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Mònica Oltra: “Vamos a entendernos, sin imposiciones”

La dirigente de Compromís ha logrado un éxito electoral que la convierte en interlocutora del socialista Ximo Puig para formar el nuevo Gobierno valenciano

Mònica Oltra, líder de Compormís.
Mònica Oltra, líder de Compormís.jose jordán

A Mònica Oltra la saludan todos por la calle, le dan ánimos, se hacen fotos con ella y la llaman “presidenta”. Es la cara de una nueva época. El éxito de su candidatura al frente de la Coalició Compromís, que se ha convertido en la fuerza política valenciana que más ha crecido en las elecciones autonómicas del 24 de mayo, hasta el extremo de pasar de seis a 19 diputados, ha superado a los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, que han logrado 13 diputados cada uno, y la ha colocado a poco más de dos puntos del PSPV-PSOE, encabezado por Ximo Puig, que ha perdido 10 escaños hasta situarse en los 23 diputados.

Quién presidirá el nuevo Consell de izquierdas, Oltra o Puig, se ha convertido en la gran incógnita de un cambio político, producido tras dos décadas de hegemonía del PP, que no se explica sin el tirón popular de la dirigente de Compromís.

Pregunta. ¿Le ha dado tiempo a pararse a pensar algo estos días?

Respuesta. Hay tal frenesí que es difícil pararse a hacerlo. Anoche llegué a casa y mi hijo mayor me preguntó: “¿Con quién has pactado hoy?”. Y pensé: “Que se pare el mundo, que me bajo”.

P. ¿Es el mismo que le dijo que ser presidenta es como ser la madre de todos?

R. No, aquel era el pequeño. Este era el mayor. Lo que quiero explicar es lo fuerte que resulta la presión. Tanto como para llegar a un niño de 12 años, que va a escuela y no ha visto muchos telediarios. Me habló como si me dedicara cada día a pactar con alguien.

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P. Pero no me negará que refleja algo de sentido común… Todo el mundo habla de eso desde el 24 de mayo.

R. Sí, mis dos hijos tienen mucho sentido común, pero también verbalizan de alguna manera la necesidad de que lo hagamos bien, de que nos pongamos de acuerdo y la cosa empiece bien, de que este nuevo gobierno empiece bien. Es como una metáfora. El que más presión me ha puesto es mi hijo.

P. ¿Y por dónde empieza la cosa? Ustedes, desde Compromís, los socialistas de Ximo Puig y los de Podemos, con Antonio Montiel, han asegurado en la campaña que habría cambio y que las coincidencias permitirían un acuerdo. ¿Eran solo afirmaciones de campaña que después no se cumplen?

R. Mi hijo lo verbalizó diciendo: “¿Tú serás presidenta?”. Pero en realidad quería decir: “¿Tendremos nuevas políticas?”. Yo, al menos, lo interpreto así. Y le contesté que primero tenemos que hablar de qué queremos hacer. No podemos decir quién será la presidenta o el presidente, o quién formará el nuevo gobierno, sin hablar antes de qué queremos hacer.

P. Pero parecía que había mucha coincidencia…

R. Sí, pero se debe concretar. Quiero que esté por escrito, que se concrete y que sea un compromiso, no entre los partidos, sino con los ciudadanos y ciudadanas. Además, quiero oír a todos los partidos, qué dice Podemos, qué dice Ciudadanos, qué dice el PSPV-PSOE e incluso qué dice Esquerra Unida. Quiero oír qué políticas haremos en el futuro, con la excepción del PP, que ha de permanecer en un cordón sanitario democrático que le induzca a hacer un largo camino hacia la decencia política.

P. Hay mucha faena pendiente.

R. Y necesitamos mucha inteligencia colectiva puesta al servicio de ideas y propuestas para que la política se convierta en un instrumento para mejorar la vida de la gente. Quiero que toda la inteligencia colectiva se aplique a la construcción de esa política postPP.

P. Estos días se habla de pactos. En el panorama político valenciano hay tres fuerzas políticas que están condenadas a entenderse: PSPV-PSOE, Compromís y Podemos. ¿Cómo se articulará el diálogo?

