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El nuevo Gobierno navarro planea extender el euskera y la ikurriña

El Ejecutivo prevé derogar la Ley de Símbolos para posibilitar la colocación de la enseña vasca

Laura Pérez, Uxue Barkos, Adolfo Araiz y José Miguel Nuin.
Laura Pérez, Uxue Barkos, Adolfo Araiz y José Miguel Nuin. V. L.

Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra firmaron ayer el acuerdo por el que Uxue Barkos (Geroa Bai) será investida presidenta de Navarra. El jueves cerraron la composición del nuevo Ejecutivo, con nueve consejerías, que tendrá como objetivo el cumplimiento de un programa que cuenta con la extensión del modelo de educación pública en euskera y retrasar la extensión del modelo de educación en inglés. El Gobierno prevé derogar la Ley de Símbolos para posibilitar la colocación de la ikurriña. Estos son los principales puntos de fricción con la que será su oposición a partir de ahora: UPN, PSN y PP.

Barkos se convertirá el próximo lunes en la octava persona que ocupe la presidencia del Gobierno de Navarra. Será, además, la primera que no pertenece ni a Unión del Pueblo Navarro (UPN), el partido regionalista que ha dirigido la comunidad los últimos 19 años, ni al Partido Socialista de Navarra (PSN), que lo hizo hasta 1991 y ha mantenido acuerdos con los regionalistas desde el inicio de la democracia. Tras más de tres décadas fuera de cualquier decisión de poder, el nacionalismo vasco coloca por primera vez a una presidenta abertzale en el Palacio de Navarra.

Uno de los primeros puntos de fricción entre el cuatripartito y los partidos que han gobernado hasta ahora está en la política lingüística, donde el nuevo Gobierno quiere extender la educación en euskera en la red pública a toda la comunidad. Actualmente, la Ley Foral del Vascuence divide Navarra en 3 zonas: vascófona, mixta y no vascófona. En esa última, que abarca el centro y sur de la comunidad, no existe oferta pública en euskera.

“De espaldas a Euskadi”

Una modificación aprobada en febrero pasado por el anterior Parlamento, y apoyada por el PSN, permite que se oferte el modelo en euskera en esa zona, siempre que haya demanda. Un criterio, el de la demanda, que quedó en manos del departamento de Educación, que ahora dirigirá José Luis Mendoza, de Geroa Bai. El acuerdo programático del nuevo Gobierno navarro recoge también ayudas de comedor y transporte para los alumnos de esa zona que tengan que desplazarse a las 5 ikastolasconcertadas de esa zona, mientras no se extienda el modelo público en euskera en sus localidades. Paralelamente, el Ejecutivo de Barkos propone una moratoria de un año en la extensión del modelo de educación en inglés. En el balance de su acción, que realizó el jueves pasado la presidenta saliente, Yolanda Barcina (UPN) señaló que este modelo había pasado de 28 a 107 centros en cuatro años.

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El porcentaje de población que usa el euskera habitualmente es del 14% y un 10% más lo conoce y maneja, frente al 74% que lo desconoce. Curiosamente, el porcentaje de vascohablantes en Navarra se ha incrementado en nueve puntos durante los años de Gobierno de UPN, del 14,6% en 1991 al 24% de hoy.

La relación con Euskadi es otro de los asuntos que quiere cambiar el nuevo Ejecutivo navarro. La futura presidenta acusa a los anteriores Gobiernos de haber vivido “de espaldas” a esa comunidad, por lo que el acuerdo propone “normalizar e impulsar las relaciones con la Comunidad Autónoma Vasca”, así como la vuelta a la cooperación en formato de “Eurorregión” con Euskadi y la región francesa de Aquitania, en la que se encuentra el País Vasco Francés.

No contempla el acuerdo un órgano común permanente con Euskadi, como ocurrió en el breve Gobierno tripartito entre PSN, Eusko Alkartasuna y CDN en 1995. Tampoco está en la agenda de Barkos ni de su Gobierno la puesta en marcha de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, que regula mediante un referéndum la incorporación de Navarra a Euskadi. Según Barkos, esa posibilidad “no se corresponde a la actual situación social” de la comunidad.

Sin embargo, la bandera vasca, la ikurriña, si podrá ondear en edificios públicos como ya hizo el pasado 6 de julio en el Ayuntamiento de Pamplona durante el “chupinazo” de los Sanfermines. Derogar la actual Ley de Símbolos está en la agenda del nuevo Ejecutivo para permitir que los Ayuntamientos que lo deseen puedan colocarla sin tener que sortear la norma, como hizo el alcalde de la capital, Joseba Asirón (EH Bildu) invitando a parlamentarios vascos a colocarla en el Consistorio pamplonés.  

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