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Elecciones generales
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Dinásticos y ‘outsiders’

Desde el 20-D se han sucedido las apelaciones a un acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos

Josep Ramoneda

Desde el 20-D, como era previsible, se han sucedido las apelaciones a un acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos, calificados como “los tres partidos inequívocamente democráticos”. Sólo desde una concepción estrecha de la democracia puede decirse algo así. ¿Tan cerrado es el régimen que solo caben tres? Mucha gente votó contra la involución de las instituciones surgidas de la Transición.

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Hay en España dos tipos de partidos: los dinásticos y los outsiders. Los dinásticos son los que vienen articulando el régimen desde que en 1982 culminó la Transición: el PP y el PSOE, pero también CDC y el PNV en el País Vasco. Los dos primeros acaban de recibir un severo castigo electoral, CDC está en proceso de metamorfosis en una nueva fuerza política que le aleje de su turbio pasado, y el PNV es el que mejor resiste. Los partidos outsiders son variados: algunos de larga trayectoria como IU o ERC, otros de irrupción súbita y de consolidación incierta, como es el caso de Podemos, que tuvo la osadía de romper los esquemas dando voz política a los movimientos del 15-M, o de Ciudadanos, hurgando en el vacío dejado por PP y PSOE en el debate catalán. Decir que sólo tres partidos pueden exhibir un expediente democrático es falso y tramposo.

El varapalo al bipartidismo ha sido por la pérdida constante de calidad democrática en el ejercicio del poder. Por supuesto, se ha dado un voto de rechazo a la política de austeridad del PP, pero muchos han votado contra el deterioro del régimen: contra la corrupción, que en el PP y en algunos sectores vinculados al PSOE ha adquirido carácter estructural; contra la opacidad de la política y de los partidos; contra el autoritarismo de las mayorías absolutas; contra la colonización de las demás instituciones y poderes del Estado por el Ejecutivo; contra el desdén como forma de trato a los ciudadanos. ¿Los gobernantes que lucen este expediente merecen estar en la lista de los únicos partidos genuinamente democráticos? Dónde dice genuinamente democráticos debería decir genuinamente defensores de intereses intocables.

Sin duda, hay que buscar acuerdos para formar un Gobierno, pero sin exclusiones previas. Sería catastrófico que cundiera la sensación de pasteleo entre los partidos dinásticos más un outsider inofensivo (Ciudadanos) para conservar el poder y repartirse cargos. Si hay coalición de Gobierno ha de ser sobre un programa, con un listado de reformas y con calendario de ejecución.

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