R. No me gusta la expresión “condenados a entenderse”…

R. Digamos que los electores los han puesto en la tesitura de entenderse.

R. Ya. Tenemos la fortuna de poder entendernos. Y vamos a entendernos. De momento, Compromís ha elegido una comisión de diálogo que ha iniciado la rueda de contactos con los representantes de los otros partidos. La intención es ponernos de acuerdo en primer lugar sobre la política que vamos a hacer. Se abre una etapa de escuchar al otro, de poner en valor lo que dicen los otros, de generosidad y humildad. Sin imposiciones. Nosotros no vamos a hacer imposiciones, pero tampoco vamos a dejar que nos las hagan.

P. Hablemos claro. Ximo Puig no puede ser presidente de la Generalitat sin el apoyo de Compromís, ni Mònica Oltra puede ser presidenta sin el apoyo del PSPV-PSOE, excepto que el PP decida tener un papel en uno u otro sentido…

R. Creo que el PP ya ha renunciado a tener un papel en los próximos años, entre otras cosas porque Alberto Fabra ya ha anunciado que abandona la presidencia de su partido. Tiene absolutamente claro que el único papel del PP en los próximos años es regenerarse.

P. Insisto. No hay alternativa a un acuerdo entre ustedes.

R. Tenemos la suerte de poder entendernos. Esa suerte la han puesto en nuestras manos los ciudadanos y ciudadanas.

P. Entonces, hablamos de dos posibles fórmulas: un gobierno en el que estuvieran integradas tres fuerzas políticas (PSPV, Compromís y Podemos) y otro en el que estuvieran el PSPV y Compromís con apoyo parlamentario de Podemos. ¿Sería usted la presidenta en el primer caso y Ximo Puig en el segundo?

R. Hay más opciones. Las mujeres siempre vemos más opciones. Me gustaría que el Gobierno valenciano fuera lo más plural posible. Es una lección democrática que está por aprender en nuestra democracia, la de construir gobiernos plurales que sean fuertes, solventes y dialogantes en su diversidad y con la sociedad. Ese reto sí que me motiva. Me gustaría tener un Gobierno lo más plural posible, para aprovechar al máximo las ideas de todo el mundo.

P. ¿Cuándo dice plural, piensa en partidos o va más allá?

R. Pienso en todos los partidos del arco parlamentario excepto el PP, en la Universidad y la ciencia, en los movimientos sociales, en toda esa sociedad que ha hecho posible el cambio político, un cambio que afecta no solo al contenido sino también a la forma de practicar la política.

P. ¿El pacto para el Consell estará dentro de un escenario más amplio, que incluya ayuntamientos, diputaciones y otras instituciones?

R. No me gustaría caer en el intercambio de sillas. Los ciudadanos y ciudadanas, cada vez que pueden, señalan que están hartos de chalaneos políticos. Quiero hablar de las prioridades, de cómo vamos a empezar a rescatar personas; de qué vamos a hacer con las 12.000 personas que esperan una renta garantizada de ciudadanía para sobrevivir; de la educación infantil, que da igualdad de oportunidades a la gente; de servicios sociales; de una economía que tenga en cuenta a la pequeña y mediana empresa y a los autónomos; de la investigación y el desarrollo en alianza con la ciencia y la innovación tecnológica… No quiero hablar tanto de quién ha de ser el presidente o la presidenta como de qué tiene que hacer.

P. Con todo, el 11 de junio se constituirán las Cortes Valencianas. ¿No debería estar claro entonces cómo se concreta eso y quién es quién en el nuevo Consell?

R. Quedan 15 días.

P. Habrá que trabajar de lo lindo.

R. Habrá que trabajar, pero también necesitamos un poco de serenidad y de silencio. Hay demasiado ruido. El ruido no es buen consejero cuando se han de sentar las bases para un cambio tan importante. Me conformo con 24 horas. He tenido que atender a los medios de comunicación. Gracias a ellos hemos podido explicar nuestras propuestas, y hemos debido responder a sus peticiones. Pero en este momento daría algo por 24 horas de silencio. La política habla mucho, escucha poco y, muchas veces, no piensa antes de hablar.

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