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El PP y Ciudadanos rechazan los cuatro grupos de Podemos

El partido de Pablo Iglesias se encuentra con dificultades para que sus marcas de Galicia, Cataluña y Valencia tengan grupos diferentes

Alberto Rodriguez recoge su acta de diputado de Podemos por Tenerife.
Alberto Rodriguez recoge su acta de diputado de Podemos por Tenerife.Bernardo Perez (EL PAÍS)

El arranque de la legislatura en el Congreso puede tener como primer punto de discordia la creación de cuatro grupos parlamentarios diferentes para Podemos y las tres candidaturas con las que concurrió en Galicia, Cataluña y Valencia. Por el momento, el PP y Ciudadanos han rechazado abierta y públicamente esta posibilidad y el PSOE es reticente a aceptarlo en las negociaciones. Las conversaciones avanzaron ayer de forma cruzada entre todos con la coincidencia de pactar una Mesa plural y una reforma inmediata del Reglamento.

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El PP y Ciudadanos lo han rechazado abierta y públicamente y el PSOE mantiene serias dudas sobre la posibilidad de que Podemos y las tres candidaturas próximas de Galicia, Cataluña y Valencia pueden formar grupos parlamentarios diferentes en el próximo Congreso. Ese rechazo lo han constatado los tres partidos en las primeras negociaciones para acordar la Mesa del Congreso y la Presidencia de la Cámara.

El portavoz del PP, Rafael Hernando, aseguró ayer en Radio Nacional que Podemos pretende “un fraude de ley claro” en el Reglamento del Congreso para tener más recursos “y más voces que los demás”, lo que para él es “ciertamente chocante”. El diputado electo de Ciudadanos y negociador con el resto, Miguel Gutiérrez, también defendió que los 69 diputados se agrupen en un solo grupo.

La conquista del espacio en el Hemiciclo

Una de las decisiones no regladas que deben tomar por consenso los partidos al inicio de cada legislatura es la distribución física de los diputados en el Hemiciclo.

No suele haber problemas porque siempre han sido los mismos partidos y se ha mantenido el criterio del PP (antes AP) a la derecha y el PSOE a la izquierda. En el centro los nacionalistas y por encima del PSOE los de Izquierda Unida, antes PCE. El único cambio fue la llegada de UPyD que se situó en el centro del Hemiciclo.

Ahora, Ciudadanos acepta estar en el centro, donde estaba UPyD, pero ocupando más espacio. El problema es donde situar a los 69 de Podemos, porque en los primeros contactos, los de Pablo Iglesias han pedido la izquierda, es decir, el lugar del PSOE.

La creación de esos grupos diferenciados estaba en el pacto de Podemos en cada una de esas comunidades y ayer mismo fue defendido en el Congreso por Xavier Domènech, líder de En Comú Podem. Supondría no solo más medios económicos, sino la posibilidad de tener cuatro voces en todos los debates de Pleno y comisiones y en la Junta de Portavoces y mayor cupo para presentar iniciativas, hacer preguntas al Gobierno o forzar convocatorias como la de la Diputación Permanente, entre otras. Las reticencias se basan en el punto del Reglamento que impide crear grupos diferenciados a miembros del mismo partido, que sirvió para que nunca se planteara la creación de un grupo propio del PSC. No obstante, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional permite a la Mesa un amplio margen de maniobra para interpretar de forma flexible el Reglamento.

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Es mucho más difícil que IU pueda lograr su objetivo de formar grupo propio con sus dos diputados y los de ERC y Bildu. La decisión deberá tomarla la Mesa cuando sea elegida después del 13 de enero, cuando se constituya en nuevo Congreso. Sin embargo, ya estará en las negociaciones para elegir al órgano de control de la Cámara.

Por ejemplo, porque al atribuir la representatividad en la futura Mesa, hay partidos que sostienen que Podemos puede optar a tener dos representantes si su grupo tiene 69 diputados, pero si está dividido en cuatro grupos su presencia sería menor y acorde con los miembros de cada uno de los grupos en que se divida.

Ayer se produjeron conversaciones cruzadas entre todos los partidos en el Congreso. Los populares mantienen en solitario que debe mantener la tradición de que el presidente del Congreso sea del partido con más diputados, pero el resto prefiere que no sea del PP. Si fuera así sería del PSOE, el segundo grupo de la Cámara, y aunque aseguran que no han hablado de nombres, fuentes de Ciudadanos aseguran que ven con muy buenos ojos a Patxi López, exlehendakari y diputado socialista.

Los mínimos de coincidencia son la necesidad de abordar una reforma inmediata y profunda del Reglamento que no se ha tocado desde los ochenta y la de pactar una Mesa plural. Esta podría estar formada, según los primeros tanteos, por dos miembros del PP, dos de Ciudadanos, dos del PSOE, dos de Podemos y el presidente que podría ser socialista. Es decir, el PP perdería la mayoría si se confirma ese acuerdo para la votación del 13.

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