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Solo el 10,6% de los catalanes en el exterior ha pedido votar el 27-S

Exactamente 20.836, el 10,6% de los 195.553 censados, según el INE

Carlos Yárnoz
Trabajadores organizando las cajas con las papeletas en una nave industrial del polígono de La Garena, en Alcalá de Henares.
Trabajadores organizando las cajas con las papeletas en una nave industrial del polígono de La Garena, en Alcalá de Henares.Álvaro García

Solo uno de cada diez catalanes en el extranjero con derecho a votar el 27-S ha pedido ejercer su derecho al voto. Exactamente 20.836, el 10,6% de los 195.553 censados, según el Instituto Nacional de Estadística. Y quizás serán muchos menos los que voten al final. No es un síntoma del desapego a la cita, sino una prueba más de que la norma para votar desde el extranjero reduce a una media del 5% la participación, como ha pasado en diferentes comicios celebrados desde 2011 en España. La burocracia y los ajustados plazos que impuso la reforma de la Ley Electoral para el llamado “voto rogado” lastran estos sufragios.

En Francia, por ejemplo, son 25.814 los residentes con derecho a votar el 27-S, pero las organizaciones de emigrantes españoles en el país auguran y denuncian que serán muy pocos los que lo hagan por las dificultades administrativas que conlleva. Los trámites y los ajustados plazos han impedido que más del 95% de los votantes españoles residentes en Francia hayan podido votar en las elecciones registradas desde que en 2011 entró en vigor la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Ahora, tanto la Federación de Asociaciones y Centros de Españoles Emigrantes en Francia (FACEEF), como Marea Granate, la organización que moviliza a miles de españoles en el exterior, sostienen que la participación efectiva difícilmente llegará al 5%, cuando antes de ese año se situaba entre el 25% y el 30%.

Quienes han pretendido votar de entre los 25.814 que figuran en censo como residentes en Francia estaban obligados, como en el resto de países, a solicitar su derecho por escrito o por fax a su correspondiente Delegación Provincial de la Oficina del Censo Electoral a partir del día en que fueron convocadas oficialmente las elecciones, es decir, el 4 de agosto. El plazo concluía el 29 de ese mes. Este trámite, conocido como “voto rogado”, es exigido desde la reforma de la ley.

Si la oficina da el visto bueno, debe enviar a los votantes las papeletas de las correspondientes candidaturas antes del 7 de septiembre o antes del 15 si, como ha sido el caso, resultan impugnadas algunas candidaturas. Una vez que reciben las papeletas, los ciudadanos solo tienen de plazo hasta el 23 para enviar por correo certificado su voto. O pueden depositarlo entre el 23 y el 25 en una urna o buzón establecido en cada consulado.

La reforma de la LOREG se hizo a iniciativa del último Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero contó con el cerrado apoyo de todos los grandes grupos. Izquierda Unida fue uno de los pocos que se opuso. En la votación del Congreso de diciembre de 2010, el resultado fue contundente: 326 votos a favor, 14 en contra y 8 abstenciones. Además de entorpecer el derecho al voto en las generales, autonómicas y europeas, en las que se exige el voto rogado, la reforma legal suprimió de un plumazo el derecho al voto de los residentes en el extranjero en las municipales.

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En Francia, como en otros países occidentales, existen circunscripciones electorales en el exterior. Hay 11 en el caso francés, en las que se eligen otros tantos diputados para la Asamblea Nacional. FACEEF y Marea Granate exigen también para España esa fórmula de circunscripciones en el exterior. Los catalanes en tránsito en el extranjero también pueden ejercer el voto si lo solicitan a través de los consulados. En el de París, que incluye la capital y regiones adyacentes, se han inscrito 50. De los 20.836 residentes en el extranjero que ahora han pedido votar el 27-S, 15.735 corresponden al censo de Barcelona, 1.911 al de Girona, 1.626 al de Tarragona y 1.564 al de Lleida.

"Los trámites son demenciales"

Los trámites para votar en el extranjero resultan tan complicados que muchos ciudadanos desisten por no recibir a tiempo la documentación o porque acaban por no realizar alguno de los pasos. Gabriel Gasó, director de FACEEF, recuerda que, en las autonómicas de mayo, solo votó el 3% de residentes en el exterior cuando el porcentaje superó el 30% en las generales de 2008. “Los trámites son demenciales. Los plazos son una carrera de obstáculos”, dice. Marea Granate señala que, como media, el 90% de votantes no cumplimenta los trámites por su complejidad o falta de información y un 45% de quienes los cumplen no recibe a tiempo las papeletas.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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