_
_
_
_
_

Candidatos críticos cuestionan las primarias de Podemos

Quejas por el control del censo y la parcialidad de la cúpula durante el proceso

Francesco Manetto

El proceso de primarias en el que los simpatizantes de Podemos han elegido a sus 13 candidatos autonómicos —cuyos nombres se conocieron el miércoles— recibió ayer críticas de aspirantes no ganadores y de algunos sectores de las bases. Las dudas planteadas, algunas de ellas plasmadas como quejas formales ante el Comité de Derechos y Garantías, tienen que ver con el control del censo, el cálculo de los votos blancos, la falta de neutralidad de la cúpula directiva y las consecuencias de conformar listas cremallera (con hombres y mujeres colocados en puestos alternos). La dirección siempre ha defendido que sus primarias suponen un “hito democrático”.

Verificar el censo. La mayoría de las críticas están relacionadas con la supervisión del censo, formado por los simpatizantes inscritos en la formación y llamados a participar a través de su web. En estas primarias podían votar unas 240.000 personas; lo hicieron 50.000. Solo la dirección nacional controla los datos de ese censo. Varios miembros del llamado sector crítico han planteado una auditoría externa del censo para autentificar esos datos. Ángel Gimeno, candidato en la Comunidad de Madrid, pidió ayer la nulidad del proceso, tachando de “ilegal” el sistema utilizado. “El censo es ilegal al no haber sido autentificados sus componentes, sus direcciones postales, sus DNI digitales, sus correos electrónicos, sus móviles, sus direcciones IP o conexiones a Internet”, argumentó ante el comité de garantías.

Votos blancos. El porcentaje de votos blancos ronda el 20% en todas las comunidades y supera el 50% en Baleares. Esos votos no se computaron para calcular el porcentaje de respaldo a los candidatos (no se consideraron votos válidos), por eso Podemos proclamó, por ejemplo, la victoria de Pablo Echenique en Aragón o de Alberto Jarabo en Baleares con el “100% de los votos”, aunque en ambos territorios hubo cientos de votos en blanco. Estos aspirantes no competían con rivales directos, es decir, no había otros candidatos a liderar la candidatura.

Neutralidad del proceso. Un sector de Podemos propone “el establecimiento de juntas electorales plurales”, desvinculadas de la dirección del partido, “para que haya organismos independientes que puedan garantizar y validar el correcto desarrollo del proceso”. El hecho de que 10 de los futuros candidatos autonómicos sean los secretarios generales de Podemos en sus respectivos territorios demuestra, según los críticos, que el aparato partía con ventaja. Y denuncian que no ha habido neutralidad: el lunes, Àngela Ballester, de la ejecutiva nacional, ensalzó públicamente, cuando aún no se había cerrado la votación, a José Manuel López en Madrid y a Antonio Montiel en Valencia. También la candidatura unitaria municipal Ahora Madrid recibió algunas quejas porque durante las primarias el secretario general de Podemos en la capital, Jesús Montero, pidió el voto para una de las candidatas: Manuela Carmena. Aun así, en este último caso no se trata de un proceso del partido de Pablo Iglesias -que no se presenta con su marca a los comicios locales- puesto que Ahora Madrid está integrada también por Ganemos, Equo y Por un Mundo más Justo.

Listas cremallera. La composición obligatoriamente paritaria y cremallera de las listas (hombres y mujeres en puestos alternos) da lugar a una paradoja que ha recibido varias críticas: en ciertos casos, algunos hombres quedan en la lista por delante de mujeres que habían recibido más votos que ellos. En Madrid, por ejemplo, todas las aspirantes, salvo la número dos, lograron más apoyos que los candidatos, pero al hacer lista cremallera algunos de ellos quedaron por delante de ellas en la disposición final. Esta alteración también afecta en otras ocasiones a los hombres.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_