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Dos robots submarinos buscan el helicóptero desaparecido

El Gobierno sigue sin localizar a los tres militares y la aeronave hundida frente al Sáhara

Tras la enorme confusión de las primeras horas, en las que Defensa dijo que se había localizado y rescatado a los tres militares que viajaban en un helicóptero siniestrado en el Atlántico, los trabajos para dar con el aparato y los tripulantes han continuado este sábado frente a la costa del Sáhara Occidental. Por la mañana, ha llegado un equipo de buzos, que ha hecho varias inmersiones sin hallar el aparato. Por la tarde, ha llegado el Olympic Zeus, un buque contratado por Fomento que porta dos robots submarinos. Los trabajos se centran en un área de dos millas (3,6 kilómetros).

La extraña desaparición de la tripulación del Super Puma del Ejército del Aire sigue envuelta en incógnitas. Un portavoz del Ministerio de Defensa ha insistido en que se manejan "todas las hipótesis". Este departamento desconoce si los tres militares pueden estar dentro del aparato Super Puma que se hundió tras el accidente del pasado jueves.

En un principio, el Gobierno marroquí sostuvo que los tripulantes habían sido rescatados por un pesquero y que viajaban rumbo a tierra, una versión que dio por buena el Ejecutivo español. Pero ese supuesto pesquero no llegó jamás al puerto de Dakhla, la antigua Villa Cisneros, en el Sáhara Occidental, donde se esperaba que arribara. En la aeronave accidentada viajaban el capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda.

Un equipo de diez buzos se ha incorporado este sábado a los trabajos. Su objetivo —que hoy no se ha cumplido— es dar con el helicóptero, que, según Defensa, se encuentra en el fondo del mar, a unos 40 metros de profundidad y a unas 25 millas (45 kilómetros) de la costa del Sáhara. Los submarinistas llegaron a bordo del barco Camino español, que ha recalado en la zona del accidente este sábado, casi dos días después de producirse el siniestro. Han hecho varias inmersiones, pero no han localizado el aparato. Luego, han sido llevados en un barco marroquí a tierra, en concreto, a Dakhla.

Con esta operación, lo que se trata de averiguar es si los cuerpos de los tres tripulantes pueden estar dentro de la cabina. Pero, paralelamente, el avión CN235, también del Ejército, ha realizado patrullas de búsqueda en una zona más amplia por si los militares hubieran logrado sobrevivir y estuvieran a la deriva. Además, dos patrullas marroquíes han colaborado en la operación.

Por la tarde ha llegado a la zona del accidente el buque Olympic Zeus, que porta dos robots submarinos no tripulados que se incorporaron a las tareas de búsqueda. Este barco, que está en aguas de las Canarias desde junio, fue contratado por el Ministerio de Fomento para el sellado de las fugas de fuel del pesquero ruso Oleg Naydenov, que en abril se hundió en el Atlántico, al sur de Gran Canaria, y provocó un vertido.

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Buzos e incógnitas

Los robots tienen capacidad para bajar a gran profundidad, aunque el Ministerio de Defensa insiste en que el helicóptero está a solo 40 metros. A esa profundidad, los buzos no tendrían problemas para descender y despejar la incógnita sobre si los tripulantes están o no dentro del aparato. Sin embargo, el punto exacto en el que reposa el helicóptero no se conoce. "Se trabaja en un área de unas dos millas", ha señalado Defensa después de la primera inmersión fallida. La ventaja de los submarinos es que pueden permanecer más tiempo en el agua y pueden trabajar con poca visibilidad, por lo que la previsión de Defensa es que rastrearan la zona durante toda la noche. 2Los robots submarinos de este buque permiten que se trabaje durante las 24 horas", ha resaltado Defensa en un comunicado.

2No descartamos ninguna teoría", reitera el ministerio. Este departamento sostiene que el Gobierno marroquí se había disculpado por haber transmitido a España que los militares estaban a salvo a bordo del pesquero. La primera señal de la baliza de emergencia del helicóptero saltó a las 15.05 del jueves. Indicaba un punto situado a 40 millas (72 kilómetros) al suroeste de Dakhla y a 280 (504 kilómetros) al sur de Gando, en Gran Canaria. Un F-18 español sobrevoló tres cuartos de hora después la zona y avistó el aparato, la mancha de colorante que se activa tras un siniestro y aparentemente una bengala encendida. Pero no pudo constatar que los tres militares que viajaban en el helicóptero estuvieran allí. Según Defensa, un helicóptero de Marruecos envío poco después un informe con los mismos detalles y durante la tarde se recibieron avisos de pesqueros y buques en ruta por la zona que mencionaban de una bengala.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, que se ha desplazado a Gran Canaria, ya ha explicado que, aunque la zona del accidente está en un punto sin cobertura de radio ni de radar desde Canarias, todos esos detalles hicieron al Ejército del Aire pensar que el Super Puma no sufrió un impacto violento y que sus tripulantes pudieron activar los medios de supervivencia en el mar.

Además, según la versión de Defensa, un barco holandés llegó a situarse junto al helicóptero accidentado, cuando aún flotaba. Los tripulantes llegaron a tener amarrado el aparato, pero finalmente no consiguieron sujetarlo. Durante ese intento de salvamento, los holandeses no vieron a nadie ni dentro de la cabina ni en los alrededores, según Defensa.

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