parte de las mujeres que son cajeras, o dependientas, o que trabajan en la distribución no tienen la posibilidad de mantener la crianza de sus hijos y de traerlos al trabajo".

Precisamente por eso resulta clave, en su opinión, ese gesto de reivindicación del derecho de las madres a criar a sus bebés "como puedan y como quieran". La dirigente de Podemos, que tiene otra hija, de cuatro años, no se ha separado de su bebé desde que nació, a pesar de la intensa actividad de precampaña y campaña electoral. De hecho, lo llevó a múltiples actos, incluso a debates y tertulias. No se trata de algo nuevo, pero los escenarios también son importantes, y la multiplicación de los focos en el primer día de la XI legislatura acabó abriendo precisamente ese debate, que en cualquier estaba meditado y no fue casual.

"He tenido el privilegio de no separarme de él desde que nació y me parece que es muy sorprendente que sea noticia que una madre con un bebé tan pequeño acude a su trabajo con él", señaló. "Claro que es un privilegio", insistió. "He tenido baja por maternidad de cuatro meses, más una adicional [de dos meses] por lactancia materna". Aunque en los próximos días le seguirá llevando a los actos, reuniones y a otras citas parlamentarias, ese tiempo de seis meses está a punto de acabar, así que cuando acabe el periodo de lactancia a demanda comenzará a separarse de su hijo, igual que hizo con su hija mayor.

Tres objetivos

Con el gesto de Carolina Bescansa, Podemos tenía estos tres objetivos, según ha informado la propia formación:

1.  Poner los cuidados en el centro del debate, hablar de ellos cuando hacen política y que no sean un asunto privado que las mujeres tienen que resolver por su cuenta en la invisibilidad.

2. Repartir esos cuidados entre hombres y mujeres. Es decir, que los permisos sean iguales.

3. Ponerlos al alcance de todos y todas, lo que incluye el acceso universal a la educación infantil, para que no sea un "privilegio" para quienes pueden pagar 400 euros al mes.

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Hay unas declaraciones de Pablo Iglesias que dan la idea de la dimensión simbólica de ese gesto. El último día de campaña, durante un acto con simpatizantes celebrado en el Teatro Circo de Murcia, el líder de Podemos subrayó que su filosofía sería la de "llevar la calle a las instituciones". Lo que incluía este tipo de decisiones. Bescansa, dijo, llevaría a su hijo al Congreso y le amamantaría en el escaño. El propio partido salió en defensa de la dirigente. "Es un gesto simbólico por la reivindicación de todas las mujeres que tienen que poder conciliar vida familiar y personal y vida laboral y hoy día no pueden, que son muchas en nuestro país, millones de mujeres que se enfrentan solas a múltiples obstáculos", señalaron fuentes de la dirección. Los objetivos de Podemos eran, fundamentalmente, tres: poner los cuidados en el centro del debate, repartirlos entre hombres y mujeres y universalizarlos.

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Sobre la firma

F. MANETTO
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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