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La investidura de Susana Díaz anticipa una nueva etapa de acuerdos

La dirigente socialista se reúne este jueves con los líderes de los demás partidos

Díaz celebra los resultados conseguidos en las elecciones del domingo.
Díaz celebra los resultados conseguidos en las elecciones del domingo.bernardo pérez

La presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, inicia este jueves la ronda de conversaciones con los demás partidos que lograron representación en el Parlamento autónomo el pasado domingo (PP, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida) con el fin de conseguir su investidura. Díaz ha apelado a la responsabilidad de estos partidos para facilitar la formación de Gobierno. El PP ya ha anunciado que votará en contra, mientras que los demás no se han pronunciado de forma definitiva, aunque están poniendo condiciones. En un año cargado de citas electorales, todos quieren guardar sus cartas sobre acuerdos y alianzas hasta las elecciones generales que se celebrarán a finales de año.

De las distintas lecciones que han dejado los comicios andaluces del pasado domingo, una de las principales es que en el nuevo ciclo político las mayorías absolutas tienen los días contados y que, forzosamente, se va a abrir una nueva cultura del diálogo. Un diálogo que será multilateral y que obligará a todos los partidos —grandes o pequeños, nuevos o viejos— a abrir el foco, a pensar de forma global en acuerdos para facilitar la estabilidad en miles de Ayuntamientos, en las autonomías y, previsiblemente, en el Gobierno central. Un diálogo que, debido a la fragmentación del voto por la entrada de Podemos y Ciudadanos, empezará casi al día siguiente del cierre de las urnas.

La candidata del PSOE ha apelado a la “responsabilidad” de las formaciones

Y una vez más en este agitado año político en el que dentro de apenas dos meses hay elecciones autonómicas y municipales, catalanas en septiembre y generales a finales de 2015, Andalucía va a ser la plaza donde se va a experimentar esa nueva cultura. La negociación se va a imponer desde el primer minuto, es decir, desde el proceso de investidura de Díaz, ganadora de las elecciones del 22-M.

Mientras el PP ya ha dicho que votará en contra de la investidura, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida están analizando qué decisión tomar ante este debate, previsto para finales de abril, pensando en clave andaluza, pero también en clave nacional. ¿Por qué? El 24 de mayo se disputa el Gobierno de los más de 8.000 municipios que hay en España, el de 13 comunidades y el de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Pero, sobre todo, los partidos están pensando en las elecciones generales, ante las que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos acudirán en un pañuelo, según las encuestas. Hasta que lleguen las generales, es casi imposible que se dibuje un mapa claro de pactos.

Díaz logró el pasado domingo 47 diputados, por lo que necesitaría el apoyo de otros ocho —la mayoría absoluta son 55— para salir reelegida presidenta de la Junta de Andalucía a la primera, una hipótesis que hoy parece imposible a tenor de los posicionamientos que están fijando las distintas formaciones.

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Las fechas

  • La sesión constitutiva del Parlamento andaluz será el 16 de abril. También se elegirán al presidente de la Cámara y a los miembros de la Mesa.
  • El debate de investidura del presidente de la Junta deberá celebrarse en los 15 días naturales siguientes a la constitución del Parlamento. Al ser festivo el 1 de mayo, la fecha límite es el 30 de abril.
  • En primera votación, el candidato debe tener mayoría absoluta y en las siguientes, mayoría simple. Si en dos meses ningún aspirante logra este apoyo, el Parlamento quedará disuelto y se convocarán nuevos comicios.

Dos días más tarde se celebraría una segunda sesión de investidura, en la que Díaz sería elegida con una mayoría simple como la que tiene, pero para eso necesitaría la abstención del PP (33 escaños); la de Podemos (15) y Ciudadanos (nueve); o la del partido de Pablo Iglesias e Izquierda Unida, que logró cinco escaños del domingo. Si dos meses después del primer debate de investidura, Díaz no consigue el apoyo de la Cámara, Andalucía estaría abocada a una nueva convocatoria electoral, una hipótesis que ningún partido contempla en serio.

Durante la campaña andaluza, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, planteó la conveniencia de dejar gobernar a la lista más votada, un mensaje que lanzó más pensando en todas las citas electorales que quedan este año que en las autonómicas. Sin embargo, el PP andaluz, que en las últimas semanas también había defendido esta teoría, ha anunciado que votará en contra de la investidura de Díaz en todas las votaciones que se celebren. Fuentes del PP, no obstante, señalan que si la única salida fuera otra convocatoria electoral en Andalucía, es probable que los populares se replantearan su posición. Los populares cambiaron de decisión el pasado lunes, en la junta directiva regional que se celebró tras el descalabro electoral del domingo. En esa reunión, la diputada Esperanza Oña mostró su oposición a la tesis de que se dejara gobernar a la lista más votada y fue ahí donde el presidente del PP, Juan Manuel Moreno, certificó el cambio.

