El AVE de la ‘unidad de España’ entra en campaña

El presidente del Gobierno y candidato a repetir en el cargo quería hoy montar en el nuevo AVE a León, la tierra en la que estudió en el instituto. No quería hablar de Cataluña ni de Artur Mas ni del desafío soberanista. Sorteó el asunto hasta subiéndose por un escenario. Quería inaugurar. Charlar un rato con Dionisio e Isidoro, dos ancianos de 87 años situados en la primera fila del evento, y con los que comentó su época de registrador en El Bierzo. La imagen era el mensaje y se repetirá a menudo en esta larga precampaña hacia las generales de diciembre: Mariano Rajoy es un político que hace cosas, pone en marcha obras y se dedica a los problemas diarios de las personas. Los discursos, con ese traje, son implícitos: "El AVE impulsa la actividad económica, refuerza la movilidad, cohesiona y vertebra nuestro país, y redunda en la igualdad de oportunidades".

El Ejecutivo del PP que preside Rajoy desde diciembre de 2011 ha inaugurado en total 360 kilómetros de AVE en esta legislatura, la gran apuesta y la estrella invitada a todos los vídeos promocionales de la marca España. El candidato-presidente suele recurrir en los mítines a la pregunta retórica —"¿por algo será?"— cuando alude a que las grandes empresas españolas concurren en todo el mundo a las mejores obras de ingeniería e infraestructuras. Pero Rajoy no ha tenido oportunidad en su mandato de inaugurar muchos AVE porque esas líneas de alta velocidad llevan su tiempo. Mucho. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha confirmado así que, pese a que ahora hay varios tramos en construcción, no podrán ponerlos en servicio antes de las elecciones de las Navidades, pese a que están ya al 90% y también porque los maquinistas requieren dos meses de prácticas.

Pero es que, además, las inauguraciones llevan colgadas, junto a la cortinilla que da fe de la fecha y la autoridad que las permitió, otros lemas. En este caso, políticos. El presidente de Castilla y León, el "longevo" Juan Vicente Herrera, como él mismo se definió, envió hace unos días a La Moncloa el discurso que había redactado y con el que esperaba recibir y dar la enhorabuena a Rajoy en la estación nueva de León. En su alocución "pactada", Herrera quiso recordar lo que el presidente subrayó la semana pasada en la inauguración del puente de La Pepa, de la Constitución de 1812, en Cádiz, cuando ensalzó "el espíritu del diálogo y la lealtad" de ese tipo de proyectos entre todas las administraciones públicas. Por si quedaba alguna de lo que estaba hablando, Herrera agradeció que el Gobierno central se haya acordado al fin de la zona noroeste de España para hacer obras tras haber priorizado durante tanto tiempo otras áreas del país.

En la inauguración del puente de La Pepa sí estuvo el alcalde de Podemos de Cádiz, aunque allí mismo se lamentó de que la obra se había puesto en servicio al final precipitadamente y sin un estudio previo del tráfico. En el corte de cintas de hoy en León, Palencia y Valladolid, ha sido el alcalde socialista de esta ciudad, Óscar Puente, el que ha acudido a su estación solo para recibir a la comitiva, pero no se ha subido al convoy presidencial en solidaridad con sus vecinos porque Fomento no ha solucionado bien aún la conexión inferior al barrio de La Pilarica, que ha quedado ahora muy aislado con la nueva obra para gran malestar de sus residentes. Todos esos contratiempos no frenaron la marcha del AVE a más de 300 kilómetros por hora.

Juan Vicente Herrera incluyó al final de su salutación, ya en la carpa oficial en León, una reivindicación de mayor "sensibilidad y eficacia" del Gobierno de España hacia los problemas de las comarcas mineras. Es una queja recurrente de las autoridades locales, incluidas las del PP, pero también de los trabajadores afectados, que se concentraron tras las puertas de la estación estrenada, y a la que no fueron invitados, para gritar a Rajoy y los demás responsables públicos las consignas que recuerdan que siguen con su lucha. Rajoy sabía lo que iba a pedir Herrera y le propuso formar un grupo de trabajo para estudiar posibles mejoras y más recursos en el futuro hacia las comarcas más afectadas.

Sobre la nueva línea de AVE, que unirá para los usuarios a partir de mañana la capital madrileña y León en apenas dos horas y por un precio promocional de 20 euros, Rajoy prefirió destacar que el ferrocarril en general es símbolo de modernidad y progreso para todo el país y una señal a todo el mundo. El presidente Rajoy, el mandatario autonómico Herrera y hasta el alcalde de León, Antonio Silvá, todos del PP, tuvieron el detalle de recordar en sus discursos a los expresidentes José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, por su implicación a la hora de impulsar este servicio. Esa fue la única alusión de Rajoy a Aznar, que ayer le cuestionó de nuevo, esta vez por sus políticas e inacción en Cataluña. Pero Rajoy no quería hablar en esta jornada feliz de política, insistieron en su entorno.

El primer tren entre Madrid y León se puso en funcionamiento por primera vez el 9 de noviembre de 1863 y tardó 20 horas. El nuevo AVE, que ha costado 1.620 millones (1.200 aportados por Fomento), continúa la línea a Valladolid que se inauguró en 2007 con otros 166 kilómetros más y acerca también el trayecto con Asturias y Cantabria. Rajoy partió con toda la comitiva de la estación de Chamartín a las 9.30 horas, descorrió placas en Palencia y León, visitó al maquinista, se acercó a Isidoro y Dionisio, huyó de los periodistas interesados en la imputación de Mas y tenía prevista su llegada a la estación de La Moncloa poco después de las tres de la tarde.