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Rajoy recibe a Iglesias e intenta con Rivera atraer a un sector del PSOE

El presidente del Gobierno aspira a convencer a los socialistas de que España no puede permitirse otras elecciones

Foto: reuters_live | Vídeo: reuters live

Mariano Rajoy empezará hoy la segunda fase de negociaciones para lograr un acuerdo sobre su investidura y un Gobierno de estabilidad. El presidente en funciones y líder del PP, la fuerza más votada el 20-D, recibirá primero al líder de Podemos, aunque sin ninguna opción de pacto. Luego verá al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y ambos se trasladarán sendas ofertas. Rajoy pretende que la alianza con Rivera le sirva para convencer a un sector del PSOE de que el PP debe gobernar porque España no puede permitirse más inestabilidad ni otras elecciones.

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Pablo Iglesias irá esta mañana a La Moncloa con un mensaje centrado en el rechazo de cualquier hipótesis de Gobierno del PP. El líder de Podemos explicará al jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, por qué cree que no debe seguir gobernando. En su opinión, la pasada legislatura ha estado marcada por la desigualdad y la corrupción, y el único cambio posible pasa por la formación de un Gobierno alternativo.

“Le explicaré nuestra propuesta de país”, señala Iglesias. Ese proyecto, recalca, “no es compatible con que el PP siga gobernando”. Iglesias es el único candidato de los cuatro principales partidos que ni siquiera contempla un escenario de continuidad de Rajoy en La Moncloa pese a que este fue el más votado el 20 de diciembre.

No obstante, Iglesias no ha aclarado cómo piensa dar salida a una mayoría alternativa, puesto que su apoyo al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está supeditado a la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña —condición inasumible para los socialistas, PP y Ciudadanos—, a una batería de medidas sociales y al fin de las llamadas puertas giratorias en política.

Del optimismo infundado a la gran preocupación

El PP esperaba lograr entre 125 y 135 escaños en las elecciones del 20-D, por la recuperación que le daban los sondeos de seguimiento que manejaba en los días previos a las elecciones. Se quedaron en 123, es decir, 63 menos que en 2011 y a 53 de la mayoría absoluta. “Lo inesperado fue que Ciudadanos se quedara solo en 40”, admite uno de los máximos dirigentes del partido que dirige Mariano Rajoy.

En el PP creen que Ciudadanos y su líder, Albert Rivera, se fueron hundiendo durante la campaña por diversos fallos y por su calculada ambigüedad, y esa caída frustró los planes de formar un Gobierno estable y conjunto para toda la legislatura. En la noche electoral las caras fueron largas en la sede del PP pero algunos colaboradores de Rajoy aún hablaban de “moderado optimismo”. Con el transcurso de los días, los mismos asesores han pasado a concluir que el presidente en funciones está “altamente preocupado” porque cada vez ve más difícil lograr un Gobierno estable, como le gustaría a él y a sus socios europeos. Y porque un fracaso en ese sentido abriría la caja de los truenos internos en el PP sin un sucesor claro y con unos barones territoriales en su mayoría derrotados y de salida de la política.

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El líder de la formación emergente se reunirá con Rajoy con la vista puesta en la calle de Ferraz, la sede del PSOE, donde hoy se celebra el comité federal de los socialistas que decidirá las líneas maestras de la política de pactos. Las declaraciones realizadas por Iglesias en los últimos días han dejado claro su intento de debilitar a Sánchez, aunque esta estrategia choca con la voluntad de buscar alternativas a un Gobierno del PP. El dirigente del PSOE llamó a Iglesias en Nochebuena, y los dos se emplazaron a nuevos contactos esta semana.

Inestabilidad en Cataluña

“Vamos a escuchar”, explican, por su parte, fuentes de la Ejecutiva de Ciudadanos sobre el tercer encuentro que protagonizarán en 2015 Rajoy y Rivera. Rivera espera que el líder del PP le explique su plan para lograr que no haya elecciones anticipadas. También, que analicen juntos la situación de inestabilidad política en Cataluña, donde los 25 diputados de Ciudadanos en las autonómicas encabezan la oposición a Junts pel Sí. Rivera acude hoy a La Moncloa como representante de la cuarta fuerza en el nuevo Congreso y con Ciudadanos como primera opción constitucionalista en Cataluña, sumando casi tantos diputados como PP y PSOE juntos. El futuro político de Artur Mas planeará sobre el encuentro.

Rivera va a la cita con sensaciones encontradas. Fernando Martínez Maíllo, vicesecretario general de Organización del PP, apoyó el pasado fin de semana el plan de Rivera de un “acuerdo por España” para que PP, PSOE y Ciudadanos formen una mayoría constitucionalista estable que permita el inicio de la legislatura y garantice la defensa de la unidad del país frente al reto independentista. “La música suena bien, luego habrá que ver el contenido”, dijo Maíllo. Sin embargo, Rivera sabe que el socialista Sánchez ya anticipó a Rajoy en su encuentro el pasado miércoles que se niega a participar de esa estrategia. Y los 40 diputados de Ciudadanos son insuficientes por sí mismos para decidir cualquier investidura.

“No vamos a presentar ninguna propuesta porque no vamos a entrar en ningún Gobierno”, argumentan desde Ciudadanos sobre la reunión entre Rajoy y Rivera, que espera desde octubre a que el presidente del Gobierno se pronuncie sobre su oferta de firmar un pacto por España basado en la defensa de la Constitución como único instrumento para canalizar posibles reformas. “Lo único que pedimos es responsabilidad a ambos (PP y PSOE) para que se inicie la legislatura cuanto antes y así poder comenzar a presentar nuestras propuestas de reformas y regeneración”, dicen estas fuentes.

Ciudadanos, insuficiente

Este tercer encuentro entre Rajoy y Rivera se produce en circunstancias muy distintas a los anteriores. En el primero, en junio, el presidente recibió al líder de un partido que tenía la llave de cinco Gobiernos autonómicos. Al segundo, en octubre, Rivera llegó como cara visible de la formación que lideraba la oposición en Cataluña, como uno de los garantes de la unidad de España y como rival para ganar las elecciones generales. Hoy Ciudadanos no tiene los votos necesarios para ser decisivo en el arranque de la legislatura, y, sin embargo, sus 40 diputados podrían convertirle en una fuerza política clave, porque ningún otro partido tiene, en principio, su capacidad para pactar a ambos lados del arco ideológico.

Rajoy intentará convencer a Rivera sobre un diagnóstico común de lo que ocurre en Cataluña y con la idea de afrontar algunas reformas en la Constitución y en el funcionamiento del Congreso pero sin aceptar imposiciones sobre el perfil de los candidatos o fórmulas de primarias. El PP considera que la adhesión de Ciudadanos le ayudaría a que un sector importante del PSOE presionara y convenciera a Pedro Sánchez de que investir a Rajoy (en tercera o cuarta votación) es mejor que una alianza múltiple y confusa de izquierdas y nacionalistas o que repetir elecciones en tres meses.

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