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Crónica
Texto informativo con interpretación

Míreme a los ojitos

“No me insulte que le leo los labios”, le espetó Santamaría a Hernando en el Congreso

Manuel Jabois

Antonio Hernando, diputado socialista, preguntó a Soraya Sáenz de Santamaría por su control de los medios públicos (a los privados Soraya no llama), y la vicepresidenta dijo mientras respondía: “No me insulte que le leo los labios”. Hay que tener verdadero genio político para que alguien te pregunte si estás influyendo en el periodismo y contestar que lees los labios. O sea, que no te hace falta una televisión. Entre los bancos del Gobierno y los de la oposición hay una distancia considerable, pero Soraya ha desarrollado habilidades de árbitro y al pobre Hernando solo le queda llevarse la mano a la boca, como Cristiano, para decir que esta noche toca Kevin Roldán en Somosaguas. La sesión de control reveló ese poder nuevo de la vicepresidenta, y eso que iba a perder peso en el gabinete: dentro de poco empezará a saber si la oposición miente por sus rasgos faciales, como Tim Roth en Lie to me. Bueno, ya lo sabe.

Ha empezado la campaña de las generales, concretamente en 2013, y se nota en las intervenciones. Los diputados socialistas amagaron con presentarse con camisas rojas y amarillas para formar un mosaico cuando Pedro Sánchez hablase, porque en el inconsciente colectivo ya es imposible imaginarlo sin una gran bandera española detrás. Así empezó el del bombo y después de 30 años ganamos un Mundial. De haber tenido la idea antes lo lógico hubiera sido descolgarse con Calleja del mástil de Colón y no de un molino de viento. Que esa es otra: si al ver los molinos Cervantes hubiera puesto al Quijote a hacer puenting con ellos hoy estaríamos buscando los huesos de Mesonero Romanos, aun sabiéndolos localizados.

Seguí la sesión en coche, metido en un atasco, con el móvil que me hace de tom-tom colocado en el parabrisas. Así que en lugar de seguir las rutas de carreteras (total para qué en una caravana: al final siempre está la playa) seguí las rutas políticas de España. Mi conclusión es que de no haber tenido coches delante hubiera terminado en Argentina. El y tú más como fórmula política está renqueante, agotada. El y tú más son los treinta últimos minutos de Ozil en el campo. Si para algo tienen que valer los nuevos partidos es para que nadie, desde su escaño, les diga “cuando gobernaban ustedes”. En cualquier caso, “cuando tuiteaban ustedes”, que es otra fórmula que se usó ayer para atacar al pobre Sánchez, que hace años se despedía de sus followers con un canallita “ser malos”: ortográficamente es un ataque a la radio.

La sesión estaba para ponerse a pitar en el coche, y ni siquiera. Durante el Mundial de Brasil los taxistas llevaban una pequeña tele con ellos para ver a la Seleçao en la parada; cuando el coche arrancaba pedían a los clientes que les contasen el partido porque a ellos les multaban. Por supuesto, cuando el locutor se ponía a gritar ya podíamos estar en medio de una curva con cien niños delante que la carretera no la miraba ni Dios, y así iban los taxis por Copacabana, como si los condujese todos a la vez Romario. Sin embargo, en España, cuando se reúne el Parlamento, se van formando atascos.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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