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SALUD

La primavera para los alérgicos será difícil en el sur y llevadera en el norte

Los alergólogos prevén que la intensidad será "moderada" porque el invierno ha sido seco

e. g. sevillano
Una mujer estornuda por la alergia primaveral, en el parque de Berlín de Madrid.
Una mujer estornuda por la alergia primaveral, en el parque de Berlín de Madrid.B. Pérez

El lugar de residencia influye y mucho en cómo un alérgico pasa la primavera. En España se calcula que son unos ocho millones los alérgicos al polen, y este año se enfrentan a diferentes intensidades según la zona del país en la que viven. La primavera será leve en la cornisa cantábrica y el litoral mediterráneo, moderada en la zona centro de la península e intensa en el sur, según han señalado hoy los expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). 

Es la primera vez que la Seaic, en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, establece el nivel de intensidad en diferentes zonas geográficas del país, según han explicado sus responsables. En España, las plantas que más problemas alérgicos producen son las gramíneas, el olivo, el ciprés, la salsola, el plátano de sombra y la parietaria, por orden decreciente. Pero su concentración es variable. En el centro peninsular, por ejemplo, el polen más frecuente es el de gramíneas y olivo, pero en determinadas zonas abundan otros, como la palmera en Elche o el abedul en Galicia.

En el móvil

Los expertos recomiendan a los alérgicos que estén pendientes de la información sobre las cantidades de polen en el ambiente (y del nivel de contaminación). Varias aplicaciones permiten consultarlas en el móvil:

Polen Control. Permite a médicos y pacientes realizar un seguimiento de los síntomas y cruzarlos con los niveles polínicos.

Alergo Alarm. Niveles de pólenes, predicción y alarmas.

Alerta Polen. Información sobre pólenes y sobre enfermedades respiratorias.

La cantidad de polen de gramíneas en primavera tiene una relación directa con las precipitaciones del otoño y el invierno. La Seaic ha recopilado estos datos, además de otros factores climatológicos como la temperatura y la humedad, y ha establecido el nivel de intensidad de esta primavera. Atendiendo al número de gramíneas recogido, la primavera se califica como leve (menos de 4.000 granos/m3), moderada (4.000-6.000 granos/m3) o intensa (más de 6.000 granos/m3).

El otoño de 2014 fue muy húmedo (precipitación media de 197 milímetros) pero el invierno ha sido seco (150 milímetros) y con una distribución desigual, señala la sociedad científica. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología para esta primavera indican precipitaciones ligeramente inferiores a la media en el conjunto de la España y temperaturas más altas en la mitad oriental. Con todo ello se elaboran las predicciones. Esta primavera, por tanto, será "moderada", asegura Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.

El efecto de la contaminación

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En las ciudades, a pesar de existir menos cantidad de pólenes que en las zonas rurales, las enfermedades alérgicas son cada vez más frecuentes, ha recordado hoy la Seaic. Una situación que se explica por la contaminación, por un lado, y por la plantación de especies muy alergénicas. Actualmente, entre un 10% y un 25% de la población en los países industrializados padece rinitis alérgica, y el diagnóstico de asma se ha incrementado entre un 4% y un 10%, según sus datos.

“Hace décadas era una enfermedad poco frecuente. Ahora la alergia a pólenes puede afectar hasta al 40% de la población y curiosamente, pese a que hay más pólenes en el ámbito rural, los que se hacen alérgicos son los habitantes de las ciudades, donde se mezclan pólenes y contaminación”, señala Pilar Mur, jefa de Alergología del Hospital de Santa Bárbara de Puertollano.

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Sobre la firma

e. g. sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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