Los socialistas, en cualquier caso, se muestran tranquilos y confían en conseguir la investidura sin excesivos apuros. “Hay que respetar los tiempos. Primero es la constitución del Parlamento (el 16 de abril) y luego ya hablaremos de la investidura. No hay que anticipar debates que aún no están abiertos”, afirman fuentes del PSOE.

La presidenta de la Junta en funciones, no obstante, se reúne este jueves, por este orden, con Moreno, Juan Marín (Ciudadanos), Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (Izquierda Unida) para ir preparando el terreno de la investidura. Desde el pasado lunes, día de resaca electoral, la dirigente socialista ha recalcado que su intención es gobernar en solitario en esta legislatura y ha apelado a la “responsabilidad” de todos para facilitar la estabilidad de la comunidad, reconociendo la nueva “pluralidad” política.

El PP ha cambiado de criterio sobre dejar gobernar a la lista más votada

Ciudadanos parece dispuesto a vender caro su apoyo en la investidura ya que ha puesto como condición la dimisión de sus escaños de los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que tendrán que declarar como imputados en el caso ERE ante el Tribunal Supremo en el mes de abril. “No cogeremos ni el teléfono”, ha afirmado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Podemos ha tenido este miércoles una reunión para abordar qué posición tomar ante la investidura, una decisión que se adoptará tras el encuentro que este jueves tienen Díaz y Teresa Rodríguez. Por su parte, Izquierda Unida se ha reunido en Antequera (Málaga) para analizar el resultado electoral del domingo, en el que la federación perdió siete escaños, una cita en la que también se ha hablado de la investidura. IU no ha descartado la abstención, pero al igual que Podemos quiere esperar a la reunión de su líder con Díaz.

Quienes más interés han mostrado en que se despeje el panorama de incertidumbre han sido los sindicatos y los empresarios, que han pedido que el proceso para elegir a Díaz sea rápido para tener cuanto antes un nuevo Gobierno. El viernes, Díaz se reúne precisamente con el presidente de la patronal andaluza, Javier González de Lara, y con los líderes de UGT, Carmen Castilla, y CC OO, Francisco Carbonero.

El PP confía en un desgaste de Ciudadanos

J. C., Madrid

El PP descarta cualquier posibilidad de pactos generales con Ciudadanos antes y también después de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo. En el PP saben, porque se lo dicen todas las encuestas, que Ciudadanos está causando una fuga importante en su electorado, como se ha comprobado ahora en Andalucía, pero rechazan una alianza global y estudiarán caso a caso las posibilidades de acuerdos para Gobiernos locales tras los comicios.

Los populares confían en que la marca personal y la gestión durante varios mandatos de muchos de sus alcaldables será suficiente para aguantar el tirón ante la irrupción del partido de Albert Rivera, al que además pretenden descubrir sus debilidades precisamente tras las elecciones municipales. Esperan que será ahora cuando, por un lado, se conozca el perfil de “rebotados y descartados” —según el PP— de muchos de los candidatos de Ciudadanos, procedentes del PP, PSOE e incluso UPyD; y por otro, cuando esos candidatos se vean obligados a retratarse en su política de pactos poselectorales y en la gestión diaria municipal.

El PP no quiere ningún tipo de pacto que pueda influir en el electorado cara a las generales, que se convocarán para finales de año. Confía en que para entonces se empiece a apreciar la creación de empleo de los próximos meses, que estiman serán los mejores del año, y que los votantes que ahora se han marchado sin demasiados reparos hacia Ciudadanos, y que antes lo hicieron hacia UPyD, regresen a sus filas cuando reflexionen tranquilamente sobre las repercusiones de su voto en unas elecciones nacionales.

Los populares incidirán en su denuncia de la presunta función de muleta que atribuyen a Ciudadanos para facilitar Gobiernos del PSOE, algo que ya hicieron el propio Mariano Rajoy y otros dirigentes en la campaña andaluza sin demasiado éxito; e insistirán en que el candidato local de Ciudadanos en los diversos Ayuntamientos y comunidades de España no será Albert Rivera, ahora uno de los políticos mejor valorados en las encuestas, sino políticos que han tenido problemas internos en distintas formaciones.

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