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Columna
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El error Errejón

Cuando Podemos puntuaba más alto, Errejón decidió emprender un viaje al centro para tratar de pescar en el caladero moderado

Enrique Gil Calvo

¿Cómo interpretar el imprevisto descenso de Podemos que anuncian los sondeos? ¿Acaso la irrupción por sorpresa de Ciudadanos le está comiendo el terreno? No parece ser el caso. Como han subrayado los analistas de Piedras de Papel, la caída del voto a Podemos no procede de electores centristas, sino alineados a la izquierda. Y para explicar su desengaño nada mejor que atribuirlo al Error Errejón.

Sus bases de izquierdas les están abandonando, mientras los electores centristas no terminan de creer su presunta moderación

Cuando Podemos puntuaba más alto, decidió emprender un viaje al centro para tratar de pescar en el caladero moderado. De ahí que renunciara al radicalismo y moderase el lenguaje para ganar respetabilidad. Bien, pues todo parece indicar que su jugada táctica se le ha vuelto en contra por efecto búmeran. Sus bases de izquierdas les están abandonando, mientras los electores centristas no terminan de creer su presunta moderación.

Es lo que predice la teoría del negativismo de Ansolabehere e Iyengar. Para estos autores, el recurso a una retórica beligerante de antagonismo radical, que destruye la reputación del adversario con mensajes negativos, genera dos efectos: por un lado, moviliza a los electores más absentistas y desafectos, y por el otro inhibe la participación de los independientes centristas. Y es esto lo que ha podido pasar con Podemos.

En su salida al ruedo esgrimió un mensaje radicalmente negativo contra la casta y esto le granjeó el apoyo de la gran masa de indignados

En su salida al ruedo esgrimió un mensaje radicalmente negativo contra la casta, a la que culpaba de todos los males del Régimen, y esto le granjeó el apoyo de la gran masa de indignados antisistema que hasta entonces pasaban de votar. Pero cuando Podemos ha optado por centrar su mensaje, renunciando al negativismo radical de su inicio, sus desengañados seguidores han comenzado a abandonarle volviendo a retraerse hacia el absentismo frustrados por la decepción. La moraleja es obvia: Podemos debería hacer autocrítica devolviendo el timón al estratega Monedero.

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