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El PP tolera el desmarque de sus barones hacia Ciudadanos

Los populares no comenzarán a negociar pactos con Rivera hasta el 25 de mayo

Javier Casqueiro
Carlos Floriano, este jueves, durante la presentación del lema del PP.
Carlos Floriano, este jueves, durante la presentación del lema del PP.J. J. Guillén (EFE)

El PP sabe que en las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo va a perder entre bastante y mucho poder local, entre otras razones, porque es casi imposible alcanzar el récord de victorias y Gobiernos logrado hace cuatro años. Está muy precupado, además, con el tirón ascendente de Ciudadanos e intenta dibujar, pensando ya en el día después de los comicios, una estrategia imposible.

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El presidente Mariano Rajoy y los líderes nacionales sí se pueden permitir lanzar dardos contra Ciudadanos, contra su líder, Albert Rivera, y contra sus expertos económicos. Pero a la vez también toleran a los candidatos de las listas más en disputa pequeños gestos de aproximación, desmarques y hasta contactos previos con el partido con el que están condenados a entenderse para los más que previsibles pactos poselectorales.

Rajoy se harta de descalificar a Ciudadanos y Rivera, siempre sin citarlos expresamente, como las nuevas formaciones nacidas hace 24 horas, sin experiencia ni ideología, que se reúnen en una cafetería y que no tienen ni programa ni estructura ni un criterio común en toda España y que ahora proponen un frenazo en la implantación del AVE. Este jueves, durante la presentación del lema nacional del PP para estas elecciones (“Trabajar. Hacer. Crecer”), Carlos Floriano, número tres y director de campaña, primero distinguió a su partido frente a otros “de la rabia, el cambio de chaqueta o la indefinición” y luego no pudo explicar cuál es el criterio general sobre política de pactos ni sobre la relación con Ciudadanos. Los periodistas le preguntaron hasta media docena de veces y Floriano solo pudo concretar: “Trabajar, hacer y contar lo que proponemos a los ciudadanos”. Tras mucha insistencia, el vicesecretario de Organización admitió que tras el 25 de mayo, el día después de las elecciones, “se abrirá otra etapa”.

Muchos candidatos, barones y alcaldables saben que no podrán gobernar en solitario después de las elecciones

El PP entiende así que ahora no es el momento ni de hablar de pactos poselectorales ni de contar en público cuál será entonces su estrategia con Ciudadanos. El problema con el que se tropieza, casi a diario, es que muchos candidatos, barones regionales e importantes alcaldables saben ya, con datos de encuestas propias y ajenas, que no podrán gobernar en solitario tras las elecciones. Y no se trata de feudos cualquiera. El PP tiene muchas posibilidades, en este momento, de no poder repetir Gobierno en solitario en Madrid (tanto en la capital como en la región), en la comunidad valenciana, en Baleares, en Murcia y está en el límite en Extremadura y Castilla-La Mancha. Esas derrotas serían un tremendo varapalo por mucho que Rajoy intentara la noche electoral destacar que el PP pudiera ganar en el cómputo total de votos a los demás partidos.

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Cristina Cifuentes, este jueves, en su última junta local de seguridad.
Cristina Cifuentes, este jueves, en su última junta local de seguridad.Carlos Rosillo

La dirección del PP, por tanto, se muestra comprensiva ante los intentos más o menos agresivos que algunos de los candidatos de esos territorios realizan a diario ahora para desmarcarse del lastre que pueda suponer la marca general, las siglas y hasta los dirigentes nacionales. Floriano justificó así el vídeo rap del candidato extremeño José Antonio Monago, en el que apenas aparece el PP y se presume incluso de la importancia de las personas y sus ideas frente a las ideologías.

Floriano entiende ahí que lo relevante es que “todo el mundo sabe que Monago es del PP con rap o con rock&roll”. También aseguró que los candidatos no ocultarán en sus carteles el logotipo del PP y que Rajoy hará mucha precampaña y campaña, e irá a muchas plazas porque será muy reclamado.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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