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Díaz decide en solitario sobre su investidura, pero sin contar con Ferraz

La distancia entre la andaluza y Sánchez se mitiga con el diálogo fluido entre los ‘número dos’

Anabel Díez

El hilo personal que unía al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta en funciones de Andalucía, Susana Díaz, se rompió el otoño pasado, pero “el partido” está por encima de ambos. Esta es la realidad a la que aluden dirigentes socialistas consultados, quienes hacen la salvaguarda de que ambos sobrellevan esta incómoda situación como mejor pueden pero con el ánimo de no perjudicar los intereses del PSOE en su conjunto y, en estos momentos, en Andalucía. Los números uno no hablan, pero sí lo hacen con asiduidad y “franqueza” los números dos, según reconocen fuentes de las direcciones federal y de Andalucía del PSOE, en referencia a los secretarios de Organización, César Luena y Juan Cornejo, respectivamente. El primero, junto a Mario Jiménez, portavoz parlamentario socialista en la Cámara andaluza, forma parte del equipo negociador para la investidura de Susana Díaz como presidenta de Andalucía, por lo que conoce de primera mano en qué términos transcurre el diálogo con los partidos de la oposición.

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Y esa información de uno de los protagonistas políticos de Andalucía es la que llega a César Luena y, a través de él, a Pedro Sánchez. Estos dirigentes tienen la plena confianza de sus jefes, Susana Díaz y Pedro Sánchez. Lo que sabe el líder el PSOE le es suficiente para defender la línea de negociación que lleva Díaz y lanzar una llamada “a la responsabilidad” de los partidos andaluces para que “permitan gobernar a Susana Díaz”. Así se expresó este miércoles el líder socialista desde Las Palmas, donde elogió el “ambicioso programa social” expuesto por Díaz en su primer discurso para la investidura fallida del martes, así como su programa de “regeneración democrática”.

La aceptación de Pedro Sánchez del programa de Gobierno expuesto por Díaz es casi absoluta, aunque si no lo fuera habría poco margen para la rectificación. “No voy a aceptar que nadie interfiera en eso [política de alianzas y pactos] en Andalucía y, además, creo que mis compañeros me comprenden, me respetan y me apoyan en esta decisión, dentro y fuera de Andalucía”. Esta fue la respuesta de Díaz el 11 de marzo, en plena campaña andaluza, al ser preguntada sobre el recordatorio que lanzaron dirigentes socialistas de que la política de alianzas del PSOE se decide en el comité federal de ese partido.

Ese comité se celebró y la presidenta afrontó su decisión de autonomía con palabras de enorme “agradecimiento” a sus compañeros por aceptar su libre albedrío tanto en la campaña como en las negociaciones que iba a emprender. No hubo objeciones entonces, y ahora solo ha habido un chispazo inesperado por la propuesta de Susana Díaz de reformar la ley electoral para que los presidentes autonómicos y de España sean elegidos en segunda vuelta. No le ha parecido bien a Sánchez pero tampoco a otros candidatos autonómicos, porque consideran que no es un tema de la campaña que empieza las próximas horas.

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Pero no habrá “interferencias” de Ferraz en la estrategia de Díaz, en la seguridad de que lo que proponga “será compartido” en líneas generales por el equipo de Sánchez. Esta situación se repetirá a partir de la noche electoral en los lugares donde los socialistas tengan la capacidad de formar una mayoría parlamentaria. “El PSOE es un partido federal y eso confiere un amplio margen de acción política a sus federaciones”, señalan en la ejecutiva, siempre con la certeza de que la decisión última es de la dirección federal porque aúna “los intereses y sensibilidades del partido”. Esta declaración realizada por fuentes de la dirección federal coincide con lo que recogen los estatutos.

Sin interferencias

La presidenta andaluza pidió en plena campaña que no hubiera “interferencias” de Ferraz en sus negociaciones.

Pedro Sánchez pide a los partidos andaluces que “no impidan” la investidura de Díaz porque su programa social es “muy ambicioso”.

Los candidatos territoriales no quieren incluir la elección presidencial de dos vueltas en su campaña.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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