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Ciudadanos atrae al voto indignado de Podemos

La moderación del partido de Rivera atrae a votantes del de Iglesias

La dimisión de Juan Carlos Monedero destapó en toda su crudeza el pulso que enfrenta a Ciudadanos y Podemos, las dos fuerzas políticas que han emergido en el panorama político español para intentar desbordar el bipartidismo de PP y PSOE. “La subida de Ciudadanos es proporcional a la bajada de Podemos”, dijo Albert Rivera como respuesta a la marcha del número tres de Pablo Iglesias. Las dos formaciones han pasado de erosionar las perspectivas electorales de los dos partidos tradicionales a enfrentarse directamente entre ellas por atraer a una misma franja del electorado (jóvenes profesionales, urbanitas e indignados con la gestión de la crisis) y por capitalizar el discurso del cambio en las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.

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“La emergencia de Ciudadanos ha atraído a una parte de electores que hace unos meses se mostraba dispuesto a votar a Podemos con tal de no votar al PP o al PSOE”, según los expertos de Metroscopia. En noviembre de 2014, por ejemplo, en torno a un 8% de anteriores votantes del PP manifestaba su intención de votar a Podemos. Entonces ningún elector mostraba su preferencia por Ciudadanos, que todavía era una fuerza de aspiraciones estrictamente catalanas y sin implantación nacional. En el barómetro de abril, ya solo un 2% de los anteriores votantes del PP se mostraba dispuesto a votar a la formación de Iglesias. ¿La explicación? El partido de Rivera, según los expertos de Metroscopia, ha atraído a anteriores votantes del PP que cumplen con el perfil de ser jóvenes, laboralmente activos, con estudios, residentes en núcleos urbanos, y que vieron en Podemos la única posibilidad de castigar al partido que habían votado hasta ahora sin caer en la abstención. Cuando apareció una opción más moderada (Ciudadanos), esos votantes cambiaron de opinión porque comparten una característica clave que explica la actual evolución de las encuestas: se definen ideológicamente de centro. Ningún otro partido encarna mejor lo que representa ese espacio político que Ciudadanos, según el barómetro del CIS.

“Entiendo sus nervios”, dijo Rivera sobre Iglesias en La Sexta. “Ha pasado de liderar todas las encuestas a ser la cuarta fuerza política”, subrayó. “Que reflexionen sobre su mensaje y su actitud prepotente”, añadió. “Iglesias”, insistió Rivera, “vive de generar un enemigo”. “Una lógica muy antigua”.

El secretario general de Podemos, quien reconoce el impulso de CIudadanos para romper el tablero político, califica en cambio su proyecto de "recambio" y equipara su política económica a una copia de la del PP. Iglesias se declaró enemigo, más que una formación en concreto, de todas las medidas que, según su análisis, han contribuido a la crisis. "Que el mapa político español va a cambiar con la llegada de nuevos actores a las instituciones es un hecho. También lo es que la causa fundamental del retroceso de los partidos políticos tradicionales se explica por su gestión de la crisis económica y por la percepción que tienen los ciudadanos de las élites políticas y económicas, a las que identifican con la corrupción y con el saqueo de lo público", escribió en una tribuna publicada en EL PAÍS. 

No obstante, Iglesias sigue considerando a Rivera un rival menor, al menos públicamente. Su objetivo, asegura, es desbancar al PP, y esta es la razón por la que todavía no ha accedido a debatir con el presidente de Ciudadanos. El líder de Podemos lleva meses jugando con la idea de la centralidad, que, asegura, no es lo mismo que el centro político tradicional. Los votantes a los que aspira llegar su formación son principalmente los del PSOE. Ese es su caladero. Según Metroscopia," los espacios ideológicos parecen ya bien definidos" con vistas a las próximas elecciones. En una escala ideológica en la que 0 representa la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, "los futuros votantes de Ciudadanos se posicionan de media en el 5.3, los de PP en el 6.5, y los de PSOE y Podemos en el 4.0 y en el 3.6, respectivamente". Es decir, "un centro-izquierda disputado". A pesar de eso, en Andalucía se vio cómo Podemos, que presentaba a una candidata, Teresa Rodríguez, vinculada a Izquierda Antiicapitalista y muy significada ideológicamente, solo logró ocupar el espacio que tradicionalmente había pertenecido a IU. 

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En este contexto, Podemos y Ciudadanos han roto la predicción de que únicamente erosionarían al PSOE y al PP, respectivamente. De repente, se han visto puestos frente a frente, compitiendo por un mismo sector demográfico. Comparten que son atractivos para los electores de edades medias y también una similar proporción de jóvenes y mayores entre las personas que se declaran dispuestas a votarles, según los datos de Metroscopia. A menos de un mes de las elecciones municipales y autonómicas, que según todas las encuestas se decidirán por un estrecho margen, los dos partidos se arañan votos en el mismo caladero.

A la espera del programa

FRANCESCO MANETTO

Podemos aún no ha presentado su programa marco para las elecciones autonómicas del 24 de mayo. Lo hará este martes, según lo previsto, tan solo tres días antes del inicio de la campaña electoral. Al margen del debate interno sobre algunas de las medidas que contiene, la dirección del partido de Pablo Iglesias ha atribuido los retrasos al estudio de la viabilidad de las propuestas. El programa, redactado por Juan Carlos Monedero antes de presentar el pasado jueves su dimisión de los órganos directivos, está acompañado, como ocurrió antes de las pasadas elecciones andaluzas, de una memoria económica que justifica las propuestas y su impacto.

El programa, que pretende demostrar un giro hacia la responsabilidad institucional —Podemos quiere convencer a una franja de electores moderados cansados de las dinámicas del bipartidismo—, hará hincapié en dos ejes con los que la formación busca también mantener un vínculo con sus orígenes y las exigencias de los círculos y sus simpatizantes.

Dos de estos elementos son la deuda y la política de vivienda. Una de las medidas estrella de Podemos para las elecciones europeas giraba en torno al impago de la deuda pública. Luego el partido suavizó esa idea y empezó a hablar de reestructuración. Ahora esa reflexión se traslada a las familias y a los pequeños y medianos empresarios, para los que el programa plantea una conversión del estatus de emprendedores al de consumidores para permitirles negociar con las entidades financieras en otras condiciones.

El objetivo consiste en lograr quitas o cancelación de deudas de las pymes, que podrían acogerse incluso a fórmulas de dación en pago. Por otro lado, la lucha contra los desahucios y las ejecuciones de los bancos seguirá siendo una cuestión de primer orden como ya se está viendo en las negociaciones entre Podemos y el PSOE de Susana Díaz en Andalucía.

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