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Margallo y Mezouar se reunirán en Barcelona para desactivar la crisis

El ministro marroquí de Exteriores decide a última hora asistir a la cumbre mediterránea

Miguel González
El ministro de Exteriores José Manuel García- Margallo saluda a su homólogo marroquí Salaheddine Mezouar
El ministro de Exteriores José Manuel García- Margallo saluda a su homólogo marroquí Salaheddine Mezouar F. A. (EFE)

El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Salahedine Mezouar, acudirá el lunes a Barcelona, donde se celebra una reunión informal de la UE con los países del sur del Mediterráneo, y mantendrá una reunión bilateral con su homólogo español, José Manuel García-Margallo, según fuentes diplomáticas.

La presencia de Mezouar en Barcelona no estaba prevista y se acordó el viernes en una conversación entre el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, y la ministra delegada de Exteriores, Mbarka Bouaida, que inicialmente iba a presidir la delegación marroquí en la capital catalana. Mezouar había excusado su asistencia alegando que el pasado jueves debía encontrarse en Washington, donde se reunió con el secretario de Estado John Kerry en el marco del diálogo estratégico entre EE UU y Marruecos.

Fuentes diplomáticas valoran la asistencia de Mezouar a la conferencia euromediterránea como una prueba de que Rabat no quiere una escalada con Madrid, aunque en los últimos días se habían acumulado una serie de conflictos que auguraban un “tormenta perfecta”. A las críticas de los medios españoles por la incompetencia de la Gendarmería marroquí en el rescate de los tres espeleólogos perdidos en el Atlas —y especialmente por su resistencia a aceptar el apoyo ofrecido por España— se sumó la decisión del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz de procesar a 11 altos cargos marroquíes, la mayoría militares, por su presunta implicación en el genocidio del pueblo saharaui, entre 1976 y 1991.

El auto provocó honda preocupación en Madrid, pues recordaba a la reciente crisis entre Francia y Marruecos, que llevó a que Rabat suspendiera durante más de un año toda colaboración antiterrorista después de que una juez de París ordenara la detención del jefe de su policía secreta. Sin embargo, la reacción de Rabat ante el auto de Ruz ha sido hasta ahora muy cauta. El ministro de Justicia, Mustafa Ramid, se ha limitado a declarar que “estudia la respuesta apropiada”.

Rabat no quiere una escalada con Madrid en vísperas del voto sobre el Sahara en el  Consejo de Seguridad

También el Ejecutivo español estudia la manera de evitar que este proceso judicial acabe dinamitando unas relaciones que consideran vitales. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría subrayó el viernes la necesidad de “preservar las relaciones” con Marruecos —especialmente, “en ámbitos clave como la lucha contra el yihadismo o la inmigración irregular”— “con independencia de las vicisitudes que puedan producirse”.

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A corto plazo, según fuentes jurídicas, la única forma de frenar el procedimiento es un recurso de apelación del fiscal, lo que requeriría probablemente una orden directa de la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, ya que hasta ahora la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha apoyado las decisiones de Ruz. La vicepresidenta ha subrayado que el Gobierno aboga por “respetar la legalidad internacional” y es ahí donde, según fuentes jurídicas, hay margen para recurrir, pues el auto de Ruz apenas fundamenta la jurisdicción de los tribunales españoles para investigar estos crímenes.

El factor que explica por qué Rabat puede no estar interesada en alimentar una crisis con Madrid en este momento es la votación prevista en las próximas semanas en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde se sienta España, sobre la prórroga del mandato de la Misión de Naciones Unidas para el Sahara (MINURSO), que expira el día 30.

Rabat se opone rotundamente a que la MINURSO amplíe su mandato para vigilar el respeto a los derechos humanos, como pide la Unión Africana (UA). Precisamente, la negativa a que el expresidente mozambiqueño Joaquim Chissano exponga ante el Consejo de Seguridad las posiciones de la UA (a la que pertenece el Polisario y no Marruecos) ha generado tensión entre ambas organizaciones. En el informe que acaba de remitir el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al Consejo de Seguridad, se insta a las partes a colaborar con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y permitir su acceso sin restricciones al Sahara y a los campos de refugiados de Tinduf, pero nada se dice de ampliar el mandato de la MINURSO.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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