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El PP teme las diversas variantes de un pacto entre Sánchez y Rivera

Los populares alertan sobre una reedición nacional de la Operación Revilla que permitió diversas alianzas de Gobierno del PSOE

Mariano Rajoy, este lunes, en el Albergue Fuerte de Nagueles de Marbella.
Mariano Rajoy, este lunes, en el Albergue Fuerte de Nagueles de Marbella.García-Santos

El PP ha pasado en cuestión de horas de querer proteger las opciones del socialista Pedro Sánchez como segunda fuerza, para evitar el sorpasso y hasta el triunfo del voto útil de Ciudadanos, a temer una operación revillista con Rivera. Mariano Rajoy alerta de que sus principales rivales están tramando un acuerdo de perdedores para echarle de La Moncloa y por eso les exige que se pronuncien como él sobre que solo gobernarán si ganan y quedan primeros. En el PP creen que Sánchez y Rivera podrían facilitarse el gobierno si suman los escaños suficientes y al margen de quién quedase segundo y tercero.

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De la operación cuidar al líder de la oposición para que no se hunda el PP ha cambiado, tras conocerse la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), a la operación alerta contra Albert Rivera. Algunos dirigentes de la cúpula nacional del PP próximos a Rajoy hablan también, aunque aún de forma discreta, de que puede estar en marcha un sucedáneo de lo que denominan peligro de revillismo.

En las elecciones autonómicas de 2003, el PSOE obtuvo en Cantabria 13 diputados autonómicos por ocho del Partido Regionalista Cántabro que ya dirigía Miguel Ángel Revilla. Esos 21 escaños fueron tres más que los logrados por el PP y Revilla fue investido presidente. Cuatro años después la situación se volteó, el PRC acumuló 12 y el PSOE 10 y repitieron el pacto. En las autonómicas de mayo pasado esa alianza de intereses se quedó a un escaño de empatar con el PP y fue entonces Podemos con su abstención la que facilitó la tercera investidura de Revilla.

El PP cree que ahora puede estar fraguándose una Operación Rivera en esa línea y ha dirigido todas sus baterías contra el líder de Ciudadanos para que despeje las incertidumbres y aclare antes de las elecciones del 20-D su política de pactos. Ese es el objetivo que persigue Rajoy y otros dirigentes cuando le emplazan continuamente a que se comprometa a gobernar solo si gana y consigue más votos y escaños que los demás. Rajoy repite esa consigna a diario y la adereza ahora, tras publicarse los últimos datos del CIS que reflejan a Rivera muy cerca ya de empatar con el PSOE en la segunda posición, con la advertencia de que algunos están ultimando cosas extrañas y oscuras.

Ayer, durante un mitin matinal en Estepona y luego otra paella-mitin en Marbella, lanzó la andanada: “Que los españoles sean conscientes de lo que algunos están preparando”. Frente a esa conjura, Rajoy sitúa al PP como el único partido que confiesa abiertamente sus intereses: “El PP quiere pactar con los españoles. Ese es el único pacto que nos interesa. Y el que gane las elecciones, el que reciba el apoyo de más españoles, es el que debe gobernar porque eso es democracia y es justicia”.

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PSOE, Podemos y Ciudadanos han aclarado ya que España no es un régimen presidencialista, sino parlamentario y que los pactos son perfectamente legítimos.

El primer adversario de Rajoy en estas elecciones sigue siendo Sánchez, pero en el PP no acaban de encontrar la fórmula para combatir el impulso de Rivera, en el mismo espectro ideológico, pero más atractivo, joven y nuevo incluso para parte de sus votantes. El líder del partido en Andalucía, Juan Manuel Moreno, les etiquetó ayer en Estepona como “el trío Lalalá”, e incluyó en el mismo paquete a Sánchez, Rivera e Iglesias. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, insistió en la idea del supuesto tripartito: “Pedro Sánchez sueña con poder hacer una coalición con todo el que pase por ahí”.

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